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Hoy, la civilización cornucopiana empieza con la “cruda” tras una borrachera de 200 años, donde cuatro o cinco revoluciones industriales han provocado la superabundancia material.

Las redes sociales no son una nueva ágora para el debate público porque no son públicas, son una empresa con fines comerciales e intereses bien definidos y ellos ponen sus reglas para poder usar su plataforma.

Reciben a todo aquel que busque un remedio natural y orgánico, para afecciones que van desde el espanto, estrés, empacho, la presión, hasta diabetes y cáncer.

En cuanto a la afluencia de gente en el tianguis no hubo un descenso, pero representaba un reto que siguieran las medidas de higiene.

Todos estos factores propician que la gente salga a la calle, están fastidiados, pero eso no justifica el no cumplir con las medidas sanitarias.

A nivel nacional se enfrentan graves problemas: la recuperación económica y de empleos causada por la pandemia, reforzar el sistema médico que se ha visto presionado por el incremento de contagiados y fallecidos.

Se entiende, pues, que se vayan “de mojados” a los EEUU, pese a que allá se persigue de muerte a los que no cuentan con autorización.

Estoy seguro que nadie, absolutamente nadie, se imaginó que en la presidencia de López Obrador sucederían cosas tan estrambóticas.

Esto llevó a buscar trabajos adicionales en empresas, pero se tornó difícil ya que diversos sectores industriales tuvieron recorte de personal u otras contrataban con salarios bajos.