Era de esas pocas leyes de la política: los partidos identificados con la izquierda tienen en su genoma el divisionismo, todo es motivo para desgreñarse entre los grupos. En cambio, los partidos supuestamente de derecha, se distinguen por su cohesión y su capacidad para resolver internamente sus diferencias. Aparentemente las ideologías eran más fuente de pulverización que los intereses económicos. El PAN acaba de romper esta ley.
Si en México sobraron las advertencias sobre el peligro de ver el eclipse en forma directa sin instrumentos especiales, en Estados Unidos donde se pudo contemplar en forma integral, la información fue avasalladora. Nada de eso impidió que Trump apareciera fotografiado volteando al cielo sin ninguna protección. Su acto no fue de ignorancia, es el testimonio de lo que Trump ha hecho gala en lo que va de su mandato: de estúpida soberbia.
Cuando los periódicos locales informan sobre el aumento de la inseguridad en Querétaro, los gobiernos de Francisco Domínguez y Marcos Aguilar simplemente no responden o acusan al medio de comunicación de ocultar intereses oscuros. Algo así como que dan malas noticias porque no les hemos dado dinero.
Por: Edmundo González Llaca
Rabia, coraje y mucha indignación me provoca el tremendo error de Ricardo Anaya. Resulta que el adalid de la lucha contra la corrupción se da una vida totalmente impropia, alejada de lo que significa un representante popular y líder de un partido. Solo un ejemplo. Viaja a Estados Unidos cada fin de semana, más de lo que Usted y yo podríamos viajar cada semana a San Miguel Allende. Lamento personal y políticamente este traspié de Anaya, fue mi alumno y lo recuerdo serio, concentrado y con bagaje ideológico.
Por: Edmundo González Llaca
Mis amigos y familiares me demandan que les recuerde cuáles serán mis epitafios que, según dicen, me pondrán dentro de muchos, pero muchos años en mi tumba. Les recuerdo que tengo dos; no me decido aún por mi último mensaje a la afición mexicana. Uno: "Ya no amo, ya no odio, ya no ambiciono. Ya soy libre".
Por: Edmundo González Llaca
Los debates televisivos en las elecciones llegaron para quedarse. No sé qué tanto repercutan en la decisión del voto pero se han convertido en momentos estelares. Los debates entre Clinton y Trump nos dejan lecciones dignas de adaptar en nuestro país. Los que se realizan en México realmente no son auténticos debates, es decir, un espacio donde se defienden posiciones y se responde a la de los adversarios.
Por: Edmundo González Llaca
Por más que los voceros del Gobierno se afanan en convencernos de que las giras internacionales del gobernador Francisco Domínguez producen a Querétaro una lluvia de bendiciones, mi encuesta personal, cuyas limitaciones metodológicas son evidentes, me dice que los ciudadanos observan los viajes, incluyendo este último a Japón, indiferentes, con escepticismo o francamente con profundo malestar.
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