Las redes sociales no son una nueva ágora para el debate público porque no son públicas, son una empresa con fines comerciales e intereses bien definidos y ellos ponen sus reglas para poder usar su plataforma.
Los resultados en los demás estados no influirán en el resultado final pues la diferencia entre el ganador y el perdedor es muy grande como para que se reviertan los resultados.
Asumieron para bien o para mal, un papel en la historia electoral de los Estados Unidos, siendo los verdaderos protagonistas de la agónica jornada.
Biden debe unir al país; después de las elecciones, ha quedado polarizado. En un mensaje, expresó: “Queremos que nuestro país se una, que no se desmorone”.
Una secreta fascinación les despertaba un tipejo que —sin el menor empacho de encarnar la definición de un “bad hombre”— era más creíble que toda esa clase política prudente.
Una de las demandas educativas más apremiantes de nuestra época es aprender a pensar críticamente.
En la sección editorial del Washington Post en español firmado por Luis Antonio Espino donde coincidentemente postula que si Peña Nieto convirtió su gestión en una telenovela, AMLO la ha convertido en un reality show.
El debate presidencial estadounidense salió según lo que tenía en su guion el actual presidente Donald Trump: sin discusiones de fondo y todo reducido a ver quién habla más y en ese rubro no hay quien le gane al magnate convertido en político.
En la agenda de Donald Trump de ganar las elecciones continuaría su política de deportación inmediata de indocumentados, fin de las ciudades santuario, etc.
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