El problema de la pandemia no es nacional, es a nivel mundial; los contagios van en aumento y se espera que en la época de frío incremente el número de contagios.
En México existe un sector de la población que no ha comprendido el riesgo de la pandemia; en la llamada “nueva normalidad”, no aplican las normas mínimas de seguridad, como el cubrebocas, la distancia, evitar reuniones en familia y el resultado es el incremento en contagios y muertes.
El gobierno federal ha reiterado su respeto a las libertades y no ha aplicado medidas coercitivas, que se pudieran considerar como dictatoriales.
A nivel estatal se hacen exhortos a mantener el confinamiento y salir a lo más esencial.
Es de tomar en cuenta el fastidio que ha generado el mantenerse en casa desde marzo, esto ha provocado angustia y en no pocos casos violencia familiar. Aunado a esto, los niños y jóvenes “asisten” a la escuela vía internet y en muchos casos requieren apoyo para cumplir con las tareas, lo que implica una carga emocional para los padres.
Y debido a la suspensión de ciertas actividades, las empresas han reducido el pago a sus empleados o se han visto en la necesidad de hacer recortes de personal, lo que aumenta la presión en las familias.
Y quienes tienen ingresos en actividades informales, venta en tianguis, comercio ambulante, meseros, etc. han visto una baja sustancial en sus ingresos, pero los gastos en casa siguen igual; pago de renta, luz, gas, alimentos.
Todos estos factores propician que la gente salga a la calle, están fastidiados, pero eso no justifica el no cumplir con las medidas sanitarias.
Con el mínimo de sentido común en este mes que es tradicional para peregrinaciones, reuniones de compañeros y de familia, debemos evitar los festejos, no es fácil, es por nuestro bien personal y colectivo.
El ritmo de defunciones a nivel nacional no cesa, al 8 de diciembre, se reportaron 110, 874.
En algunos estados la capacidad médica está a punto de ser rebasada.
El gobierno federal ha presentado un calendario para la aplicación de la vacuna, en este sentido no es obligatoria, habrá personas que no se vacunen y esto puede provocar que el número de contagios y muertes no disminuya de forma notable.
Son varias etapas: La primera de diciembre del 2020 a febrero del 2021, para personal de Salud en primera línea de combate al Coronavirus.
La segunda será de febrero a abril dirigida al personal de Salud restante y personas de 60 años y más.
La tercera comprende a personas de 50 a 59 años.
La cuarta será de mayo a junio, dirigida a personas de 40 a 49 años de edad.
La quinta y última será de junio del 2021 a marzo del 2022, para el resto de la población.
El gobierno invertirá inicialmente 20 mil millones de pesos para la compra de vacunas.
La aplicación será gratuita y en ella participarán las fuerzas armadas y personal de salud, será en puntos señalados, no habrá vacunación en las casas, debido a las condiciones sanitarias en el manejo del producto.
A fin de que la gente acuda a vacunarse, es necesaria una amplia campaña de información en todos los medios posibles de las reacciones que provoque su aplicación.
A nivel personal se debe tener cuidado en la desinformación, consejos populares y noticias falsas con relación a la vacuna.
Y los nostálgicos esperan que no se politice o se aproveche con fines electorales la aplicación de la vacuna.
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