Atorada, la negociación de paz entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista
Este año habrá elecciones de gobernador en el estado de Querétaro. En los últimos días se habla de precandidatos, partidos políticos, democracia y fraude, entre otras cosas. Cansada de juicios y comentarios sobre los comicios electorales de 1997, quisiera tocar un tema un poco olvidado, aunque parece alejado de todo esto, tiene mucha injerencia dentro de la discusión electoral.
La mayoría sabemos, aunque lo hemos olvidado, que el primer día de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas, iniciando así una lucha, hasta ese momento primordialmente indígena, por techo, tierra, pan, educación, salud, democracia, libertad, independencia, justicia, paz, información e igualdad.
Por lo general, cuando un movimiento de esta naturaleza comienza, la respuesta de la gente es muy explosiva; hay personas que desaprueban totalmente esta lucha, mientras que otros la apoyan y llegan a hacerla suya.
Pero bastan sólo un par de meses para que otros problemas nos distraigan, olvidemos por completo la efervescencia de los primeros días.
El gobierno, como siempre lo ha hecho, aprovechó la apatía de las personas, para minimizar el movimiento zapatista. Mientras tanto el EZLN ha buscado una comunicación con la sociedad civil, quien, a su vez, en la consulta realizada en 1995, le pidió al Ejército Zapatista que se sentara a dialogar con el gobierno para llegar a la paz.
Sin embargo, el problema de esta postura ciudadana es que al gobierno no se le exigió que también se siente a dialogar; por ello hasta el momento, no ha querido tomar en serio la discusión. El EZLN ya se dio cuenta que con el diálogo no ha logrado todo lo que quiere y que la sociedad, además de no reconocerse a sí misma como una fuerza política, no es escuchada.
Por todo ello, en la cuarta declaración de la Selva Lacandona, se hizo un llamado a la sociedad formar el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), que intenta unir las fuerzas del Ejército Zapatista y de la sociedad.
Después de varias semanas de haber interrumpido el diálogo, por la falta de acuerdos, los zapatistas decidieron volver a dialogar con el gobierno y se sostuvieron algunas relaciones con la Cocopa con la finalidad de llegar a un acuerdo sobre la ley indígena, la cual se encontraba estratégicamente empantanada, en un año electoral donde la paz de los indígenas no le importa a la mayoría de los ciudadanos. Esta ley se elaboró en la primera de Derechos y Cultura Indígena. Sin embargo, cuando por fin se logró una propuesta conjunta entre los zapatistas y la Cocopa. el poder ejecutivo — léase el presidente Zedillo—solicitó tiempo para revisar la propuesta antes de que esta pasase al poder legislativo. Tiempo después dijo que quería hacer algunos comentarios, y en lugar de eso, el gobierno volvió a jugar sucio: presentó una contrapropuesta completamente distinta a la del EZLN.