Bajan ganancias por el huachicol, el empleo ha ido a la baja: huachicolero
Cuando estaba el desabasto a nosotros también nos la subieron. No le ganábamos mucho: 70 pesos por garrafa. Ya no es nada. Antes podías sacar 3, 4 mil. Ahorita la he revendido en 17 el litro. A ti te suben el precio. Tu ganancia es la que se reduce, porque ellos lo suben
“La sacan del ducto, llega a otra casa que compra, la distribuye y de ahí va a las tienditas, por así decirlo, que también la compran y ya los que van y compran a la tiendita. Son como tres pasadas y por eso se va haciendo menos la ganancia; ya pasó por otras tres personas que ya le ganaron”, dijo bajo anonimato un huachicolero que opera en la entidad queretana, quien últimamente se ha separado del negocio por lo poco redituable que se ha vuelto para él.
Reveló la manera en que ha cambiado su panorama de la extracción de combustible en la entidad desde el inicio de la llamada “guerra contra el ‘huachicol’” dirigida desde el gobierno federal. En ese sentido, comparó la situación respecto a 2017, cuando estimaba ganar alrededor de 50 mil pesos de enero a septiembre; sin embargo, en los últimos cuatro meses sólo ha comprado cinco garrafas de 20 litros, con las que apenas ganó 350 pesos.
Matizó que han cambiado, en su consideración, la avidez de tomas y vendedores, las dinámicas de venta y precios, entre otros aspectos; sin embargo, indicó que la colusión con las policías municipales sigue en pie, aunque “como que ya ni la ley le quiere agarrar chido. Por eso mismo ya no están pasando gas. Ya no llega, por todo lo del gobierno federal”. A su vez, reveló que, en un grupo de ordeña nuevo en al que se desplazó, los encargados son jóvenes que rondan los 18 años de edad, salvo por el “dueño” de la toma.
En 2017 me comentaste que costaba unos 150 mil pesos que los de Pemex te instalaran una toma, y te informaban cuando el ducto estaba “vivo”, ¿eso ha cambiado?
—Sí, te la vendían esos güeyes. Ahorita no sé, porque me he estado separando. Yo creo que a ellos [al grupo de ordeña] les llega por pipa. Se me hace muy raro que ya tengan las garrafas listas. Lo normal sería que tú vas, llegas, está la cisterna y cámara; te rellenan en corto tus mismas garrafas.
Antes de que se dieran los operativos federales, ¿hasta entonces seguían ordeñando regularmente?
—Sí, todo seguía normal. ‘nomas’ de repente, pero no fue como la misma semana que empezó AMLO con sus pedos, fue como unos dos meses antes: se empezó a ‘bajar la vaina’. Yo pienso que ya les habían avisado o, más bien, tal vez ya estaban actuando desde antes. Ya hasta después lo televisaron, cuando ya tenían algo controlado y una buena imagen qué mostrar de su trabajo.
¿Cuánto has comerciado desde que inició el programa contra el huachicol?
—Bien poquito. Ya no es nada. Saqué como 70 pesos por garrafa, como unos 350, por mucho. Cuando estaba el desabasto a nosotros también nos la subieron. No le ganábamos mucho: 70 pesos por garrafa. Ya no es nada. Antes podías sacar 3, 4 mil. Ahorita la he revendido en 17 el litro. A ti te suben el precio. Tu ganancia es la que se reduce, porque ellos lo suben.
¿Cómo has visto que ha seguido el número de tomas?
—Yo creo que han bajado. Antes, ya ves, en todos lados vendían. Ahorita como que ya no; ya nadie. Hasta esos mismos que vendían así por litritos en las tiendas estaban buscando gas ahora que estuvo eso de que había filotas de dos horas en las gasolineras.
Debido a las explosiones, ¿han tomado precauciones como tal?
—Es que como tal no estás en contacto con el líquido. Solamente conectas la manguera y la metes al tinaco o a donde lo vas a cargar y listo. No hay mucho problema de explosión. No hemos tenido ningún accidente. La otra vez, cuando nos fumábamos ese tabaco en la gasolinera, te dije que hasta cuando ordeñábamos. Y sí. En realidad ha habido temor por cosas como lo de Tlahuelilpan, pero si eres ordenado no hay problema. Aquellos la sacaban a cubetadas. Eso sí es peligroso, o si la cagaras y rompieras el ducto.
¿Cuánto duró que no pasaban gasolina por los ductos, desde que empezó el desabasto?
—Como una semana. Me acuerdo que hasta fue un domingo en la noche cuando llegó. Sacaron como tres pipas nada más. Eran como las 12 de la noche y a mí me hablaron: “Ya, ya hay gas”. Pero no traía feria para ir a cargar. Tienes que pagarles cuando cargas. Ahorita ya no cargamos donde mismo. De hecho, con quien estaba se salió; ya no quiso vender, ya hace como cuatro meses.
¿Te uniste a otro grupo?
—Sí. Con otro de un rancho más para adelante. De los mismos que ya conocía ahí, tenían otro contacto y me pasé para allá. Allá [en el primer grupo] a nosotros nos vendían a 10 el litro. Lo dábamos a 15, a 17, dependiendo. Los de ahora son bien rancherotes, como más malencarados. Hasta la sangre la sientes bien pesada. Eran morros (…) Creo que el más viejo tenía 19 años. El mero chido no. Pero, como que esos apenas van empezando. No sé si saquen directo de un ducto o también compren también por pipa. Por eso ahorita ya no le ganas.
Eran como 14 o 15 personas con las que te organizabas. ¿Ahora son menos?
—Sí, era un puño de banda. Ahorita son bien mamones. A veces ni te quieren abrir. Ese día me hablaron a las 12 de la noche: “¿Qué tranza? Ya hay”; “No, pues dónde mero”; “Acá en un terreno. Te metes hasta el fondo del rancho”. Y fui. Yo no había ido para allá nunca. Agarré y ya llegué. Me metí hasta el fondo del rancho y yo no sabía para dónde. Sólo de repente me hicieron las señas, como ya conocen el carro.
Hasta atrás estaba la camioneta parqueada, ya con las garrafas.Esos güeyes, todavía en estos días que había un helicóptero de la Marina allí en el rancho buscando los ductos, me acuerdo que ya tenían hasta las garrafas de 20 litros llenas. Cámara; pero yo traía bien poquita feria. Nada más me traje como seis; no, cinco, porque nada más traía como mil 200, y fue todo lo que dejé de feria (que equivaldría a 240 pesos por garrafa y 12 pesos por litro).
Yo vine a la casa, descargué. Cuando yo iba cruzando por [una colonia cercana], pasaron como tres camionetas de ‘sorchos’. No, pues en corto agarré y le mandé un mensaje: “al tiro porque ahí va la ley”. Quién sabe qué pasó. Después de eso ya no he ido; ya no ha habido. Te haces, después del rancho, como 20 minutos. El pedo es que sí está sólo. No hay nada”.
Me comentabas que algunos policías de la comunidad se coordinaban con ustedes, ¿han tenido problemas con otros que no son aliados?
—No, cuando hay retén te dicen: “ahorita no puedes salir”. El retén empieza a las 11 de la noche y a la 1 ya se quitaron. En ese rato, vas, cargas y ahí te quedas clavado en la toma. Cuando acaba, te avisa ese wey por radio y te dice: “Hey, cámara. Ya acabó este pedo, ya pueden salir”. Pues vámonos. Nadie que no es conocido puede cargar. Ninguna patrulla que no supiera del trato. Hay un acuerdo. Ni la gente ni la ley. Fíjate que hasta eso, como que ya ni la ley le quiere agarrar chido. Por eso mismo ya no están pasando gas. Ya no llega, por todo lo del gobierno federal.