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Capillas familiares en San Antonio de la Cal, tradición en abandono

Algunas capillas han sido abandonadas, otras son usadas como bodegas, corrales y almacenes

Por: Arturo Espinosa Arias

San Antonio de la Cal es una localidad en el municipio de Tolimán, ubicada a cinco minutos del pueblo de Bernal, donde viven alrededor de 2 mil 500 habitantes.

Este sitio, que cuenta con una vista panorámica de la Peña de Bernal, tiene la importancia de poseer 45 capillas ‘familiares’, una tradición que data desde hace más de 200 años desde su fundación, donde descansa la memoria de los familiares fallecidos.

 

Sin embargo, la tradición se ha perdido a través del tiempo.

El sitio está localizado entre el territorio delimitado por el triángulo que forman los cerros de El Zamorano, El Frontón y la Peña de Bernal, el cual fue nombrado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2009, debido a las tradiciones de la zona.

San Antonio de la Cal se caracterizó por la tradición de estas capillas ‘familiares’, pues se encuentran en el frente o a un costado de la casa.

Esta tradición, la belleza arquitectónica y la importancia que tienen las capillas para los lugareños se han visto afectadas por el paso de los años, ya que algunas han sido abandonadas, otras son utilizadas como bodegas, corrales para animales domésticos y para almacenar material de construcción. Pocas siguen conservadas en buen estado y son utilizados en fechas como Día de Muertos o Semana Santa.

El señor Rosario Mora es quien se encarga de mantener la capilla mejor conservada de la localidad. Recordó cómo ha sido la historia de esa capilla familiar pues fue una herencia familiar, que más tarde se convirtió en una atracción para los visitantes de San Antonio de la Cal.

“Quedé de encargado. Mi abuelo me dijo ‘te quedas como dueño’. Pero a la vez que el tiempo transcurrió pues ya es del gobierno, entonces ya estoy aquí como velador” dijo.

Manifestó que las festividades ya no se hacen como antes en número de personas, pues ahora se limita al festejo entre los familiares del hogar al colocar una pequeña ofrenda en memoria de los fallecidos de la capilla.

“Hacemos una ofrenda en las capillas pero la pura familia. Aquí nomás mis dos hijos que tengo, yo y mis hermanos no viene nadie más, pero pues solo es cada año, no es cosa de una o dos veces a la semana y ponemos como ofrenda tamales, pulque, aguardiente.

“Cuando ‘levantamos la ofrenda’, lo que pongamos de pulque, tequila o lo que sea, se regala a dos que tres personas que pasan”, explicó.

En esta capilla familiar está la memoria de todos los allegados del señor Mora, desde sus abuelos, padres, tíos, hermanos y primos. Por lo que se siente con la obligación de recordarlos aunque sea una vez al año.

 

Su capilla familiar la visitó Felipe Calderón

Consideró que las demás capillas familiares que existen no son tan ‘cuidadas’ como la suya, asegura que incluso fue visitada por el ex presidente Felipe Calderón.

“Pues habrá unas 40, 50 capillas alrededor de la comunidad, aquí atrás de la casa hay unas, bajando por la calle de enfrente hay otra, allá atrás de la secundaria hay otra pero no las tienen tan cuidadas como esta.

“Aquí vino el Presidente de la República cuando estaba Felipe Calderón en un recorrido por la zona”, recordó.

Costoso mantenimiento

Rosario Mora explicó que esa capilla tiene alrededor de 200 años construida, por lo que el mantenimiento de la misma es un problema porque muchas veces no tiene dinero para las reparaciones, misma razón por las que otras capillas han sido abandonadas.

Inclusive el señor Rosario ha viajado hasta la capital del estado para pedir apoyo económico para el mantenimiento, pues en su delegación no le han podido ayudar.

La señora Juana, dueña de una miscelánea en la calle donde se encuentra otra capilla junto a la secundaria de la comunidad, indicó que esa capilla fue abandonada por sus dueños y nadie se hace cargo por los costos que implica.

“Nadie se encarga de ella porque es un gasto más y pues el dinero no sobra, ahí la pueden visitar pero nomas por afuera, por que ya nadie tiene llave, pero aquí abajo hay otra capilla esa sí esta cuidada (la del señor Mora)”, explicó.

Como este caso hay otros en la comunidad, las capillas ya no representan una tradición importante para los lugareños. Algunas son utilizadas como almacenes para otras cosas o la familia residente no conoce información de la historia de esa capilla.

Los habitantes que pasean por la plaza principal del pueblo desconocen la historia o la tradición de estas capillas, pues ya no es tan común que la gente las frecuente.

Incluso la encargada de la biblioteca de la delegación no supo explicar cómo funciona el mantenimiento de las mismas, pues las personas encargadas de su cuidado casi siempre son las de mayor edad dentro de las familias.

 

La tradición junto con las capillas están en riesgo de desaparecer, aun declaradas por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad hace cuatro años, debido al deterioro del tiempo y la carente economía de las familias que repercute en el mantenimiento.

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