En 3 meses, resultados preclínicos de la vacuna que desarrolla la UAQ
A pesar de la falta de presupuesto, “en máximo 3 meses tendremos resultados de prueba preclínica que hacemos en 4 especies animales para no perder tiempo”, rescató la Rectora García Gasca.
Este viernes fue firmado el acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para financiar el proyecto de vacuna contra el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, informó Teresa García Gasca, Rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), quien manifestó que en 3 meses se esperan los resultados de la etapa preclínica del proyecto.
En entrevista con Tribuna de Querétaro, la Rectora platica la historia de la vacuna, proyecto encabezado por Juan Joel Mosqueda, investigador de la máxima casa de estudios. Hace un breve repaso del desarrollo del proyecto, el diseño de la vacuna, así como la falta de apoyo real a la producción científica nacional.
Todas las acciones de la UAQ contra el COVID-19 comenzaron a finales de febrero, cuando el país presentaba los primeros casos de la enfermedad originada en Wuhan, China. Unos 10 investigadores —incluida García Gasca— conformaron tres equipos de trabajo “para dar respuesta a la pandemia en medida de nuestras posibilidades”.
“La Universidad ha aportado en proyectos COVID-19 unos 2.5 millones de pesos, recursos propios que ha permitido arrancar, de otra manera nos hubiéramos quedado congelados como ocurrió con otras universidades”, añadió la Rectora al hacer un balance de todas las acciones de la institución durante la pandemia.
La Facultad de Ciencias Naturales desarrolló las pruebas alternativas de detección del virus y anticuerpos; la Facultad de Química logró acreditar ante el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (InDRE) dos laboratorios para ofrecer al público pruebas oficiales.
Finalmente, el equipo de Juan Joel Mosqueda inició con una vacuna basada en una proteína quimérica (fusión de genes distintos) de diseño propio, de ahí que según Teresa García Gasca, sería casi imposible que otro laboratorio parta del mismo diseño que el de la UAQ. La Rectora indicó que cada vez son menos comunes las vacunas que utilizan virus debilitados, por el riesgo a que se reactiven, por lo que se trabaja con fragmentos genéticos o proteínicos que generen anticuerpos en el organismo. En este caso, la producción de una proteína será la vacuna universitaria.
El problema del financiamiento
En un primer momento el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) rechazó la propuesta de la vacuna, pues la bolsa que ofrecía en ese momento era por sólo 6 meses, tiempo insuficiente para concluir la vacuna. Aunque la UAQ se comprometió a entregar primeros resultados en ese tiempo, Conacyt negó el recurso. Ahora con el protocolo avanzado, la Rectora indicó que buscarán de nuevo un financiamiento del organismo.
García Gasca también indicó que la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés) rechazó financiar los cuatro proyectos de vacunas mexicanas que presentó la SRE, esto porque buscaban proyectos más avanzados: “Pedían prácticamente que la vacuna estuviera en producción y asegurar 100 millones de dosis”.
-¿Por qué se decidió este camino de una vacuna a base de péptidos?
Porque el doctor Mosqueda tiene experiencia en diseño de proteínas quiméricas, las ha hecho antes para uso veterinario. En esta ocasión la proteína de la espícula del virus (proteína S que forma ‘la corona’) es una compleja, tiene secuencia grande.
Se copiaron segmentos de la proteína y estos pequeños péptidos son los que se probaron para ver si eran reconocidos por anticuerpos humanos. Los péptidos mejor reconocidos se alinearon en secuencia continua para generar una proteína que no existe como tal, por eso se le dice quimérica, pero finalmente se logra con técnicas de biología molecular.
-¿La proteína S es la proteína de diseño UAQ?
Más bien de la proteína S sacamos el molde del cual tomamos los pequeños fragmentos que luego alineamos para producir la proteína quimérica. Los péptidos elegidos son reconocidos por anticuerpos humanos [y se genera la inmunidad].
-Además de las dificultades presupuestales, ¿cuáles han sido los otros obstáculos en el proyecto?
Falta de financiamiento viene acompañada de falta de confianza y credibilidad de autoridades en universidades. En MX no tenemos cultura verdadera de alianza entre sectores privados, gubernamentales y academia que permita generar proyectos de alta envergadura. En otros países lo primero que hacen es voltear a ver a las universidades para ver propuestas. Hemos encontrado obstáculos, debe ser punto de partida para retomar confianza en la academia.
Lo demás ha sido positivo, contamos con instalaciones gracias a recursos propios. Compramos equipo básico, insumos adecuamos espacios.
-¿Cómo va el financiamiento al que se comprometió el canciller Marcelo Ebrard?
Ya firmamos convenio para que SRE nos haga llegar recurso para la primera etapa. Enviamos un proyecto de 20 millones de pesos, que es lo experimental; la primera fase la calculamos en 3 millones de pesos. El financiamiento del CEPI era de 49 millones de dólares porque incluía una producción masiva de 100 millones de dosis
Pese a la falta de recurso, no se ha detenido, hemos seguido con recursos propios. La parte cara viene con análisis moleculares y bioquímicos. En máximo 3 meses tendremos resultados de prueba preclínica que hacemos en 4 especies animales para no perder tiempo.
-¿Qué animales utiliza la institución?
Conejos, cabras, borregos y ratones. A éstos se les aplican dos inmunizaciones y 10 días después los sacrificamos, ¿por qué? Son animales que nos darán información sobre sobre respuesta inmune y toxicidad sistémica, hepática, etc. Los otros animales no se sacrifican, lo que queremos es replicar el que haya respuesta inmune.