Cultura

Z, un autor insólito

Presencia Universitaria 3

Capsulas de luz y sonido… / Libros, autores y temas

Texto: Julio Figueroa

Voz:                            / Producción:

“Z, un autor insólito” 2 / Enero de 2016.

Parte 2 de 3

Panorámica 2007-2016, 82 años, en el silencio apacible de la noche, el señor Z mexicano despierta y se ve, se escucha y se siente en el susurro del coche de la vida a toda máquina. ¿Qué ve, qué siente, qué piensa, qué escribe? Desde la panorámica de sus 82 años cumplidos. El ensayista, crítico y poeta, su mirada del país, del mundo… de sí mismo. 

–En el silencio, sólo se escucha / el susurro del coche a toda velocidad… entre dos misterios.

 

–¿Qué se dirá en la hora de su muerte?

–¡¿Perdón?!

–Eso, ¿qué se dirá cuando muera?

–No te adelantes, ya lo sabremos, si estamos vivos.

–¿Por qué no decirlo en vida?

–No sé, se dirá lo de siempre y algo peculiar, sin duda.

–No es fácil pero es muy espectacular decirle No al poder.

–Decirle No y crear una obra aparte; pocos lo han hecho.

–En esa sílaba negativa cabe toda la libertad afirmativa de un individuo.

–La libertad de ejercer la mirada crítica sobre el poder oscuro y autoritario.

–Pues el señor Z mexicano ha hecho todavía más.

–Eso, en la sociedad del espectáculo y el consumo de ídolos y sucesos de toda índole, así definida por Mario Vargas Llosa, hoy feliz y en apuros en ese mundo tan cuestionado y admirado.

–Dar la espalda al tiempo de la sociedad del espectáculo y el consumo mediático y ser dueño de tu tiempo y crear y vivir en tu tiempo libre definido por ti mismo. Qué maravilla y qué difícil.

–La obra del señor Z mexicano.

–Eso quería decir, no sé si lo dije bien.

–Fuera de la zona de confort y demandante de la fama, la gloria y el ruido mediático de nuestro tiempo.

–Sin homenajes ni premios, en la era de los premios y homenajes.

–Sin ningún poder, sólo la potencia crítica y creadora de su palabra escrita.

–Afuera del mundo oficial pero no de la sociedad, no de la ciudad, dentro de la cultura pública que es un bien público.

–No es el sabio en su ermita espiritual ni el intelectual en su torre de marfil ni el académico en su cubículo; es el ciudadano escritor insólito en las páginas públicas de los periódicos, las revistas, los libros.

–Sin duda escribe, piensa y lee desde su casa pero también desde la casa común que es la calle, la plaza pública, el mercado.

–Un escritor privado cuya obra es enteramente pública.

–No exagero al decir que es un estadista letrado, un estadista ciudadano, un estadista crítico del mundo oficial.

–En la línea de Daniel Cosío Villegas: hacer verdaderamente pública la vida pública del poder.

–Y además poeta.

–Sabe del valor del silencio del poeta y del valor de la libertad del ensayista.

–Su prosa y sus versos harán muy buena calavera.

–Je je je.

 

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