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Del populismo de Echeverría al cerco de Peña

Nuevamente, un fuerte cerco de seguridad fue implementado durante la visita presidencial, el pasado 5 de febrero

Por: Roger Velázquez

A diferencia de lo que ocurrió con las visitas de los expresidentes Luis Echeverría Álvarez y Miguel De la Madrid, hace 40 y 30 años respectivamente, la ceremonia de conmemoración del aniversario de la Constitución en 2015, encabezada por Enrique Peña Nieto, rompió con la “cercanía” hacia la población e impidió el libre tránsito por las calles ubicadas en las inmediaciones del Teatro de la República, lo que sí podía hacer la población en anteriores visitas de presidentes emanados del PRI.

Con base en una revisión hemerográfica realizada por este medio, en los actos oficiales de 1975, 1985 y 1995 las medidas de seguridad no implicaron un “exagerado” operativo ni cientos de policías federales, militares y vallas ubicadas incluso a cuatro calles de distancia del inmueble, ni provocó el cierre de escuelas en el Centro Histórico, ni una “simulación” de Estado de Derecho, como calificó el exdiputado federal Gerardo Fernández Noroña.

Actos populistas de Echeverría y De la Madrid

En 1975, el presidente Luis Echeverría Álvarez acudió al Teatro de la República a conmemorar el LVIII aniversario de la Constitución. Echeverría Álvarez —llamado por el historiador Enrique Krauze como “El Predicador”, por su estrategia “populista” desde que llegó a Los Pinos— siempre procuró el contacto con el pueblo, para ganarse un afecto que —por imposición del partido único— se transmutaba en obediencia.

El entonces presidente nacional del PRI, Jesús Reyes Heroles, alabó las aperturas y garantías en materia de libertad de expresión —lo que pasaría a ser un cínico discurso un año después, tras el golpe al diario Excélsior de Julio Scherer García, orquestado por el Ejecutivo—.

Asimismo, las palabras del entonces gobernador de Querétaro, Antonio Calzada Urquiza —padre del actual gobernador— hicieron retumbar los ánimos de los oyentes tras hacer alusión al federalismo, y declarar que el Teatro de la República nuevamente se convertiría en “el centro de gravedad de la nación”.

La visita del presidente Enrique Peña Nieto el jueves 5 de febrero, para encabezar el evento de aniversario de la Carta Magna, significó un aparatoso cerco y blindaje de gran parte del Centro Histórico; tal como ha sucedido durante sus tres años de administración.

Esto le ha valido dos notorias diferencias con respecto a los últimos presidentes priistas de México: la asistencia ininterrumpida en tal fecha al Teatro de la República —al menos en lo que va de su periodo—, y el dramático y abrumador asentamiento de tropas de seguridad en la capital del estado.

En 1985 hubo otra diferencia en comparación con el 2015. Aquel 5 de febrero coincidió con la inauguración del Estadio “Corregidora de Querétaro”. El presidente Miguel de la Madrid Hurtado ofició la ceremonia en el lugar de la promulgación, a tempranas horas de ese martes, para después acudir al partido de futbol. En el intento de caminar por los alrededores del Teatro no hubo limitantes para la población.

Por su parte, en 1994, el entonces presidente de México y “padrino político” de EPN, Carlos Salinas de Gortari, se desplazó a San Pedrito Peñuelas tras la ceremonia del LXXVII aniversario de la Carta Magna, para entregar 5 mil títulos de propiedad y 300 viviendas de interés social.

Mayor “seguridad” desde hace tres sexenios

El presidente emanado del PRI más cercano cronológicamente a Peña Nieto, mantiene también una carencia de similitudes con la actual administración en la forma de celebrar el 5 de febrero —que se desborda en la extensión de fuerzas policiales—. En 1995, Ernesto Zedillo Ponce de León efectuó la respectiva conmemoración en compañía del gobernador Enrique Burgos García.

La ocasión fue más similar que distante, en parte por la aplicación de medidas más estrictas en materia de seguridad –—ante los temores generados por el avance del EZLN—, así como el discurso, en el que instó a iniciar una “nueva democracia”, sin rencores ni prejuicios.

Con respecto a los dos sexenios panistas, las similitudes son notorias; como la presencia de manifestaciones. Tal es el caso del 2005, en la última asistencia de Vicente Fox Quezada al recinto queretano. La Unión Campesina Democrática (UCD) hizo una manifestación en su contra.

En comparación al periodo de Felipe Calderón Hinojosa —quien faltó dos años al Teatro de la República, incluyendo el primero de su gestión, que coincidía con el LXXXX aniversario de la promulgación de la Constitución—, la actual administración ha imitado, e incluso superado, los puntos de vigilancia y amurallamientos del perímetro con la visita presidencial a Querétaro, lo que también ha aumentado el caos y las problemáticas viales.

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