Desarticular los movimientos sociales, misión del PAN en el poder

Universitarios del 98, fueron testigos de un intento de represión hacia organizaciones sociales por parte del gobierno de Ignacio Loyola Vera
Por:David A. Jiménez / Mánelick Cruz
“No éramos nosotros el objetivo de esa agresión, era, desarticular las organizaciones sociales: lo lograron, a fin de cuentas, a partir de este montaje de agresión”. Antonio Flores González
La generación de finales de los noventa se vio influida por los movimientos sociales de la época, los primeros efectos del neoliberalismo y las transiciones políticas que recaían en el PAN. La Universidad Autónoma de Querétaro no quedó exenta de esta situación, especialmente en 1998.
Ese 5 de febrero de 1998, estudiantes, administrativos y académicos de la Máxima Casa de Estudios, con el rector José Alfredo Zepeda Garrido al frente, salieron desde la explanada de rectoría a las calles a protestar por el recorte presupuestal por parte del gobernador Ignacio Loyola Vera, quien llegó a afirmar que “era mejor invertir en carreteras que en la universidad, la universidad era un saco roto, se perdían los recursos”.
Antonio Flores González, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, era estudiante de la misma unidad académica hace 18 años. Indicó que las distintas organizaciones sociales se manifestaban desde Jardín Zenea; los universitarios hacían lo propio desde el Jardín Corregidora: «Cada grupo intentó formar su comitiva para ver al presidente y entregar el pliego petitorio de mano. Nos mantenemos separados, pero tampoco ajenos, porque pues nos conocíamos por todo esto de la movilización política de ese entonces».
Comentó que en 1998, el Frente Independiente de Organizaciones Zapatistas (FIOZ) era considerado como un peligro para la sociedad por parte de Gobierno del Estado, en especial el sector indígena que aglutinaba y calificó la organización del FIOZ como algo “que no se había visto en Querétaro y que no se ha visto hasta hora, creo que todavía, y mucho estaba en torno al FIOZ”.
«Al patio Barroco, al patio Barroco»
El maestro Antonio González dijo que los universitarios se dieron cuenta poco después que todo había sido un montaje: “Claro que no éramos nosotros el objetivo de esa agresión, eran las organizaciones sociales, había una intención de desarticularlas: lo lograron, a fin de cuentas, a partir de este montaje de agresión”.
Coincidió con Jerónimo Sánchez, quien perteneció al FIOZ, al explicar que el autobús en el que viajaba el presidente, salió por Corregidora con rumbo a Avenida Universidad, mientras en el que viajaba el gabinete fue por Juárez (a la altura de Banamex).
La maniobra del autobús, entregaba al mismo ante una multitud enfurecida que comenzó a apedrear y apalear. En ese momento, a decir del catedrático, comenzó la trifulca y los universitarios se retiraron: «escuchamos las botas, los pasos, volteamos hacía San Antonio y sobre Corregidora, vimos que venían y ¡córranle! Nomás se echó el grito y se empezó a gritar ¡al patio Barroco, al Patio Barroco! No sé hasta dónde habrán llegado los granaderos».
Flores González habló con representantes de los medios de comunicación tiempo después, mismos que les refirieron que Gobierno del Estado les solicitó dar cobertura al suceso desde la azotea de un negocio de tortas en 16 de septiembre y «ellos no entendían por qué los mandaban cubrir ahí arriba si era un lugar donde no tenían una buena perspectiva… después entendemos que querían que cubrieran una agresión montada al gabinete”.
Antonio González, sostuvo que la administración gubernamental de Ignacio Loyola Vera del PAN (1997-2003) logró su cometido de desarticular al movimiento social cuando encarceló a los principales líderes del momento: “La gran lección de las organizaciones en ese momento es que debían crecer en su capacidad política desde la base, para que su represión no fuera tan sencilla como simplemente encarcelar tres o cuatro personas”.
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