Desentrañar el lado amargo de la vida, misión del periodismo: Vicente Leñero
Esta entrevista fue realizada en el otoño de 2008 en las instalaciones de Radio Querétaro. Vicente Leñero estaba de visita en Querétaro para promocionar su libro Gente así. Tras la rueda de prensa, en donde habló sobre su obra literaria, lo abordé para entrevistarlo sobre periodismo. Tras realizar una entrevista radiofónica y en espera de una entrevista más vía telefónica, me respondió brevemente de manera amable. Aquí esa breve charla publicada en Tribuna de Querétaro el 29 de septiembre de 2008.
Por: Víctor López Jaramillo
Para Vicente Leñero, quien es uno de los pilares del periodismo mexicano, la misión del periodista, así como la del escritor, es desentrañar el lado amargo de la vida, porque “como siempre he dicho, lo mejor de la Divina Comedia no es el cielo sino el infierno”, afirmó en su visita a Querétaro para promocionar su nuevo libro Gente así.
En entrevista exclusiva con Tribuna de Querétaro, el autor de obras básicas, como el Manual de Periodismo o Los Periodistas, aceptó que ante un escenario en donde en nuestro país ya son comunes los bombazos y los decapitados, México parece un país de novela negra con una situación muy novelable.
“Si viviéramos en Suecia no podríamos hacer buen periodismo porque allá no pasa nada. Los países en crisis son los más periodísticos, por llamarlos así, entre comillas. Nada más hay que ver a Ryszard Kapuscinski, periodista polaco, que recorrió el mundo para ir a países conflictivos donde se pueden escribir mejores reportajes y novelas. Sí, México parece una historia de novela negra digna de los mejores escritores. Esas novelas que nunca terminan, en donde nunca se descubre al asesino”, manifestó.
—Con tantos decapitados y violencia, ¿México ya perdió la cabeza?
—Yo creo que sí. No soy analista político para desentrañar el problema…
—Pero sí un periodista…
—Pero un periodista hace preguntas que no tienen respuesta. Los periodistas no tienen soluciones. Estrictamente no tienen opiniones, investigan para ofrecer lo que hay, pero no, de eso están a cargo los analistas políticos y yo he sido todo menos un analista político.
Durante la rueda de prensa previa a la entrevista, Vicente Leñero lamentó el papel que juegan muchos comunicadores al no informar correctamente a su auditorio, y recordó el caso del conductor de noticiarios Jacobo Zabludovsky, quien, dijo, fue durante años vocero del poder.
—En el drama nacional, ¿qué papel juega la televisión? ¿El mismo que en tiempos de Zabludovsky?
—Más o menos sí. La televisión comercial es siempre dependiente de la voluntad de los dueños de las televisoras y ellos siempre están de acuerdo con el gobierno en turno porque no quieren perder sus privilegios. Y si abren cadenas de televisión o de radio o periódicos, estos medios obedecen a los intereses del empresario. Los mejores medios son o los de las universidades o los medios que están hechos por periodistas.
Cuando son periodistas los que dirigen un medio, no hay interés empresarial que valga. El empresarial priva por encima del interés periodístico, eso es un hecho, y a veces los medios no informan bien, no dan a conocer bien la realidad, no por fallas periodísticas sino por preocupaciones empresariales.
—Afirma que los países en conflicto son un paraíso para el ejercicio de contar noticias, pero en México se ha convertido en un infierno, pues es donde más periodistas son asesinados.
—Periodísticamente, sigue siendo un paraíso para el periodismo, dicho sin reconocer que la realidad cotidiana es más importante que el periodismo y la seguridad propia es más importante que el periodismo.
—¿Cómo superar este tramo amargo?
—No sé, hay que encontrarle solución, exigirle al gobierno que cumpla con sus deberes, a los encargados de los gobiernos federal y locales; y diputados y senadores que encuentren caminos de solución, que no se dediquen a conservar sus propios intereses. La clase política está en bancarrota, es una decepción enorme para la ciudadanía no solamente ver a los gobiernos en sí, sino a los partidos políticos, no hay a quién irle.
—¿La democracia nos ha fallado?
—Sí, nos está fallando… pero no es la democracia la que está fallando, es la clase política que quiere conservar sus privilegios. La mantenemos y no está interesada por nosotros. No hay a quién irle, por eso los índices de abstención son enormes, me contarán a mí como uno más de los abstencionistas.
—Antes los periodistas tenían que cuidarse del poder político, ahora hay poderes fácticos, como el narcotráfico, de los que también hay que cuidarse…
—Hay que agregar a otros más, el narcotráfico, el gobierno y las cámaras, el segundo poder, el de las cámaras. Hay que cuidarse de los políticos, de no emboletarnos en su demagogia a favor o en contra de lo que está pasando, hay muchos poderes fácticos que de pronto se vienen encima y el periodismo testimonia eso. Y todo testimonio es una denuncia.
—¿Bajo estas circunstancias ser periodista es ser suicida?
—No, en ningún momento. La posición del periodista es privilegiada porque no tiene que servir a ninguno de esos poderes. El periodista sirve a la realidad. Vamos a explorar la realidad, no tanto la verdad, porque ésta es inalcanzable. Se sirve a la realidad y ésta no pertenece a ningún partido. Periodista que pertenece a un partido es mal periodista. El periodista no está para militar en un partido, está para observarlos a todos con igual interés y la misma intención de desentrañar qué hay debajo de lo que nos dicen.
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