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“Donde se dispararon balas”

El Cronista de la Universidad, Juan Trejo Guerrero, afirma que la consolidación del Centro Universitario permitió que la UAQ sea hoy una de las más importantes universidades del país

Por: David Eduardo Martínez Pérez

Para Juan Trejo Guerrero, cronista de la Universidad Autónoma de Querétaro, la inauguración del Centro Universitario el 8 de diciembre de 1973 fue un hito no sólo en la historia de la educación superior en la entidad, sino en la historia de Querétaro en general.

Trejo Guerrero afirmó que sin la consolidación de este campus habría sido imposible sostener todo el crecimiento que ha llevado a la UAQ a ser una de las más importantes universidades que existen en el país.

“Había un total de 3 mil 35 alumnos en el 73. A 40 años de distancia hay más de 26 mil, entonces era necesario realizar este crecimiento que implicó la creación del Centro Universitario. El campus de Centro Histórico ya resultaba insuficiente para las necesidades de la Universidad”, señaló.

 

Juan Trejo también resaltó el papel del nuevo Centro Universitario en la consolidación de nuevos departamentos administrativos como fue el caso de los departamentos de prensa, de planeación, deportes y psicopedagógico.

“Comenzó a entrar la modernidad al ámbito universitario porque hubo una organización más fuerte. Una de las primeras cuestiones que realizó el licenciado Ramírez Álvarez fue una reestructuración de toda la Universidad. Tenía una amplia trayectoria profesional y eso le ayudó a desarrollar sus compromisos con la institución”, recordó.

Al ser interrogado sobre el papel que tuvo Ramírez Álvarez en la construcción del nuevo Centro Universitario, Juan Trejo rememoró que fue él quien hizo la petición a Luis Echeverría y a Juventino Castro para edificar las nuevas instalaciones.

“La cercanía de la administración de Echeverría con el rector José Guadalupe Ramírez Álvarez fue la que hizo posible la consolidación del campus. Un año antes el centro –universitario– había sido pedido por el rector al presidente durante una de sus visitas a Querétaro”.

“Palabras más, palabras menos, en un acto con motivo del triunfo de la República, Ramírez Álvarez le dijo al presidente Echeverría que así como ya habían disparado balas en el Cerro de las Campanas para luchar contra el imperio, ahora debían dispararse varillas y costales de cemento para luchar por la educación superior.

“Esto impresionó profundamente al presidente Echeverría y eso fue un factor determinante para que decidiera la construcción de este centro Universitario”, destacó.

Sólida administración de Ramírez Álvarez

De igual modo, enfatizó que hubo una gran cercanía entre José Guadalupe Ramírez y Antonio Calzada, traducida en beneficios para el Centro Universitario.

Sin embargo negó que esto interfiriera con la autonomía universitaria y que supusiera un retroceso con respecto a la confrontación que mantuvo con diversos representantes de la sociedad queretana el rector Hugo Gutiérrez Vega, quien luchó por el Patio Barroco en 1966.

Recordó que entre Ramírez Álvarez y las autoridades había mucho respeto mutuo.

El cronista de la UAQ caracterizó la administración de Ramírez Álvarez como ‘bastante sólida’ y con beneficios no sólo materiales, sino también para los estudiantes y trabajadores de la Universidad.

 

“Cuando la quincena caía en una fecha cercana a alguna efeméride como el 10 de mayo, lo que él hacía era que les adelantaba el pago a los trabajadores para que pudieran tener ese dinero durante la celebración. También nos afilió a todos por primera vez al Seguro Social”, puntualizó.

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