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“El Elefante de Acero”, un siglo entre sus pasos

El historiador José Óscar Ávila hace un recorrido por la historia de la Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey en su más reciente obra

Por: Ana Lilia Rosales Ramírez

La Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey es un lugar donde convergen varias historias que testifican y retratan todo un siglo de México, consideró el historiador José Óscar Ávila Juárez en su libro Ascenso y caída del Elefante de Acero Regiomontano: Historia de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey 1900-1996, obra que se presentó en la Facultad de Filosofía.

Este libro es una aportación a la historia empresarial y económica, no sólo de Monterrey, sino del país, señaló Lylia Palacios, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Utrecht (Holanda) y académica de la Facultad de Filosofía, durante la presentación de la obra.

“Además de la aportación, regional, empresarial y económica del noreste de México, muestra lo que recorrió el país en ese proceso de industrialización, la historia de la Fundidora va de la mano con el inicio de la economía de nuestra nación”, dijo.

A través de esta investigación de historia económica realizada por Ávila Juárez, también coordinador de la Licenciatura en Historia, podemos hacer “un recorrido en el tiempo en varios niveles; internacional, nacional y local a través de los cuales conocemos no sólo la historia de la fundidora como objeto de estudio, sino la historia de México, de sus planes económicos, políticas de desarrollo e industrialización de sus actores y de sus resultados”, advirtió Oliva Solís Hernández, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

Respecto a las principales problemáticas que propiciaron la caída de este Elefante de Acero, habló Juan Latapí Sarre, especialista en Ingeniería, quien atribuyó el cierre de la Fundidora a factores como: el aspecto conservador en su operación, el surgimiento de la ciudad alrededor de esta industria contaminadora y el contrato colectivo de trabajo que se volvió inoperante.

Finalmente, el historiador especialista en Historia económica explicó que la denominación “Elefante de Acero” del libro lo tomó del primer logotipo que tuvo esta empresa en 1943: un elefante asiático que representaba la orientación empresarial fuerte de esa época.

El profesor e investigador de la Maestría en Estudios Históricos de la UAQ, habló de esta obra como un acercamiento a la Fundidora y a su entorno, y dijo confiar que ésta tenga un significado social, económico, político y cultural.

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