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El miedo de los antiinmigrantes es que la comunidad hispana crezca, pueda votar y ganar los principales puestos políticos de los Estados Unidos: Odón Betanzos

Paradójicamente, dentro del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española (celebrado en abril en Zacatecas), algunas de las conferencias magistrales más interesantes fueron sustentadas por estadounidenses; es decir, por hispanos que viven en un país donde la lengua oficial —imperial, podríamos decires— es el inglés. Uno de estos norteamericanos, de sangre hispánica, es el Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Odón Betanzos. Con él tuvimos la oportunidad de platicar sobre la grave y creciente problemática de los inmigrantes hispanoamericanos que recibe el país de las barras y las estrellas.


— ¿Cómo ha visto la promoción actual de leyes antiinmigrantes?

La ley antiinmigrante es bastante extrema. Parte de una política injusta: abrir la puerta cuando se necesita mano de obra barata y de cerrarla cuando no se necesita; como si la mano de obra no fuera humana. Me parece que el ser humano es algo más importante que todas las leyes y que las leyes deberían de ser más justas, más humanas; más acordes con los seres que necesitan refugio, la protección y la solidaridad, no solamente de los seres humanos, sino también de los gobiernos. Eso para mí está más claro que la luz del día.

— ¿De dónde se nutren estas vertientes que parecen ser racistas, de qué origen; ideológico, filosófico, provienen?

— Yo supongo que dentro del pensamiento heredado de los ingleses, de su filosofía pragmática, está todo, ellos son uniformes en la religión. Ellos interpretan que todos tienen que ser protestantes, si no son protestantes no entran dentro de su mundo. Para esa mentalidad ser blanco es el modelo; es decir, tienen un sentido unitario dentro de esa forma de pensar y de ser. Nosotros no, somos un crisol de razas, unos son blancos, otros son negros y otros son tostados. Una vez platicando con un cubano, el negro y yo un español blanco, él me decía que la cultura hispánica nos envuelve a todos dentro de nuestra diversidad. Ustedes como mexicanos, yo como español, esa cultura es la que nos define, más que el ser blanco o ser protestante.

Ellos ven como un peligro el incremento del número de inmigrantes en Estados Unidos; pues al poco tiempo estos podrán votar y podrán determinar quiénes lleguen a las alcaldías, quienes lleguen a ser senadores y representantes. Por otra parte, creo que en los Estados Unidos se están enfrentando dos culturas, la cultura pragmática anglosajona con la cultura espiritualista latina. Yo pienso que nuestra cultura es espiritualista porque dentro del mundo hispánico, dentro del mexicano y del español del chileno y del puertorriqueño, está el futuro de la paz del mundo.

En nuestros pueblos hay leyes espirituales que van a determinar las soluciones de los pueblos; porque las soluciones de los pueblos no están en la economía que nos quieren imponer, están en estos mismos pueblos que todavía sienten el olor del semejante, que todavía protegen la naturaleza. Y eso es nuestro pueblo, ahí están nuestras reservas; aun siendo los más pobres esa es nuestra riqueza.

— Nos puede dar un ejemplo de que tipo de injusticias viven los hispanoparlantes en Estados Unidos…

— Los migrantes, cuando legalizan su residencia en los Estados Unidos adquieren derechos, estarán marginados, si alguien atenta contra su integridad o contra su nacionalidad pueden protestar e incluso pueden llevar a los tribunales su caso, porque son ciudadanos de los Estados Unidos. En cambio, el ilegal está expuesto a cualquier cosa. El odio hacia ellos llega a tal extremo, que muchos anglosajones van a los aeropuertos para ver si reconocen a alguien que parezca ilegal y echarlo fuera, se ponen una banderita y tratan de intimidar a los latinos, como si ellos fueran representantes de la ley. Pero también, en ocasiones, algunos hispanos nacionalizados, van contra estos antiinmigrantes a ofenderlos y gritarles.

— Maestro, yo comprendo que los políticos quieran que los electores sean sajones, es decir las gentes que ellos siempre han controlado, pero en la gente común, en los obreros, en la gente que aparentemente no tiene este trasfondo político ¿por qué se llega a dar este, este clima de racismo?

— Bueno yo creo que tiene dos vertientes naturales: una de que ellos piensan con su religión protestante y su cara blanca que son superiores. Eso es uno de los rasgos, el otro es el miedo, miedo natural de que en algún tiempo los latinos puedan votar y puedan definir, no solamente quienes van a ser sus representantes, sino puedan, también, modificar el curso y la manera de vivir de su pueblo. El problema grave y último, es que ellos piensan que los latinos pueden modificar las estructuras políticas y culturales, sociales y religiosas del pueblo norteamericano, ese es el trasfondo total.

— Y por otro lado ¿cómo es el comportamiento de los hispanos, su respuesta a estas agresiones?

— El clima antiinmigrante ha sido duro para nosotros, pero en cierto modo nos ha abierto los ojos. Antes muchos pensaban que tenían posibilidades de crecer por si solos, ahora saben que no las tienen. Ahora saben que nosotros somos un pueblo totalmente definido y que si eres un mexicano, un chileno o un español tienes que estar unido. En este momento los que no están unidos, se unen.

En este sentido todo lo negativo ha rebotado y rebota en contra de los que están intentando imponer estas leyes. Yo creo que al final nosotros vamos a ganar. Ahora que, dentro de estas palabras, “nosotros vamos a ganar” hay un tajo de sufrimiento, de dolores, de miseria, de hambre. Es muy fácil decir nosotros vamos a ganar, pero a qué costo. Eso significa que muchas. criaturas se mueren porque no tienen asistencia médica o que miles de personas que intenten pasar la frontera se quedarán en el camino. ¡Quiera Dios que todo se arregle de otra forma!

— Dentro de toda esta problemática yo creo que también se revelan los mejores valores de gran parte del pueblo norteamericano, porque también hay asociaciones de derechos humanos que están apoyando a los migrantes.

— Es cierto, yo estaba hablando de uniformidad, pero dentro de esa uniformidad, como en todo, hay excepciones. Yo conozco hombres blancos protestantes en que son piadosos, y ellos son los que están en esas instituciones de servicios sociales o de derechos humanos. Hay que valorarlo porque verdaderamente representan una fuerza simbólica y una fuerza moral. Con la postura de ellos están señalando, a que los que están ostentan el poder, de una de forma imperiosa, economicista, sin pensar en lo humano, que ese no es el camino.

— ¿Podemos esperar qué finalmente triunfe la razón? ¿Que triunfen los mejores valores de este pueblo norteamericano que luchó por una Constitución en donde se abolió la esclavitud y el racismo?

— He visto durante años que algunos de esos males similares o parecidos a estos han sido subsanando, hasta cierto punto, por ejemplo: la situación en que se encontraban las personas de color, poco a poco ha ido evolucionando. Es decir, el tiempo va modificando la naturaleza humana, es lo mismo que la lengua. Es una evolución en la que se van desechando puntos que ya no son válidos.

Creo que al final vamos a un reconocimiento de los derechos de los inmigrantes; sin embargo, no sé yo cuánto tiempo puede tardar esto, ni de qué forma podrá conseguirse.

— Finalmente yo creo que los mexicanos pensamos que la mejor solución para este problema de la emigración consistiría en que nosotros desarrollemos la capacidad económica para no expulsar gente sino para que se quede aquí. ¿Cree que los Estados Unidos en algún momento se den cuenta de esto y decidan a apoyar a México para que se desarrolle, y que la frontera ya no sea un problema?

— Yo no lo creo, ten en cuenta que el pensamiento y la filosofía del estadounidense es totalmente diferente a la nuestra. Y para ellos ayudar es obtener, y si no sacan nada de inmediato no van a invertir nada. Lo que si veo es que México resucitará y empezará a poner en práctica todo el potencial que tiene, que es enorme; el potencial humano, intelectual, tiene de todo. Si pasan por encima de todas sus diferencias y hasta por la falta de diferencias; si pueden unirse podrán desarrollarse. El problema es de ustedes mismos, no de fuera y de fuera no van a sacar nada. Allá sólo van a seguir siendo mano de obra barata.

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