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“¡El que no brinque es Marcos!

Por:Aurora Vizcaíno Ruiz

Usualmente las manifestaciones en Querétaro tienen un marco de 15 a 30 minutos antes de que comience la primera consigna colectiva. Generalmente, los asistentes se encuentran atomizados alrededor del punto de encuentro y cuchichean entre sus más allegados si, en efecto, existirá o no algún movimiento.

Sin embargo, la “Marcha en apoyo a nuestros hermanos de limpieza y barrido público”, no fue así. Doscientas personas formaron una media luna saturada de naranja frente al Palacio de Gobierno de Plaza de Armas.

Trabajadores dedicados a recoger la basura, miembros de asociaciones civiles, personajes universitarios y culturales y aleatorios asistentes que se encontraban enardecidos por la desafortunada agenda mediática de Marcos Aguilar Vega sembraron gritos de protesta que exigían la revocación de la concesión del servicio de recolección de basura.

Pausa. Las quejas se detienen. La pesquisa aérea de un criminal pendiente capta la atención de los manifestantes: “¡Miren! ¡Allá van sus impuestos! ¡Díganle adiós a sus impuestos!” grita uno de los asistentes. Allá va el Eddycóptero, piensan los manifestantes que centran su verbo en la figura de Aguilar Vega durante minutos intermitentes.

Pausa. “¡Vamos a marchar!” Se escucha en un extremo de la media luna naranja mientras en otro balbuceaban “…que Marcos Aguilar privatizó a su mamá…”.

Llamó la atención que el desfile de protesta contó con la participación de niños sentados en los hombros de sus padres con pancartas y ropas naranjas. El despliegue de las consignas de los manifestantes siempre cambiaba de tono cuando gritaban “¡El que no brinque es Marcos, el que no brinque es…!”.

Lamentablemente los dos perros vestidos con camisetas naranjas y que acompañaron a sus dueños a la manifestación, fueron Marcos porque no pudieron saltar.

Conforme los pasos crecían, eran visibles más puntos naranjas que impedían el cruce automovilístico y que recibían claxonazos de apoyo ante el esfuerzo realizado por hombres y mujeres de avanzada, mediana y liviana edad al gritar consignas como: “¡Marcos ratero, privatiza tu trasero!”. Estimación: cerca del millar de manifestantes.

Enumerando las avenidas, la ruta de la manifestación fue la siguiente: Corregidora, Zaragoza y Tecnológico. Fue en la última avenida en donde la concentración se detuvo para advertir a los asistentes que no debían de aceptar ningún tipo de propaganda partidista.

“Disculpe, señorita ¿sabe hacia dónde vamos?” pregunta un hombre intrigado y emocionado a una chica. Metros atrás, un hombre solitario ondea una bandera de la Unidad Cívica “Felipe Carrillo Puerto”. La marcha tomó rumbo hacia la calle Hidalgo y toda la concentración se deslizó hacia el jardín Guerrero.

Así terminó el trayecto, cara a cara frente a los edificios. Las pancartas fueron desplegadas. La furia, los puños y los gritos se fueron disipando y lentificando hasta volcarse hacia la sumisión de los acumulados viernes.

 

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