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Ellos merodean las calles, las autoridades los olvidan

Además de la construcción de un hospital especializado en enfermedades mentales es necesaria la participación activa de todos los sectores de la sociedad

Por: David Eduardo Martínez Pérez

Existe la necesidad de impulsar y construir un hospital especializado en enfermedades mentales o psiquiátrico ya que es un problema que cada vez más se refleja en la realidad que se observa en las calles y que advierten las voces de especialistas.

Todavía no hay en el estado un hospital donde se proporcione atención integral a las personas que padecen algún trastorno de índole mental. Esto se traduce en personas que deambulan por la calle, a veces sin tener dónde dormir, debido a su condición.

En el Centro Histórico se pueden observar personas que hablan solas o agreden a los peatones mientras son rechazadas por su conducta o por el aspecto que presentan.

Por ejemplo está un hombre que recorre el centro por las tardes con un bastón y se dedica a visitar jardines y centros culturales. Esta persona, cuya identidad es desconocida, acostumbra tener conversaciones consigo mismo en diversos jardines, mientras habla de un complot de la CIA y de los “venezolanos” para atraparlo y vestirlo de mujer.

Un caso similar es el de “Magdaleno”, quien pasea por Plaza de Armas con una rasta que le llega a la cintura; intimida a las personas debido a su olor y agresividad. “Magdaleno” duerme en los portales del centro y es incapaz de hilar una frase completa. Generalmente va con la mirada perdida y cruza la calle sin fijarse si viene algún vehículo.

“El nariz” es otro indigente que padece de sus facultades mentales y acostumbra merodear cerca del Jardín Guerrero. Esta persona al parecer llegó desde Guadalajara y se empeña en sostener que es un artista reconocido pese a que luce sucio y desaliñado.

No sólo las plazas públicas del Centro histórico son ‘visitadas’ por estos personajes con padecimientos de la psique. El mercado Escobedo también ha registrado un incremento en estos casos, principalmente en la zona cercana a dónde se realizan las descargas de los camiones.

De acuerdo con la propietaria de un negocio ubicado en privada Guerrero, que tiene más de 20 años de trabajar en el lugar, este fenómeno se presenta desde hace aproximadamente cinco años y no hay nada que las autoridades hayan hecho al respecto.

“Estas personas vienen y se roban la fruta, se llevan piezas de pan, espantan a los clientes. Es poco lo que roban, pero aun así dan mal aspecto porque huelen mal y además se meten a los negocios y ahí espantan muy feo a la gente.

“Algunos son agresivos, no todos, pero algunos sí, hay uno en particular que luego se acerca a las personas y hace la finta de que como que les va a pegar, yo no sé si le haya pegado a alguien pero si lo hace, así como la finta. Otros se hacen del baño en la vía pública.

“Son por lo menos cinco los que yo tengo identificados aquí en el mercado y que dañan el aspecto. Hay mujeres también con ellos, chavitas que no hablan bien y nada más van por ahí (…) no viven acá, la noche la pasan en otro lado, pero vienen seguido de día, que es cuando hay clientes”, explicó.

Un fenómeno que debe abordarse desde la participación social

Velia Herrera Espinoza, académica de la Facultad de Psicología, señaló que este fenómeno debe atacarse no sólo con ‘voluntad política’, sino con la participación activa de todos los sectores que hay dentro de la sociedad queretana.

Herrera Espinoza matizó que aun cuando se construyera una nueva clínica de salud mental, lo que se precisa es que la población tome consciencia de que este es un problema en el que todos toman parte de alguna manera, debido a que la locura en ocasiones es generada por la misma sociedad.

“No sólo los especialistas ni quienes están en la ley son quienes tienen algo que decir al respecto, sino todos los sectores de la sociedad. (…) el problema con quienes padecen enfermedades mentales no es sólo la falta de infraestructura. También necesitamos modificar nuestra concepción de la locura y hacernos cargo de esto”.

“Se necesita un trabajo también interdisciplinario. Tendríamos que ver apoyo o interés de quienes podemos colaborar. Que el gobierno se ponga las pilas en ese sentido y no sólo el gobierno sino toda la sociedad en general”.

La investigadora señaló en este sentido que el problema también es nacional, pues en el país no se ha establecido como tal una Ley de Salud Mental y los últimos intentos por hacer una modificación en ese rubro datan de 2006 y 2008.

Advirtió que no se puede reducir a los “locos” a una condición de marginados y que la problemática de la que forman parte, sólo quedará resuelta una vez que estos tengan opciones ‘reales’ que vayan más allá de la mendicidad o del aislamiento que experimentan dentro de sus familias.

De este modo aclaró que es ‘posible y deseable’ que se establezcan mecanismos para que las personas que padecen problemas de salud mental puedan encontrar trabajos productivos dentro de los cuales desarrollarse.

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