Espuma artesanal
Microcerveceros consideran necesaria la aparición de más productores y consumidores para presionar al mercado que sigue en manos de los grandes grupos
Por: David Eduardo Martínez Pérez
En el kilómetro 11 de la carretera libre a Celaya, se encuentra la planta de Cerveza Toro, una marca formada exclusivamente con capital queretano para producir cervezas artesanales.
Fundada en 2010 por los hermanos Jorge y Elías Torales Rodríguez, la cervecería Toro ofrece sus productos en diversos centros de recreación dentro de la zona metropolitana de Querétaro.
Los hermanos decidieron iniciarla como negocio dado que acostumbraban a preparar cerveza casera cada que recibían alguna visita.
“Mis papás son químicos y tenían la facilidad para elaboración de cerveza. Mi hermano Elías aprendió y cada que había invitados en la casa, él preparaba la cerveza de manera artesanal” explicó Jorge Daniel Torales, quien conoció de cerca el mundo de la cerveza durante el tiempo que trabajó para la cervecería Cuauhtémoc Moctezuma.
“Me salí de la Cuauhtémoc Moctezuma cuando ésta fue absorbida por grupo Heineken, entonces decidí unirme con mi hermano para fundar una empresa independiente enfocada en la producción artesanal de cerveza. Así fue como hace poco más de tres años arrancamos el negocio”, recordó.
Sin embargo, a pesar del relativo éxito con el que han contado hasta este momento, los hermanos Torales han tenido algunos inconvenientes para ingresar en un mercado que se encuentra prácticamente en manos de dos grandes compañías cerveceras.
En un inicio, tuvieron que vender su producto de manera exclusiva en establecimientos que no contaran con ningún convenio con las dos empresas que controlan la mayor parte del mercado.
Según Jorge Daniel Torales Rodríguez, en muchos restaurantes y establecimientos recreativos les resultaba prácticamente imposible el ingreso porque su cerveza no correspondía con las marcas convenidas por dichos establecimientos.
Esa situación cambió ligeramente luego de que la cervecera norteamericana Miller interpusiera una demanda para denunciar el casi duopolio cervecero que existe en nuestro país. Esto permitió que se suspendieran varios convenios que se tenían con los dos principales grupos cerveceros.
Sin embargo, esto aún no es suficiente, pues el 90 por ciento del mercado sigue en manos de estas empresas y sólo el diez por ciento ha sido liberado para la irrupción de marcas nuevas entre las que se encuentran las cervezas artesanales.
En este sentido, Jorge Torales mencionó que es necesaria la aparición de más microcerveceros y más consumidores para presionar a un mercado que sigue en manos de los grandes grupos. Advirtió que de 60 millones de botellas de cerveza que se venden cada día en este país, sólo el 0.016% corresponde a botellas de cerveza artesanal.
Esto significa que entre las más de cien compañías de cerveza artesanal que hay en México, venden apenas 4 mil botellas el día. Por eso, de acuerdo con los hermanos Torales, resulta imprescindible la colaboración entre los diversos productores de cerveza artesanal.
“Colaboramos con otras empresas de Querétaro como Cerveza Corregidora, o Cervecería Hércules, compartimos con ellos proveedores y clientes por lo que organizamos festivales y eventos en conjunto para difundir nuestros productos.”
Los Torales también fueron contundentes al señalar que ven esperanza en el mercado de la cerveza artesanal porque en el último año hubo un crecimiento del 37 por ciento, esto implica la existencia de más de 3 mil empleos en el ámbito de la cerveza artesanal en todo el país.
Señalaron que todavía es un reto competir con los precios bajos ofrecidos por las cerveceras comerciales, pero se mostraron enfáticos e insistieron en que la gente debe entender que la cerveza es un producto no para los excesos, sino para el deleite y la satisfacción del paladar.
“Nosotros preparamos cerveza gourmet, que no es otra cosa que una cerveza para la degustación. Colaboramos con cocineros profesionales para generar en nuestros clientes experiencias gastronómicas completas”.
“La cerveza no es una bebida corriente. Es la bebida más antigua de la humanidad. Formó parte de la canasta básica en muchas culturas y tiene más de 5 mil años de historia tras de sí”, concluyó.
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