Estrecha relación entre docentes y alumnos
Javier Méndez —quien actualmente se desempeña como académico en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales— señala que entonces la facultad era mucho más “doméstica”, es decir, que los docentes y los alumnos llevaban una relación bastante cercana entre ellos.
“Los maestros eran tus maestros en la mañana y por la tarde eran tus amigos. Había mucha identidad entre nosotros, mucho sentido de pertenencia. Ahora eso se ha diluido; por ser tantos, se ha perdido la identidad sociológica. No quiero decir que eso esté mal: dejamos de ser sociólogos para ser universitarios”.
Dicha “identidad sociológica” que había en las primeras generaciones, explicó Méndez, tiene que ver con que la Sociología aporta una manera distinta de ver la realidad y eso marca para siempre a quienes estudian esta licenciatura. “Es como la píldora de Morfeo en Matrix: te permite descubrir muchas otras cosas”.
En este sentido, Edita Solís —egresada de la segunda generación, quien se desempeña como académica dentro de la facultad y que cuenta una maestría en educación— sostuvo que algo que les remarcaba mucho Carlos Dorantes era que los sociólogos en formación tenían que “picar piedra” para lograr un lugar dentro del mundo laboral. Es decir, que ellos mismos estaban obligados a forjarse oportunidades para poder desempeñarse personalmente como sociólogos.
También concordó con Méndez en que la relación maestro-alumno no excluía eventuales vínculos de amistad que se daban sobre todo en los momentos de convivencia después de clase.
En aquel entonces, recordó, la licenciatura todavía duraba cinco años y poco a poco comenzó a verse acompañada por otras licenciaturas, como Ciencias Políticas, creada en 1997, y Comunicación y Periodismo, que derivó de una carrera técnica que ya existía y se impartía dentro de las instalaciones de la facultad.
Tanto Edita Solís como Karla Vázquez Parra, actual secretaria académica de la FCPyS, señalaron que también eran tiempos de mucho debate y que no era raro que se diera una relativa confrontación entre aquellos estudiantes que eran más críticos y los que sostenían ideas “más afines al PRI”.
También concordaron en que los planes de estudio eran mucho menos flexibles y que les hubiera gustado que existieran las posibilidades de movilidad que hay actualmente.
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