Hay que apoyar a los migrantes en sus penas: encargado de albergue
Familias nucleares con hijos numerosos han sido la constante en el albergue de migrantes “Toribio Romo” de la parroquia de San Pedro Apóstol, ubicada en la colonia Peñuelas, aseguró el presbítero Aristeo Olvera Maqueda, responsable del recinto. El párroco detalló que reciben en promedio de 450 personas en un mes.
Aclaró que el albergue no recibe ningún apoyo gubernamental, pues el sustento se da más bien por apoyos de la comunidad local. En cuanto al porqué una asociación religiosa, como lo es la Iglesia católica, debe hacer este tipo de proyectos, Olvera remarcó que no es una obligación escrita, sino que representa un compromiso de todos.
“No nada más participar de sus alegrías, hay que participar también de sus penas. No nada más acercarnos a convivir con aquél cuando nos invita un taco, un trago: Hay que visitarlo también cuando tiene necesidad, cuando tiene hambre, cuando tiene enfermedad, cuando necesita”, subrayó el también organizador de la caravana del migrante.
Aristeo Olvera recalcó que la Iglesia es la única institución que atiende la mayoría de los albergues, pues en México existen 120 sitios que son atendidos por integrantes de esta religión. Así mismo, lamentó la persistencia de los hábitos que orillan al migrante a únicamente pedir dinero, pero a pesar de esto, el sacerdote percibe a Querétaro como una sociedad generosa debido a que está dispuesta a donar despensas al albergue.
Sobre el apoyo económico, el presbítero ahondó: “Yo no digo que no les demos, sino que, ¿el migrante qué te va a pedir? Te pide de comer: dale una torta. Te pide de beber: ve y cómprale el agua; pero no le des el dinero, porque con el dinero compra drogas y compra alcohol”, consideró el también secretario de Migrantes Unidos en Caravana, A. C.
Aumento de migrantes
El sacerdote católico subrayó que aumentó el número de migrantes durante la reciente caravana ocurrida a finales de 2018, toda vez que empezaron a llegar en grupo familias completas. El común denominador, dijo, es que los padres son jóvenes (tienen edades de 38 a 40 años) y cuentan con más de cuatro hijos. El presbítero agregó que muchos de los migrantes provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala, aunque también en menor medida de Nicaragua, Colombia o Panamá.
Además, Aristeo Olvera remarcó la necesidad de organizar la ayuda para que haya cada vez más medios que difundan sobre la actividad: “Hay que organizar la acción, y es un deber de todos, no es solamente [de] la Iglesia”. Mencionó que, antes de apreciar al migrante como tal, habría que apreciarlo como persona. Calificó de afortunado que la Iglesia tenga que asumir la acción de cobijar migrantes.
Para concluir, Aristeo Olvera invitó a cualquier interesado en el proyecto a colaborar, formar parte del equipo y conocer esta labor. Así mismo, dio a conocer que el 30 de marzo se llevó a cabo en el albergue el evento “Comparte mesa con un migrante”, en el cual se busca sensibilizar a las personas con la necesidad de apoyar al migrante.