Hay que romper el mito de la paz queretana, señalan en foro anarquista
Domingo Rosales Suasti expuso que el Bajío ha sido un espacio de revueltas y luchas sociales
Cristo Alejandro Recéndiz
Desde finales del siglo XIX, los gobiernos queretanos han creado el mito de la paz social en el estado, sin embargo, durante este periodo toda la zona del Bajío ha sido un espacio de revueltas y luchas sociales, sucesos a los que se les ha dado poco espacio dentro de la historia oficial, expuso José Domingo Rosales Suasti, sociólogo por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Al respecto, el ponente recordó que las luchas por la tierra y los recursos naturales han producido figuras históricas que ya son poco reconocidas y que intentan ser borradas de la memoria, como los asaltantes de la hacienda de Tlacote, quienes fueron ejecutados en la Alameda por el Estado.
Como ejemplo de su señalamiento, aseguró que recientemente las autoridades retiraron una placa colocada sobre la avenida Zaragoza, cerca de la Alameda Hidalgo, en la que se denominaba a un monumento como “Fuente de los Ahorcados”, con la que se recordaba la ejecución de los luchadores sociales.
Por esa razón, Rosales Suasti consideró: “debemos romper la paz social, ya de por sí rota”, idea que se ha vendido desde finales del siglo XIX, a través de los entonces órganos de comunicación oficiales como ‘La Sombra de Artega’, práctica que actualmente invade a los medios de comunicación comerciales.
José Domingo Rosales Suasti presentó la ponencia “Romper la paz social queretana: de los planes socialistas de La Barranca, Guanajuato (1879) y de Ciudad del Maíz, San Luis Potosí (1882) a la presencia de un delegado de los trabajadores mexicanos en el Congreso Anarquista de Londres de 1881”, en la que también habló sobre los movimientos sociales en el país.
Apuntó que en las últimas décadas en Querétaro, la población y algunas organizaciones de activistas han salido a la calle a cuestionar el orden establecido: «Existe un malestar social, lo más reciente en Querétaro y a nivel nacional son las marchas y bloqueos de carreteras por el gasolinazo o las manifestaciones de los maestros disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que también se da aquí en Querétaro».
En este sentido, el sociólogo destacó que desde 1882, en el distrito de Querétaro, los campesinos hacían labor para generar el descontento en pueblos y haciendas. Aunque ya se tenía conocimiento de rebeldes en la Sierra Gorda, para las autoridades los rebeldes no pasaban de ser “bandidos” que no tenían nada que ver con ideologías europeas o de la Ciudad de México. Tal es así que dos años después de haber sido proclamado el plan revolucionario, las autoridades se enteraron de la rebelión socialista que se avecinaba».
Rosales Suasti agregó que los campesinos queretanos se oponían a los patrones, pero fueron agentes anarquistas quienes les enseñaron a rebelarse a toda autoridad, luego de que en zonas, como Santa Rosa Jáuregui, los campesinos fueron forzados a vender sus tierras a precios muy bajos, para ahora construir parques industriales que contratan trabajadores a los que se les paga una miseria.
El egresado de la UAQ también expuso la composición del movimiento anarquista en México, el cual se se encuentra presente de diferentes maneras en los movimientos sociales, como en algunas comunidades oaxaqueñas que se proclaman magonistas y que realizan asambleas comunitarias con prácticas antiautoritarias.
Otros ejemplos de movimientos anarquistas en México son: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su manera de organización en asambleas horizontales; las manifestaciones estudiantiles, en las cuales no hay líderes visibles; los denominados “Okupas” de la Ciudad de México, así como los “Bloques Negros” y la “Cruz Negra Anarquista”.
En cuanto a los movimientos internacionales, Rosales Suasti destacó la manifestación de Wall Street en 2011 o la comunidad de Marinaleda en España, así como algunas protestas de índole anarquista en Ucrania en 2014, o los grupos anarquistas kurdos que se organizan en un sistema comunal libertario en oposición al Estado islámico.