Importante que la DDHQ permanezca apolítica: Roxana de Jesús

Roxana de Jesús Ávalos es doctora en Derecho Internacional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene una larga carrera en la investigación. Ocupó puestos administrativos federales y fue subdirectora de Estudios Normativos, abogada asesora y defensora adjunta en la Defensoría de Derechos Universitarios.
Insta a resolver los problemas a nivel local para que México no quede como Estado violador de Derechos Humanos
Texto: Manuel Alvarado Salazar
Roxana de Jesús indica que tiene ocho años de radicar en Querétaro y seis de trabajar en la Universidad Autónoma (UAQ), particularmente en la Facultad de Derecho: “Son las clases que doy. Nada más que ahorita, los tengo con trabajos de lejos, porque la función me tiene muy ocupada” resaltó.
Antes de continuar con la entrevista, Roxana de Jesús recuerda su paso por la administración pública federal como directora de Normatividad en la Contraloría Interna de la Lotería Nacional. Enfatiza también su experiencia en derechos humanos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde laboró por cerca de 11 años, de los cuales laboró cuatro años como como abogada asesora y seis años como defensora adjunta en la Defensoría de Derechos universitarios. Además, dice, tiene 24 años dedicándose a su “adicción y vocación: la docencia, esto en distintas instituciones de educación superior, como la Universidad Anáhuac, La Salle y la Universidad del Valle de México.
El domingo 12 de febrero del 2017, el Congreso local nombró a Roxana de Jesús Ávalos Vázquez como la nueva presidenta de la Defensoría de los Derechos Humanos en Querétaro para el periodo 2017-2022; obtuvo 22 votos a favor entre los 25 diputados locales.
-¿Usted conoce bien el estado?
Sí. Conozco una parte, por ejemplo, hemos ido a Jalpan, me gusta Jalpan. Una hermana mía hizo su servicio social en San Joaquín. Estuvimos en San Juan del Río, Peña de Bernal, toda esa zona. Y la verdad algo que me encantó, cuando íbamos a Jalpan, es toda la zona de Tolimán, Pinal de Amoles, la Puerta del Cielo, eso me encantó, la verdad. Esa parte la conozco. Todavía me falta conocer todo lo demás. Y sí, no he ido, pero bueno, es la hora de empezar a hacerlo, ¿no? Sobre todo por el tipo de trabajo. Es organizarnos para entonces empezar a movernos por todo el estado.
-¿Cómo encuentra la Defensoría en Querétaro, a tres días de asumir el cargo?
Con mucho trabajo, sobre todo porque hay pendientes. Se estuvieron dando ahí situaciones medio de fricción, que salieron en la prensa. Pero bueno, ya estamos resolviendo todos esos problemas, sobre todo lo más urgente, que era prácticamente en estos dos días.
“Sí faltan algunas cosas, otras cosas son muy buenas la verdad, por ejemplo los programas de adultos mayores y de menores. Esos los continuaremos. Aquí la idea, y es lo que he aprendido en la academia: lo que está bien que siga, lo que no es del todo adecuado para mi proyecto, entonces se modifica”.
-¿Y de lo que ha visto hasta ahora, qué es lo que va a cambiar?
Sobre todo el aspecto de capacitación al personal. No en tanto que no sepan hacer su trabajo, más bien, es el aspecto de la convicción como funcionarios, como servidores públicos, que deben tener el sentido de lo que es un servidor público.
“Y también otra situación, que cuando uno trabaja todos los días recibiendo quejas, necesita uno hacer catarsis ¿Me explico? Hay cosas a veces tan delicadas y tan dolorosas, que se le rompe a uno el corazón y quisiera uno hacer todo lo posible por ayudar a las personas”.
“Entonces también uno se tiene que desahogar, si no se va acumulando toda es tensión de lo que escucha uno todos los días. Entonces, considero que hay que establecer programas para que venga personal especializado, para que se puedan relajar.
“Otra es que la atención al público es importante. Y con esto no quiero decir que los atiendan mal. Pero hay que tener en consideración que luego nuestro personal tiene que atender a personas que vienen en un estado, a veces, de crisis, y nosotros no somos psicólogos para contener esta situación”. Lo que quiero es que el personal de la Defensoría reciba esa parte de capacitación en cuanto a atención al público para que sea todavía mejor de lo que es”.
“El lunes me di una vuelta en la atención de personas y pregunté a los asesorados cómo los habían atendido, sobre todo porque si me quedo aquí guardada nunca me entero. Entonces la idea es moverse, ver qué están haciendo nuestros muchachos y muchachas”.
-¿Cuál es su opinión profesional de Miguel Nava, de su gestión como presidente de la Defensoría?
Es muy rápido para que yo pueda hacer una opinión, en el sentido de que tengo dos días, casi tres [risas].
-Sí, pero, desde antes. Tal vez haya seguido su trayectoria o en general el trabajo de la Defensoría, ¿cómo lo calificaría? Tal vez desde una perspectiva ciudadana o como una profesional del derecho.
Ahí sí no sé cómo lo perciba la ciudadanía. Bueno, más bien, sobre todo por notas de periódico, pero realmente, para mí es difícil calificar lo que hizo el anterior titular porque no se trata de buscar si hizo cosas buenas o cosas malas. Eso yo, ni siquiera tengo la capacidad para evaluarlo, tendría que hacerse por los órganos correspondientes.
“La realidad es que, también recordemos que todos tenemos estilos diferentes de trabajo, y mi estilo es conciliador ¿Por qué? Si al quejoso le sirviera que yo sacara la espada y me peleara con la autoridad, lo hago. Pero si eso no le sirve y lo único que hago es cerrar la puerta y después con recomendación y todo así se queda, pues no me sirve”.
“Mi quejoso quiere que le resuelva el problema, y yo quiero resolver su problema. Creo que la mejor forma es acercarse también, ya una vez a la autoridad y decir: ‘Bueno, tenemos este problema, resolvámoslo’”.
-En muchas ocasiones se entiende que generalmente su trabajo antagoniza con el de ellos, con el de los fiscales, con el de los jefes de policía.
No debiera. Algo que aprendí en la Defensoría es decirle a la autoridad: ‘mira, nosotros también somos parte de la administración, no venimos de Marte, estamos aquí mismo… Autoridad, te queremos ayudar. La ciudadanía se está quejando por esta cuestión, revisa qué está pasando ahí. Te estamos marcando los puntos rojos, revísalo’.
“Es mejor que tú lo revises y resuelvas el problema a que tengamos que hacer una recomendación, o todo un procedimiento largo que a final de cuentas siempre queda en la conciencia social como una autoridad violatoria de derechos”.
“¿Por qué llegar a grados tan extremos cuando a final de cuentas podemos resolverlo? Y mi asesorado dice ‘¡Qué maravilla!’. Él lo que quiere es que le resuelva el problema y eso es lo que queremos hacer’.
-¿Usted tiene alguna experiencia dentro de organizaciones o como activista de derechos humanos?
No, no como activista de derechos humanos. Porque ustedes lo mencionaron ahí, soy académica. Y justamente he dirigido tesis de alumnos, por ejemplo, uno que estuvo en la Universidad de Buenos Aires, haciendo trabajo sobre desaparición forzada de personas. De otros alumnos que han manejado sobre cuestiones de derechos humanos, en general sobre Convención y Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sobre las sentencias de la Corte Interamericana.
“Entonces, sí conozco el sistema y conozco de esta cuestión de derechos humanos. Quizá pueda señalar el aspecto teórico, pero si no conozco, ¿cómo defiendo? Yo puedo llegar con la bandera y ponerme a gritar, pero yo tengo los conocimientos, sé por dónde llegar a la autoridad y decir: ‘Esto está bien o esto no está bien’.
“Hay protocolos; tenemos 47 tratados internacionales firmados por México en materia de derechos humanos. De los mil 600 y pico tratados que hay entre bilaterales y multilaterales. Todos esos documentos se trata de que los conozca la ciudadanía: nuestros queretanos y queretanas. Los derechos de pueblos indígenas. Las cuestiones relacionadas con tortura, con desaparición forzada. Todos esos tratados internacionales, ¿los conoce la ciudadanía? No creo que sea una desventaja saberlo”.
-Organizaciones han denunciado que la situación de los derechos humanos en Querétaro no es tan buena como podría ser. Incluso han declarado que la situación es alarmante ¿Usted cómo calificaría la situación de los derechos humanos?
Ahorita lo que se necesita es que los queretanos y queretanas confíen en la Defensoría. Que nuestros queretanos vengan y digan: ‘¿Saben qué? Se están violando mis derechos’. Y no digan: ‘Dejémoslo pasar’ o ‘No van a hacer nada’. Yo quiero cambiar eso. Una cultura de denuncia de violaciones de derechos, una cultura de legalidad.
-Y lo que denuncian muchas organizaciones, la desaparición en el estado de Querétaro, ¿cree que sea una situación alarmante? ¿Y cuál es su postura respecto a la negativa de las autoridades de implementar la alerta de género?
Yo creo que primero hay que revisar cuáles son todos estos casos que se mencionan, ver con la autoridad ¿Todos estos casos, qué pasa con ellos, aparecieron o no aparecieron? Porque puede darse la circunstancia de que hayan aparecido. No puedo afirmarlo ahorita porque ese es un trabajo conjunto con la autoridad y con las organizaciones no gubernamentales (ONGs).
“Entonces, ahorita decirlo sería muy imprudente de mi parte porque no tengo los datos duros para hacerlo. Más bien, esto implicaría el hecho de que yo me sentase con ambas partes y veámoslo y evaluemos. Sobre todo porque lo que necesitamos es información fidedigna en esto. Y para tener información hay que escuchar a todas las partes, por lo menos eso es lo que nos han enseñado a los abogados, escuchar a todas las partes y ser imparcial”.
-Otro tema señalado por las ONGs, es la violencia hacia las mujeres indígenas en la región de Amealco.
Sí, así es. El caso de Teresa, de Jacinta, claro. Y sobre todo ese caso, que no es de ahora sino de muchos años. En ese sentido, los tribunales internacionales les dan la razón a estas señoras que fueron tan injustamente tratadas. Esas son violaciones de derechos y graves, porque además de todo, hay resoluciones de la Corte Interamericana.
“Yo lo que pretendo es que no tengamos que llegar a la Corte Interamericana. Si podemos resolver el asunto a nivel local, resolvámoslo aquí, ¿para qué queremos que se vayan a instancias internacionales y quede el Estado mexicano como violador de derechos? De por sí hay problemas ahí en el sentido de que se nos tilda como violadores por todas las cosas que han pasado, entonces, ¿para qué incrementar los números?”.
“Precisamente la función de la Defensoría y de los órganos de derechos humanos es buscar, bueno, es proteger, sí, pero proteger no significa que yo no pueda llegar a conciliar con la autoridad para que resuelva el problema. Sí voy a proteger y si me tengo que pelear, me peleo. Pero si yo me peleo, me cierran la puerta. Mejor concilio. Hablo con la autoridad”.
-También han denunciado que la postura de Miguel Nava fue muchas veces tibia. Entonces, ¿usted diría que va a estar de lado de los activistas y las organizaciones?
Yo voy a estar del lado de aquel al que se le haya violado su derecho. Porque en un momento dado y quiero anotar algo, este órgano tiene que ser apolítico. Si yo lo politizo, ¿qué va a pasar? Que entonces van a desconfiar: ‘Ah, ya está con aquel grupo, ya está con el otro’.
“Tiene que ser apolítico para que pueda en un momento dado ejercer su trabajo con todos. Esa es la idea, por lo menos esa es una de las bases esenciales o una de las filosofías de mi trabajo”.
-Pero se ha politizado también el tema de los derechos humanos cuando los diputados no permiten que pase a votación el matrimonio igualitario.
Yo aquí quiero comentarles algo, independientemente de lo que yo pueda pensar de una situación de estas, yo creo en los derechos y las libertades que otorgan la Constitución [Federal], los tratados internacionales y la Constitución de Querétaro.
“Si la Constitución me establece un derecho y ese derecho es infringido por la autoridad, es mi función, no importa lo que yo piense. Porque no es la institución de Roxana Ávalos, es la institución la encargada de proteger, de cuidar, de velar, de promover los DDHH. En este sentido, la promoción no es de lo que yo piense, sino de lo que establece la Constitución, los derechos fundamentales y los tratados internacionales”.
-¿Tiene alguna opinión sobre José Luis César Pérez Guzmán? Él era el candidato de las organizaciones civiles para el puesto. ¿Tiene pensado invitarlo a trabajar o a las organizaciones que apoyaron su candidatura?
Voy a ser sincera. Creo que fue un proceso muy competido, en el sentido de que el currículum de los contendientes era muy bueno. Yo presenté mi candidatura, ni siquiera pensando que haya mucho activista que trabaja en estos aspectos. Yo lo estoy presentando como académica y la Legislatura confió en mí. Lo agradezco mucho y me siento orgullosa de ello. Pero vamos a trabajar con ellos y ya tengo pensados algunos aspectos que todavía necesito afinar y que en su momento los haremos saber.
-Fue bastante clara la preferencia de la Legislatura hacia su candidatura (22 votos a favor, uno en contra) ¿A qué cree que se haya debido esto?
A que no soy política. Imagínese si yo hubiese militado en un partido político, ¿cree que los otros me hubieran apoyado? No, yo no soy política. En ese sentido vuelvo a insistir, esta institución debe ser apolítica totalmente en el sentido de que su trabajo es proteger, velar, supervisar, cuidar, promover, capacitar, educar derechos humanos, y éstos son universales, no políticos.