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Vacuna es esperanza, pero no final de pandemia: personal de salud

Vacuna, protección a seres queridos

“La vacuna me da cierto alivio, en primera porque a quienes trabajamos en el sector salud nos va a ayudar mucho en cuestión del miedo que tenemos a contagiarnos de COVID-19. Me da ese alivio y esperanza, además como seremos de las primeras personas que se van a vacunar pues puedo proteger a mi familia y seres queridos”, destacó el ingeniero biomédico Sergio David Pintado.

Desde hace un año trabaja en el hospital Idaly Medical y desde hace cinco meses en el Hospital H + Querétaro. Es quien realiza el chequeo de las diferentes áreas hospitalarias, revisa que los equipos funcionen, realiza mantenimientos preventivos y correctivos de estos. Si alguno llega a presentar una falla ya sea en cirugía o terapia intensiva él es quien se encarga de atender el problema y dejar en correcto funcionamiento el equipo.

Mencionó Sergio que cuando comenzaron a escucharse las noticias del surgimiento del virus en China, de los casos y cómo se iban reproduciendo, jamás pensó que llegaría tan rápido a México. “Sí fue algo que nos agarró totalmente de sorpresa, en lo personal no me daba miedo, únicamente me causaba inquietud la manera del contagio de este virus».

El virus cambió el ritmo de trabajo al elevar las jornadas de trabajo a 12 horas por siete días seguidos y luego tres semanas de descanso. Así fue el ritmo durante dos meses.

Al hablar de su familia señaló que no tuvo mucho problema, ya que sólo los veía cada 15 días y siempre con estrictas medidas de seguridad: “conozco los síntomas del coronavirus y pendiente de mi familia, de que se estén cuidando, que tomen sus precauciones y si algún familiar se siente mal la recomendación que le hago es que acuda a realizarse la prueba”.

A retrospectiva, manifestó que con la pandemia ha sentido frustración e impotencia, particularmente porque no se puede llevar una vida normal, situación que se acentúa con el confinamiento.

«Después de cierto tiempo se necesita regresar a la normalidad, a regresar a casa sin el miedo de que algo pueda pasar, de no usar más el cubrebocas».

“El plan que se tiene me parece perfecto porque la mayoría de las personas que se encuentran internadas o intubadas siempre rondan entre los 50 o 60 años, muy rara vez llegamos a ver pacientes jóvenes, los hay, pero normalmente son asintomáticos, sin embargo, aunque tengamos esa vacuna debemos seguir con las medidas de precaución”.

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