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La batalla por ser hombre

A Ricardo Balam Vera, quien nació como mujer, le costó mucho que le reconocieran su derecho a asumirse como hombre

Por: Luis Arturo Alegría/ Wendy Monserrat Arellano

«Tienes que portarte tal y como naciste, o sea, como mujer”, era la petición que le hacían a Ricardo Balam Vera, quien desde a corta edad descubrió que su verdadera identidad era la de un hombre y que tenía que pasar del sexo femenino al masculino.

El proceso a través de un tratamiento hormonal no fue tan complicado como lo esperaba.

¿Tú siempre te asumiste como hombre?

Ajá, pero nunca supe porqué me sentía así. No supe cómo era ese término en el que estaba definido. Y ya fue cuando estuve en la universidad que conocí este mundo.

¿Cómo fue tu proceso?

Yo ya sabía que era “trans” y yo nada más iba al psicólogo por que había leído en otros casos de  chicos que ellos forzosamente tenían que ir al psicólogo para que a ellos les autorizaran ser lo que eran. Yo quería tomar hormonas, igual para verme un poco más masculino. Entonces, vi que necesitabas de cierta autorización psicológica para permitirte tomar hormonas, y fue ahí donde tuve la mala fortuna de ir con un psicólogo que no era experto en este tema, se especializaba psicóloga familiar; nada que ver con mi tema.

Esa psicóloga no me ayudó en mi proceso de transición. Me etiquetaba  con palabras femeninas, con las que prácticamente yo no me identificaba, me decía forzosamente así de “pues, tienes que portarte tal y como naciste, o sea, siendo mujer”…Y yo no, no me siento como tal, entonces en ese aspecto discutíamos un poco. Trataba de meterme a la fuerza algo, que yo no era.

En el aspecto de mi vida social y familiar yo era una persona, se puede decir tímida, callado; era una persona cerrada. Entonces ese psicólogo me ayudo a abrirme, desenvolverme más, pero yo no vi en el cómo quiero que me vean las demás personas.

¿Cómo lo tomó tu familia? ¿Cuándo empezaste a empoderarte en tu rol masculino?

Pues, con mi familia siempre trataba de vestirme lo menos femenina que fuera. Pero ellos notaron los cambios desde que era pequeño. Jugaba con carritos, pedía carritos, pedía una pista de HotWheels de día de Reyes.


¿Hablaste con ellos?

Sí, con la primera persona con la que hablé fue con mi madre. Tengo más relación con ella, tengo más confianza con mi madre. Aparte de que mis padres son divorciados.

Le dije a mi mama cómo me sentía, cómo me visualizaba. Le pregunte un día “¿Qué nombre me hubieras puesto si hubiera nacido como hombre?” Y me dijo “Ricardo” y me agrada el nombre. Ahí le comenté, que por mi parte quería ir al psicólogo.

Fue cuando el psicólogo nos hizo pasar al mismo tiempo, cuando no me gusto como trató a mi mama. Fue que casi era su culpa que yo me estuviera comportando así. Y fue de “Bueno, no me estas ayudando ni a mí, ni a mi mamá”. Y después de eso, platiqué con mi mamá, le dije cual era todo el “rollo” y lo que quería y le dije que iba a buscar por mi cuenta un psicólogo especializado en el tema.

¿Cómo conseguiste las hormonas?

Aquí contacté con un centro, el centro “Nacer”, y ahí contacte con el sexólogo Eduardo Granados. Cuando llegue con él le dije, “soy esto” me considero una persona “trans” y él dijo “Va, no tengo conflicto, no tengo duda de lo que tú eres”, me vio 100% seguro y eso me ayudó. Tuve unas cuantas sesiones con él, mi mamá me acompañó a las primeras, y nos explicó que el proceso de transición era que el primero evaluaba como iba la situación; como yo ya me desenvolvía y me vestía masculinamente, me ayudo a agilizar mi proceso. Ya no era como con otras personas que llegan con él, que decían que son “trans” pero no se desenvuelven completamente. Entonces les llevaba más tiempo.

Yo ya llevaba cierta confianza,  a mí me tocaron pocas sesiones con él. Me canalizó con un psiquiatra especializado con estos temas, ya llevaba otros pacientes…yo llegué con la misma seguridad, llegué y el psiquiatra no tenía dudas. Él es el que te da la autorización para poder iniciar tu tratamiento hormonal. El tratamiento hormonal yo lo estoy tomando con otra sexóloga. Prácticamente yo tuve tres médicos: El sexólogo, el psiquiatra y la medico sexóloga.

¿Cómo te has sentido el cambio?

Pues desde la primera dosis he sentido cambios, como en la voz; me ha salido vello facial. He notado engrosamiento de voz, espalda; he notado mi apetito…el apetito de comida, ha aumentado la libido. Es como una segunda pubertad.

¿Cuál es el proceso legislativo que has experimentado?

En el aspecto legal, voy a hacer mi cambio legal de acta  aquí en Querétaro. Por que como no tengo familiares allá en el D.F. o en el Estado de México, no tengo un domicilio; que es un requisito que te piden allá. Igual no me da mucha confianza, porque he visto casos de personas “trans” que van, sacan su acta en el D.F. y tienen problemas en su Estado para anular su acta que tienen; les dicen “Tu acta es del D.F. y acá te tenemos como tal, acá te quedas como tal”. He visto que algunas personas tienen este problema.

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