Información

La “blanca Navidad”, un riesgo para familias serranas

Despertarse y encontrar todo cubierto de nieve es un sueño exagerado en el cine. Es hermoso si se cuenta con las posibilidades de una vivienda acogedora y ropa que abrigue, pero en la Sierra Gorda la realidad es otra.

Landa de Matamoros, Qro.– Para muchos es ajeno despertar y no poder ver más que una espesa niebla, donde antes se extendía un paisaje verdoso, lleno de montañas encumbradas. Para los habitantes de las zonas más altas la Sierra Gorda es lo habitual desde los últimos meses de otoño y durante todo el invierno.

En los municipios de Pinal de Amoles, Landa de Matamoros, San Joaquín y algunas zonas de Jalpan de Serra, los niños han resentido lo que en muchos sitios llaman “blanca Navidad”. Lejos de anhelar las nevadas —como sucede en muchos otros lugares—, en las comunidades donde apenas se cuenta con algunos de los servicios básicos, la época invernal es temida por quienes subsisten en los altos sitios de las montañas.

El clima templado de estas zonas se transforma tan rápidamente que una ventisca helada puede congelar en unas horas todo el paisaje. Pensar en despertarse y encontrar todo cubierto de nieve es ciertamente un sueño exagerado en el cine. Es hermoso si se cuenta con las posibilidades de una vivienda acogedora y ropa que abrigue para poder salir a la escuela o al trabajo sin correr el riesgo de enfermarse, pero en la Sierra Gorda la realidad es otra.

En las comunidades que están en los lugares más altos de la sierra —como lo es Lagunita de San Diego, donde apenas hace unos 15 años que cuentan con energía eléctrica—, en invierno las tormentas de aguanieve dañan el cableado y las familias pasan semanas sin el servicio. La mayoría de las casas son de concreto con techos de láminas de asbesto y estos hogares resultan bastante fríos; algunos otros sólo tienen paredes compuestas por tablas y el viento los traspasa fácilmente.

Es muy habitual que los niños y ancianos se enfermen por las bajas temperaturas —que en estos lugares llegan hasta menos cinco grados centígrados—, además de que no cuentan con ropa abrigadora para resistir las bajas temperaturas. En los hogares se quema leña, ya sea en las chimeneas o en el piso para mantener el calor; lo cual termina de encausar problemas en las vías respiratorias de las personas que pasan demasiado tiempo frente a las fogatas.

Es muy normal que la gente se quede sin agua caliente, ya que en las casas que tienen baños con regaderas, estas son eléctricas y en época de frío el servicio se interrumpe constantemente. Es muy difícil que se pueda adquirir gas natural, ya que hay pocos surtidores y llenar un tanque significa un esfuerzo aproximado de 500 pesos.

Las familias cuyos padres están en la sierra y no en Estados Unidos se dedican a la construcción, a la agricultura y a la tala de árboles; trabajos que son a la intemperie y que se ven dificultados o impedidos por las bajas temperaturas. Algunos se ayudan de fogatas que arden durante toda la jornada de trabajo junto a las construcciones, en la milpa o bajo los bosques, lo cual no deja de ser peligroso.

Las clases en los distintos niveles educativos se suspenden menos de lo que deberían. Las aulas que son construidas, ya sea por la Unidad de Servicios Educativos del Estado de Querétaro (Usebeq) o por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), son de concreto con puertas y ventanas metálicas y sin ningún tipo de calefacción. Estar en estas aulas durante horas, en época de frío, es peor que el tomar las clases bajo un árbol cubierto de nieve.

Las nevadas producto del frente frío numero 10 dejaron la Sierra Gorda vestida de blanco: En los municipios de Pinal de Amoles y Landa de matamoros la temperatura descendió hasta menos cinco grados centígrados. En comunidades como Pinalito de la Cruz, perteneciente a Landa, la nieve alcanzó hasta cinco centímetros de alto y las tormentas dañaron algunas conexiones eléctricas.

Gobiernos ausentes

Hasta el cierre de esta edición —noche del viernes 16 de noviembre— el gobierno municipal de Landa de Matamoros, encabezado por Marina Ponce Camacho, no ha atendido la problemática.

Algunos años atrás, grupos de funcionarios recorrían las comunidades y repartían cobijas y ropa para las familias necesitadas; como en 2014, cuando José Calzada, entonces gobernador, recorrió Landa y Jalpan con una cobija a los hombros. En su administración (2009-2012) Gabino Landa Rubio también se encargó de las contingencias producto del clima y repartió donaciones de cobertores que le enviaron de la capital.

Ya en 2006, durante los meses de invierno, se reportaron temperaturas de hasta 10 grados bajo cero en las comunidades más altas de Landa de Matamoros.

Las imágenes, dignas de una postal de Pinal de Amoles, inundaron las redes sociales y las autoridades como Gabriel Bastarrachea, director de Protección Civil de Querétaro, hablaron de la situación, se apresuraron a solicitar cobijas y víveres para las comunidades de esta demarcación que se vieron muy afectadas.

Pero del municipio de Landa de Matamoros nadie se acuerda porque está más allá del pueblo mágico de Jalpan de Serra y donde difícilmente hay internet para subir una foto de los blancos cerros. Aunque es comprensible, ya que ni la presidenta se ha tomado la molestia de preocuparse por la gente que sufre las bajas temperaturas.

La Sierra Gorda está cubierta de frio y necesidad y las nuevas administraciones están ocupadas con el recuento de las perdidas y posibles ganancias de su gestión. Mientras tanto el invierno apenas se acerca.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba