La lucha estudiantil por la autonomía universitaria 1958
Por: Abelardo Rodríguez
El 24 de febrero de 1951 se fundó la Universidad de Querétaro, en una época en donde la industrialización aún era incipiente y la sociedad queretana vivía, de acuerdo con Hugo Gutiérrez Vega, con una moral decimonónica. Querétaro estaba en medio del auge económico del llamado «Milagro Económico Mexicano«.
En 1957 había en el país una serie de luchas, como las de los maestros y los ferrocarrileros, que avizoraban la crisis del régimen de partido único, y que fueron reprimidas, y Fernando Díaz Ramírez, quien ya había sido reelecto en dos ocasiones y pretendía volver a hacerlo ese mismo año, cumplía seis años como rector de la Universidad de Querétaro.
Los estudiantes querían que continuara, sin embargo, ante la mayoría de los maestros y de la clase política de la época, su figura estaba “desgastada”. El gobernador, Juan C. Gorráez (1955-1961), consideró que era hora de un cambio en la rectoría de la universidad.
A Fernando Díaz Ramírez se le criticaba por varias razones: se decía que llevaba una relación “paternalista” con los estudiantes, por llevar una administración autocrática, en donde el Consejo Universitario rara vez se reunía, tomando él solo decisiones que debieron ser colegiadas y en acuerdo con los directores de las escuelas. Se le acusó, también, de manejar los dineros públicos de manera “discrecional”.
La forma en que el gobernador quiso reemplazar a Díaz Ramírez fue mediante una ley, con carácter retroactivo. El Poder Ejecutivo y el Legislativo reformaron el artículo noveno de la Ley Orgánica de la universidad. Esta reforma se discutió, se aprobó y se publicó en un sólo día: el 26 de diciembre de 1957.
14 de enero de 1958.
El gobernador citó al Consejo Universitario en su despacho para nombrar, sin discusión, a José Alcocer Pozo como Rector, ocasionando que el representante estudiantil, Jesús Galván Perusquía, abandonara la reunión, diciendo de paso a Alcocer Pozo que “no tenían nada contra él, pero que ni lo aceptaban ni lo felicitaban”.
15 de enero de 1958.
Se realizó un mitin en el Jardín Obregón y pese a que eran vacaciones, se congregó más de un centenar de estudiantes, citándose para el día siguiente una asamblea en el patio central de la universidad, que ocupaba los espacios donde hoy está la Facultad de Filosofía.
16 de enero de 1958, estalla la huelga.
En asamblea con más de doscientos estudiantes, se votaron de manera unánime tres acuerdos: el primero, la defensa y reelección del licenciado Díaz Ramírez. El segundo, la huelga estudiantil y el tercero, la organización de un comité de huelga. Esa misma tarde, a las seis, los estudiantes tomaron la universidad y colocaron la bandera rojinegra de huelga en contra del gobierno.
A las ocho de la noche el comité de huelga se entrevistó con el gobernador. La reunión se prolongó por varias horas sin llegar a ningún acuerdo. Gorráez argumentó públicamente que no estaba en condiciones de resolver el conflicto y expresó a los estudiantes “que no les tenía miedo”, y que además la huelga no contaba, dijo, con el apoyo popular.
17 de enero de 1958.
Al día siguiente, el periódico Amanecer, que dirigía Guadalupe Ramírez Álvarez, cabeceó en primera plana: “Huelga universitaria contra Gorráez”. Con esta información a favor de los estudiantes, la opinión pública queretana se volcó también a favor de los huelguistas. Los estudiantes se dieron cuenta de la importancia de ganar la prensa, y esa misma tarde publicaron el primer número de su propio periódico, la Extra Universitaria, que era sólo una hoja de papel volante, pero que junto con el Amanecer, lograron la aceptación de la opinión pública.
A los pocos días ya se escribía en la prensa nacional acerca de la huelga estudiantil queretana. Por su parte, el gobierno también publicó su propio boletín, el cual se pegó en todas las esquinas de la ciudad. En él, el gobierno decía lamentar “profundamente la actitud asumida por el grupo estudiantil (…) y espera confiado en que la cordura de los estudiantes queretanos de fin a esta agitación artificial”.
18 de enero de 1958
El movimiento estudiantil se mantuvo siempre a la ofensiva, dejando al gobernador en una incómoda posición defensiva. Los estudiantes en huelga recibían todos los días víveres, cigarros, ponches e infinidad de telegramas de apoyo y dinero.
19 de enero de 1958.
El movimiento estudiantil entendió muy bien desde el principio que tenía que evitar el aislamiento y que si querían ganar debían vincularse con la sociedad queretana y a nivel nacional con otros estudiantes y sectores sociales. Así, muy pronto consiguieron el apoyo de sus padres y de algunos maestros, de los estudiantes de San Juan del Río y Celaya, y de las organizaciones como la Confederación Nacional de Estudiantes, la Asociación Nacional de Prensa Estudiantil y la Federación Estudiantil de la Universidad Autónoma de México.
20 de enero de 1958.
En una acción a instancias del gobernador, el Consejo Universitario declaró ilegal al movimiento estudiantil. Publicó un desplegado en el Amanecer, en donde condenó “la actitud de algunos estudiantes de haberse apoderado en forma ilegal e improcedente de los edificios de la universidad y se les hace responsables de los perjuicios o pérdidas que puedan haber en nuestra Casa de Estudios”.
También el gobierno anunció que en las instalaciones de los Servicios Coordinados de Salubridad y Asistencia se tramitarían todos los asuntos universitarios, incluidas las próximas inscripciones.
La respuesta estudiantil fue inmediata. En su hoja volante, la Extra Universitaria, los estudiantes revelaron a la opinión pública las inconsistencias en que había caído el gobernador al nombrar a Alcocer Pozo como rector, pues entre otras cosas argumentaron la improcedencia de aplicar de manera retroactiva una ley.
Estas medidas y estrategias gubernamentales, que pretendían socavar la huelga, fracasaron y tuvieron un efecto boomerang, acrecentando la indignación contra el gobierno y el apoyo social más decidido a los huelguistas.
21 de enero de 1958.
Los transportistas y taxistas de la ciudad apoyaron a los estudiantes y participaron en un bloqueo de las principales calles del centro histórico. Ese mismo 21 de enero nació el Comité Femenil Pro Huelga de la Universidad Autónoma de Querétaro, al frente del cual quedó la estudiante de enfermería Elisa Urbiola Basaldúa.
22 de enero de 1958.
El movimiento estudiantil dio un salto en su lucha, al pasar de la defensa del Rector a la lucha por la autonomía universitaria. La idea de la autonomía, de acuerdo con Álvaro Arreola, salió de Manuel Lozada o de Roberto Garfias, ante el peligro de que el gobernador planteara un tercer candidato a la Rectoría y desactivara el movimiento.
23 de enero de 1958.
Los estudiantes convocaron a una asamblea pública en el Jardín Obregón. Ahí pusieron en primer lugar la demanda de autonomía universitaria; pasaron a segundo término la reelección de Díaz Ramírez. Completando el pliego petitorio la paridad en el Consejo Universitario y el aumento de presupuesto a la universidad. También llamaron al gobernador “pequeño Somoza de petate”, en alusión al dictador Anastasio Somoza.
24 de enero de 1958.
Fue notable que empresarios, las familias de la elite, los sindicatos de la CTM, la FTEQ y hasta el SNTE apoyaran abiertamente a los estudiantes. Álvaro Arreola, que fue presidente del Comité de huelga, atribuye este apoyo total de la sociedad queretana a los agravios recibidos por parte de todas las instancias de gobierno: federal, la estatal y municipal.
En este momento los huelguistas se sentían tan seguros que se llegaron a plantear, si sus demandas no eran atendidas, “pedir la cabeza del gobernador”.
25 de enero de 1958.
El gobierno estatal ya había perdido el control de la situación en la universidad y 1958 era un año particularmente complicado para el régimen de partido único, pues después de 20 años, el Partido Acción Nacional volvía a competir en unas elecciones federales.
Su candidato, Luis H. Álvarez, estaría en Querétaro el 26 de enero para realizar un mitin.
El gobierno federal, a través de Ángel Carvajal, secretario de Gobernación del presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), empezó a preocuparse de que Acción Nacional se beneficiara con el descontento social que ya se vivía en Querétaro. Por lo que primero obligó a Díaz Ramírez a renunciar, ante los estudiantes, a su reelección como rector, cosa que hizo. Pero al ver que los estudiantes no estaban de acuerdo, se desistió de obedecer la orden del gobierno y reiteró su interés de seguir siendo rector.
26 de enero de 1958.
Los estudiantes publicaron en su Extra Universitaria, un llamado a no participar en el mitin de Acción Nacional. Cosa que cumplieron, considerando que sería un error si se les ligaba a ese partido político, pues su lucha se tergiversaría, dando armas al gobierno para atacarlos. Por su parte, los oradores del PAN tampoco hicieron alusión directa al conflicto universitario.
A excepción de un joven, Hugo Gutiérrez Vega, quien dijo: “Contemplar el problema de la universidad me llena de indignación, porque soy universitario. No quiero aprovechar la situación para hacer fácil demagogia, ni que se aproveche el descontento popular para volverlo presa de una campaña política; trato el asunto de los universitarios queretanos porque veo que luchan con justicia y porque el problema de la universidad de Querétaro es problema que atañe no sólo a la juventud queretana, sino a la juventud de todo el país y a México entero”.
El mitin del PAN en Querétaro fue, contra todo pronóstico, muy concurrido. Para Guadalupe Ramírez Álvarez, la alta concurrencia no se debió a que los queretanos apoyaran al PAN, sino que fueron a manifestar su descontento con el gobernador queretano.
Ante este escenario cada vez más complicado, la misma noche del mitin del PAN, el 26 de enero, el secretario de Gobernación, Ángel Carvajal, habló directamente con el gobernador, dándole un ultimátum: o resolvía ya el conflicto o se consideraría “asunto político”, lo que volvería más inestable aún la posición del gobernador.
27 de enero de 1958.
Renunció como rector José Alcocer Pozo. Los estudiantes habían ganado.
Fernando Díaz Ramírez siguió en la rectoría hasta 1963. Pero la conquista más significativa para la universidad fue la de lograr su autonomía. A partir de entonces, otras luchas, ganadas y perdidas, se darían por defenderla.
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