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Llama Marta Lamas a conjuntar esfuerzos entre feminismos

La antropóloga llamó a sumar esfuerzos entre el feminismo académico, radical e institucional

Por: Aurora Vizcaíno Ruiz

Marta Lamas Encabo fue entrevistada por Tribuna de Querétaro en colaboración con TvUAQ. Entre otras cosas, la antropóloga aplaudió el reconocimiento legal por parte de esta Alma Máter de la estudiante transexual Ilsa Aguilar Bautista, también enumeró las oportunidades y los retos que existen para la equidad de género en un estado con mayoría panista y abundó sobre la triangulación del feminismo institucional, radical y académico:

– En el marco de los tres años de la creación de GéneroUAQ, se sabe que el feminismo no ha sido algo de ayer para hoy, han sido 20 años en los que las feministas de Querétaro han estado aquí ¿qué tan cerca ha estado Marta Lamas del feminismo en Querétaro?

– Pues con algunas feministas he tenido una relación, Marta Patricia Aguilar, por ejemplo, y yo, nos conocemos desde hace mucho tiempo, hacemos muchas cosas juntas. Y mi manera de estar cerca de las feministas de México ha sido más bien a través de mi pensamiento, a través de mis escritos, a través de las batallas que hemos compartido.

– Mencionaba en la conferencia que la academia a veces se encuentra un poco lejana a la sociedad, la Universidad Autónoma de Querétaro, desde su perspectiva, ¿qué tan cercana está de la sociedad?

– Bueno, desde que existe GéneroUAQ, está muy cerca. Yo creo que antes también, aunque no estaba, digamos, tan obvio como con GéneroUAQ. Las feministas de Querétaro, insisto, Marta Patricia, sí estaban en vinculación con los grupos de asociaciones civiles y las propias feministas de Querétaro.

– Recientemente, Ilsa Aguilar Bautista, una mujer transexual de aquí de Querétaro ha realizado su papeleo, la han reconocido aquí en la Universidad como una mujer ¿qué significa esto?

– Eso es muy importante. Yo creo que si la Universidad ya reconoció esta identidad de género, implica que hay un cambio conceptual y que, digamos, hay una perspectiva moderna en el sentido de que las identidades de las personas no dependen de su biología sino de los procesos psíquicos con los cuales se constituye no sólo la identidad, sino la orientación sexual, entonces me parece un signo muy alentador que se haya dado este reconocimiento a esta mujer trans.

– Respecto a las cuestiones políticas, aquí en Querétaro hubo elecciones y la mayoría de los puestos de elección popular han sido ganados por panistas; pensando que el PAN (Partido Acción Nacional) es un partido conservador ¿qué implicaciones tiene esto para el feminismo aquí en Querétaro?

– A ver, hay panistas que también se dicen feministas. Yo creo, digamos, el PAN no es un partido con el que yo trabajo, yo tengo diferencias, digamos, doctrinarias muy fuertes con el PAN, con el tema de la despenalización del aborto, pero también conozco a muchos panistas decentes y conozco a panistas, digamos políticos, como el propio Javier Corral ¿no? con los cuales se pueden compartir ciertos temas. Entonces, si la sociedad de Querétaro que suele ser una sociedad bastante conservadora ha elegido panistas, lo que habría que buscar es cuáles van a ser los aliados que hay más progresistas y menos progresistas en el PAN.

Creo que temas como la despenalización del aborto van a tener mucha dificultad, pero creo también que hay muchos temas muy importantes como la conciliación trabajo-familia, con la cual se puede buscar algún tipo de coincidencia con el PAN. Creo que reconocer en qué contexto se está y reconocer cuáles son las oportunidades políticas, funcionan más que decir «ah, son de un partido con el que no trabajo o con el que no se va a poder» y aislarse.

-Yo creo que es muy importante hacer intervenciones, buscar acuerdos. Habrá temas en los que uno no se puede poner de acuerdo, pero en el tema de la violencia, en el tema de la conciliación trabajo-familia, todas las fuerzas políticas coinciden.

– Hace tiempo hubo una semana cultural de la diversidad sexual en Querétaro, ahí, la feminista, Yan María Yaoyólotl hizo ciertas críticas hacia el feminismo institucional porque cree que no necesariamente actuando desde las instituciones las feministas van a lograr la emancipación ¿qué opina al respecto?

– Yo creo que ella tiene razón, la emancipación es un proceso que no se da institucionalmente. Las feministas que están en las instituciones, generan cambios institucionales y las necesitamos. Necesitamos diputadas, necesitamos funcionarias, necesitamos que haya mujeres que ocupen puestos políticos y que aporten lo que puedan aportar.

La emancipación feminista incluye procesos individuales que implican un cambio de mentalidad y una radicalización y un cambio en la subjetividad, los pueden dar también las feministas institucionales, pero ese no es el objetivo del feminismo institucional. Entonces, creo que hay que entender que necesitamos. Se habla de un triángulo de oro, en una punta tienes a las activistas radicales como Yan María, en otra punta tienes a las académicas que están estudiando y están investigando como Marta Patricia Aguilar y en la otra punta tienes a las mujeres que están en el poder, que pueden ser funcionarias, secretarias de estado, diputadas, senadoras.

Cuando el triángulo se une, cuando hay una energía que va de un lugar a otro ¿no? se logran los mejores cambios para una sociedad.

– A propósito también, en estas elecciones, debido al cambio 50/50 que hubo, personajes que buscaban el poder pusieron a sus esposas, a sus primas y surgió un fenómeno de las “Juanitas” ¿qué opina al respecto?

– Mira, las cuotas y la paridad requieren de una cuota del 50% de mujeres, son mecanismos para ir igualando, pero también tienen efectos perversos. Tú con la cuota no metes mujeres feministas, puedes meter mujeres que no son feministas, que están en contra del feminismo, pero el sentido de la paridad, no es que las personas, las mujeres que ocupan estos 50% de puestos, sean feministas, nada más se pide que sean cuerpos de mujer. Y eso va a traer cambios positivos a la larga. Y de la misma manera uno espera que el 50% de hombres sean hombres progresistas, buena onda, o sea, lo único que se está diciendo es «cuerpos de hombres y cuerpos de mujeres» que muchas de las cuotas los partidos políticos meten a personas que no están formadas, que no tienen una perspectiva, pues del lado de las mujeres y del lado de los hombres ves una cantidad de diputados burros que no tienen ni idea del asunto y que entraron porque es el compadre de, o el hermano de, o el hijo de. Entonces, hay que entender cuando una medida o un mecanismo tiene un proceso de largo plazo y que tiene estos efectos perversos.

Si uno ve las cuotas que se dieron en las sociedades escandinavas desde finales de los años 60 y ve lo que ahora son las sociedades escandinavas donde no hay necesidad de cuota porque más de la mitad del gabinete y de los puestos están ocupados por mujeres, como es el caso de la presidenta de Islandia. Te das cuenta de que, con el tiempo, después de 50 años o 40 años, sí van entrando cada vez más personas más capaces, más comprometidas y con una ideología más clara. Al principio, cuando los ponen, entran de los dos lados amiguitos, compadres, amiguitas, etcétera.

– Mencionaba una idea que es muy persistente ahora, que hay mujeres que dicen «a mí no me gusta el feminismo”, pero no lo entienden como tal, entonces ¿qué pasa con estas mujeres que tal vez no se pueden considerar feministas, porque creen que «no se debe de considerar a la mujer encima del hombre»?

– Pues habrá que buscar en qué sí creen, pues igual no se hacen llamar feministas, pero sí saben que debe de haber una conciliación entre trabajo y familia. A lo mejor no se consideran feministas, pero no quieren la violencia contra las mujeres. O sea, creo que lo que hay que cambiar también desde el lado de feminismo es esperar que todo el mundo se ponga la etiqueta de feminista, que ya es una etiqueta vieja, yo ya no me la puedo quitar, yo llevo 40 años con la etiqueta, pero hay muchas mujeres jóvenes que no se sienten feministas porque también ha habido una campaña de denigración del feminismo y por ignorancia.

Entonces, más que confrontarlas hay que decirles «bueno, entonces ¿en qué crees? ¿Estás por los derechos, estás por la despenalización, estás por acabar con la violencia, estás por ver formas de conciliación…?» y ver en dónde hay coincidencias, si no trabajamos a partir de las coincidencias y nos queremos todo el tiempo estar enfrentando sobre lo que más compartimos, creo que no vamos a avanzar.

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