Luto por libertad de expresión
Por: Ricardo Lugo
Aproximadamente sesentapersonas (entre reporteros, fotógrafos y activistas sociales) se reunieron en un duelo inquebrantable en Jardín Guerrero: la muerte de Gregorio Giménez se suma a la creciente lista de periodistas asesinados bajo lasactuales administracionesde Javier Duarte como gobernador Veracruz y de Enrique Peña Nieto como presidente de la República.
Abatido en el cumplimiento de su labor, Gregorio fue la décima víctima y sus restos mortales, encontrados en Las Choapas, Veracruz, han causado gran indignación en el gremio periodístico.
Unidos por el hilo de una profesión incesante, cada uno de los periodistas encendió una veladora, analizó el peligro que representa ser guardián de la información en el país y al cobijo de la luna casi llena una voz se encumbró: “Cualquiera de nosotros pudo ser don Goyo”.
Con silencio, honor y respeto, los profesionales de los medios de comunicación emprendieron una caminata fúnebre hacia Plaza de Armas. Aquello rondaba los límites de la protesta y la desdicha; fue una caminata inducida por el luto, no sólo para don Gregorio, sino para la libertad de expresión en México.
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