‘Marías’, más que una muñeca
Texto y fotos: Ana Bárbara Ugalde Márquez
Han dicho que las «Marías», como algunos suelen llamar a las muñecas elaboradas por mujeres otomíes, han dado la vuelta al mundo con ellas hasta llegar a Turquía. Pero, ¿cómo han llegado hasta estos lugares?, ¿qué significan para los artesanos que las producen?
Al caminar por el Centro Histórico de Querétaro, se observa a varias mujeres que venden sus pequeñas muñecas de trapo; ellas van de negocio en negocio o simplemente se quedan sentadas en algún lugar a la espera de vender sus artesanías. Estas mismas muñecas se utilizan para decorar en algunas fiestas o eventos de todo Querétaro.
Silvia Marcelino Francisco, artesana otomí, comparte cómo es el proceso de creación de las muñecas de trapo, tan representativas de las artesanías mexicanas.
Silvia es una artesana de originaria de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco de Bonfil. Desde los nueve años le ayudaba a su mamá a rellenar la cabecita, las patitas y los brazos, fue entonces cuando aprendió el proceso junto con sus hermanos. Las muñequitas reflejan parte de la cultura otomí, por ejemplo, el peinado de las trenzas entretejidas con cintas es utilizado por las indígenas durante las fiestas más importantes de su comunidad.
Con su vestimenta característica, tanto sus muñecas como ella, Silvia ha participado en los concursos nacionales de muñecas artesanales, llevados a cabo en Amealco.
En la segunda edición, obtuvo el tercer lugar. Actualmente, Silvia hace las muñecas por pedidos –aún es su fuente principal de ingresos- y los fines de semana atiende su negocio en el corredor artesanal de dicho municipio.
Conocer este proceso es darle vida y valor a la cultura otomí, conocimientos que se transmiten de una generación a otra.