Mariguana y cultura, una relación cercana
Por: Aurora Vizcaíno Ruiz
«El consumo de la mariguana siempre estuvo ligado a las escenas de la contracultura», desde los movimientos hippie y reggae, hasta en la música de Álex Lora, Cártel de Santa y en los narcocorridos. Personajes como Agustín Lara, Tin tan, Salvador Elizondo y José Agustín también consumían cannabis, señaló Carlos Alberto García Calderón, docente e investigador de la facultad de Psicología de la Universidad de Autónoma de Querétaro (UAQ).
Manifestó que el uso del cannabis fue una clave dentro de los movimientos hippie y reggae. En el caso del primero «había una idea de usar las drogas para liberar el cuerpo», mientras que en la música reggae existía una perspectiva de «culto, a veces religioso» hacia la mariguana: «Bob Marley, obviamente el rey rasta pues era fumador de cannabis», puntualizó García Calderón.
Ambos movimientos rescataban el uso de la mariguana porque existía una noción «de que también era una droga natural, una planta que crece contra la naturaleza», sin embargo, ahora, «ya no es esa planta que crece contra la naturaleza» sino que «son semillas que tienen mutaciones que están muy potencializadas».
La década de los noventas, fue importante para el reggae en México, ya que surgió el movimiento «Razteca», mismo que fue encabezado por bandas como Antidoping y Rastrillos que destacaban el uso de la mariguana en sus letras. Así como también lo hizo Álex Lora en su canción «Presta»: «Tú dices que no eres macizo/ pero estabas rabien grifo/ cuando yo te vi/ traías los ojos bien rojos/ y los pelos bien erizos/ hasta risa me dio».
Ahora, en México, grupos como Cártel de Santa también enaltecen el uso de la mariguana dentro de sus letras. A pesar de que los narcocorridos también involucren al cannabis dentro de sus letras, García Garrido explicó que dichas canciones están más «ligadas al uso de la cocaína».
«Ya no es Camelia la texana que traía en las llantas del coche rellenas de mariguana. Me parece que el narcocorrido apunta más hacia la cocaína, al tráfico, un poco a su moda», detalló.
Ahora todos «los géneros se mezclaron aleatoriamente como el ipod. Ya no existe esa carga contracultural que a lo mejor se tendrían en los sesenta y sobre todo estos debates hacia donde me parece que va la sociedad y una garantía individual hacia la despenalización del uso de la mariguana”, explicó.
Cannabis en la cotidianidad y las letras
Además, dentro de la escena musical el personaje mariguano «era un personaje público», ligado a la escena artística y bohemia (tal como Agustín Lara, Tin Tan y escritores como Salvador Elizondo y José Agustín).
Otra apreciación de García Calderón es que la jerga que utilizaban los usuarios de drogas se volvió cotidiana: durante la década de los sesenta «estar en onda» significaba «estar drogado»; mientras que decir «móchate», «bajón» y «monchis» también eran expresiones que provenían del uso de dichas sustancias.
Después de los noventa hubo una «masificación» de las drogas, ya que la mariguana «se ve como más coloquial en ciertos estratos sociales, casi como si fuera una cerveza», puntualizó el académico de la UAQ.
«La villana nunca es la droga, es el uso que se le dé, y la significación que se tiene». En este caso, se tiene la «idea cultural» de que la mariguana es la droga que menos afecta «pero todas estas drogas de diseño son durísimas porque están alteradas; pero la significación, (en) el uso, claro que ha cambiado», sentenció.
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