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Memorias de un infiltrado

GünterWallraff, periodista alemán conocido por sus actuaciones encubiertas, estuvo en México la semana pasadaen el evento “Los Cuadros Negros”, #ArcaMashUp de foto y periodismo

Por: Angélica Ruiz

Es un hombre alto, con la piel ceñida a los huesos, varias arrugas en el rostro y canas. Este alemán de 73 años parece una persona común, algún viejo rockero  o un sabio profesor. Este último papel, es el que ha desempeñado para varias generaciones de periodistas alrededor del mundo.

Considerado como el padre del periodismo encubierto, GünterWallraff ha utilizado diferentes identidades y disfraces por varias décadas, como técnica para realizar investigación periodística.  Con esto, Wallraff logró infiltrarse en varios lugares para vivir en carne propia experiencias de los sectores sociales que más le interesaban.

“El inicio de mi trabajo tiene que ver con la historia de mi familia, mi papá era trabajador de Ford en Colonia, Alemania… utilizaba una pintura tóxica para pintar los automóviles, por eso murió muy joven”, expresó en conferencia en el evento Los Cuadros Negros, organizado por ARCA Lab.

Alemania se encontraba en etapa postguerra, por lo que Wallraff tuvo que enfrentarse a una sociedad conservadora.  Sus primeros reportajes definieron lo que sería su marca personal: temas laborales, los cuales se publicaron en revistas o periódicos  de sindicatos.

A partir de sus publicaciones, las industrias comenzaron a alertarse entre sí para no contratarlo: “por eso me vi obligado a cambiar, a pedir identificaciones prestadas a mis amigos, a disfrazarme para entrar en este mundo de trabajo en donde no me querían dejar entrar: estuve obligado hacerlo, no había otra manera”.

A mediados de los ochenta, Wallraff se propuso investigar acerca de la explotación de los inmigrantes en su país. Se transformó en AlíSigirlioğlu (un personaje turco) y trabajó en una refinería siderúrgica, en una constructora, en un restaurante de comida rápida, en una farmacéutica y en una central nuclear. El resultado: su libro más vendido, Cabeza de Turco. Con esta investigación logró que la sociedad alemana presionara a las empresas para mejorar las condiciones de sus trabajadores.

Lo catalogaron como criminal, como alguien que incumplía con las normas del periodismo e incluso llegó a tener varias denuncias que culminaron en juicios. “Es más importante el derecho de la población a conocer la verdad que el pequeño delito de un hombre que falsificó papeles para entrar a un trabajo. Este principio puede ser usado si es necesario para abogar por la verdad”, señaló.

Wallraff enfatizó en que se debe ser pacientes en las investigaciones, dedicarles tiempo porque es necesario conocer la realidad para poder transformarla y poner por sobre todas las cosas el cuidado de uno mismo.

En el evento “Mash up de periodismo 2015: los cuadros negros”, organizado por Arca Lab, jóvenes periodistas tuvieron la oportunidad de compartir experiencias y recibir consejos de periodistas destacados.

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