Nunca me pudieron definir de izquierda o derecha, yo quiero recuperar lo mejor de las dos: J. Cruz Rivera.
Entrevista con el editor de Querogallo
Por: Paola Gris Pier/ Especial
PARA DESTACAR: He descubierto que la práctica del despertar de la conciencia entre la gente es como cuando tú aras en el agua: haces una raya en el agua, cuando ya pasas la raya se desaparece.
Viste su eterna camisa roja. Está parado en un día de frío y sol, en un lugar adecuado en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Se trata de J. Cruz Rivera Pérez, editor de Querogallo, publicación que sigue siendo para muchos un misterio. Es un pequeño semanario que busca «el despertar del pueblo» y que este 2016, cumplió 35 años. J. Cruz es químico de profesión, ahora puede comprenderse por qué escogió dicha facultad para realizar la entrevista.
Con un tono lúcido y claro comienza el relato de una vida. Nació el 1 de julio de 1943 en Jalpan de Serra. Entre sus autores predilectos están José Vasconcelos y Salvador Borrego, ha leído varios de sus libros desde su juventud, cuando se empieza a involucrar en la política y permanece activo hasta nuestros días.
Guarda silencio… recuerda sus días de diputado. Desde 1972 comienza a fundar el Partido Democrático Nacional, con el cual se hizo diputado local en 1985. Las memorias llenas de orgullo comienzan a fluir: «…yo paralicé una legislatura, por exigir los documentos para poder votarla». Al igual que las penosas: «…mis compañeros me hacían trabajar de más para el partido y casi no tenía recesos».
Se lanzó para la presidencia municipal después de su experiencia como diputado, la cual no consiguió: “Aprendí a sacar una relación cualitativa, se necesita demasiado y a veces aunque trabajes demasiado la cantidad de recursos que tiene los otros candidatos y la cantidad de gente que tienen influyen mucho en el triunfo y aunque tu pongas tu mejor esfuerzo normalmente no sacas la cantidad de votación».
-¿Pero usted cree en las personas?
-Sí. Yo sigo creyendo en ellas, lo veo en apoyo moral de mis compañeros actuales. Noto un desperdicio de personal y una falta de responsabilidad a lo que hacían los empleados del gobierno en el tiempo que trabaje ahí. Hay personas «muy listas» aquí en Querétaro para trabajar, en todas las áreas, particularmente la administración, el problema es la «falta de buena voluntad» para hacer su trabajo.
Esto se debe por que no están seguros de la doctrina que predican como partido (refiriéndose a los ideales de este); para este, los ciudadanos deberían de poder asistir de oyentes a los cursos que dan los partidos militantes. «La doctrina que predican los partidos es fundamental en el trabajo que realicen».
Menciona a su revista, Querogallo. Sin más preámbulos comienza a abordarla. Hay que hacer diferencia de la revista y el proyecto ideológico que tiene llamado Gallo Libre: «hay 15 personas, buscamos una concientización social que plasmamos en la revista». Querogallo forma parte de un proyecto con tres principios: donde los ciudadanos aprendan a despertar su conciencia, «liberar de sus ataduras mentales» y preservar la lucha, adopta un semblante serio, «el mayor problema es cuando la gente se tiene que comprometer».
«En la revista somos contados con la manos», lo dice con seriedad, sin inmutarse. Los artículos de fondo y las editoriales versan en los derechos humanos y las obligaciones de los ciudadanos, «mis compañeros no hacen un análisis a profundidad… muchos de ellos no tienen preparación académica». Uno de los centros de distribución es la Universidad, ahí se le ve pasar con su andar reposado a sus 73 años.
¿Cuál podría ser una síntesis de los 35 años de Querogallo?
-Sé más periodismo ahora (ríe). He descubierto que la práctica del despertar de la conciencia entre la gente es como cuando tú aras en el agua: haces una raya en el agua, cuando ya pasas la raya se desaparece. Las personas tienen muchos problemas en su vida cotidiana y van perdiendo la atención e interés, el lema de la publicación es: «saber para servir mejor».
«Soy muy libre pensador», así se define a si mismo, «nunca me pude sujetar al corsé de un partido o me pudieron definir de izquierda o derecha, yo quiero recuperar lo mejor de las dos», con un seño fruncido recuerda su salida del Partido Demócrata Mexicano. Por el momento no se encuentra afiliado a ningún partido, pero se ve la figura del gallo presente en todo su discurso. «Escogí al gallo por tres simbolismos: el despertar de la conciencia ciudadana, la liberación y la perseverancia».
Se recuerda su figura por el gallo que tenía de mascota y llevaba a todas las reuniones, pero ese «ya murió hace mucho tiempo, era para representar mi proyecto y la revista que siempre he editado y publicado en Querétaro». Toma la revista en sus manos, esta hecha por él mismo, consta de hojas engrapadas en blanco y negro: «siempre ha sido en pequeñas cantidades, de forma artesanal, las primeras eran en maquinas de escribir o a mano siempre he tenido pasión para escribirla».
«Me he metido en equipos de computadora para diseñar la revista. Busco y selecciono artículos pertinentes… prácticamente hago todo el trabajo solo». El dinero siempre ha sido una limitante, por lo que pide apoyo a sus lectores, a cambio el va a entregar su publicación personalmente, «no quiero vender la revista, debe de ser libre».
-¿Piensa que su revista puede ser considerada como «periodismo hormiga»?
-Sí, ese concepto lo aprendí de El Nuevo Amanecer, hace muchos años cuando se publicaba. Lo bueno de estas es que logran capturar los momentos que los grandes medios no toman. Querogallo no ha podido salir de ahí, en México un medio de comunicación que no este patrocinado por el gobierno o por algún partido político puede superarse, pero necesita la ayuda de varios colaboradores interesados y comprometidos con el proyecto. Hay quienes lo llaman un Quijote; sí me han dicho y a veces siento que estoy peleando con molinos de viento, cuando me equivoco o mal interpreto hechos de la realidad.
Al pasar a su vida privada comparte: «yo nunca me casé, pero sí me hubiera gustado tener hijos… yo no tengo familia, ya todos están muertos, nada más tengo una hermana, pero ella vive con su esposo y no nos vemos». Al inquirir en el futuro de su revista torna los ojos al cielo, «si yo no estoy, no tendría futuro, no sé como incorporarla a las redes sociales y no pido ayuda porque las personas que me pueden ayudar son muy de izquierda».
«Soy un gallo libre, capaz de tomar una actitud dependiendo del lugar, pero con mis principios que son: la honestidad, la congruencia, la transparencia o la opacidad», para después señalar «uso camisas rojas, porque son los colores de mi grupo, el blanco es pureza y el rojo es el entusiasmo». A estas alturas de su vida no se considera un hombre satisfecho dice para concluir la entrevista, se levantó con su eterno portafolio en el brazo y con pasos decididos se aleja “El Quijote queretano”.