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Operan diez pandillas en Santa María Magdalena

Por lo menos cuatro pandillas están integradas exclusivamente por mujeres

Por: Mariana Villalobos Rodríguez

En la comunidad de Santa María Magdalena, ubicada en la delegación de Felipe Carrillo Puerto, se encuentran activas más de 10 pandillas de jóvenes; de éstas, aproximadamente 4 están integradas exclusivamente por mujeres, así lo señalaron algunos habitantes de la zona.

Juan, a quien se la ha cambiado el nombre por razones de seguridad,  es un joven de 16 años que vive en la comunidad, quien explicó lo que es conocido por los vecinos de Santa María sobre las pandillas. Señaló que los grupos son identificados como “crews” (pandilla en inglés) y están integradas por jóvenes de entre 16 y 25 años.

Las pandillas, que originalmente estaban formadas exclusivamente por hombres, comenzaron a integrar mujeres y hoy en día son mixtas, sin embargo, hay algunas que están integradas exclusivamente por integrantes del sexo femenino.

Algunas bandas, poseen un tipo de vestimenta particular “hay algunos que no tienen una vestimenta y hay algunos que si ya tienen su playera y aquí (señala su pecho) dice su tipo de crew (…) es lo que según ellos representan”, afirmó Juan.

Las mujeres que pertenecen a pandillas pueden ser identificadas por usar blusas escotadas, pantalones cortos y tenis “de chola”.

Los nombres de muchos crews son conocidos por los habitantes de la zona: “Spl, Skn, Kr, Fda”. De acuerdo con Juan, los problemas surgen cuando las pandillas (ya sean locales o  de otros lugares) entran en conflicto. Cuando eso sucede, organizan peleas que se caracterizan por ser rudas.

Cada pandilla, se dedica a diferentes actividades con las cuáles sus miembros se sienten identificados.

“Hay unas que se dedican a vender drogas, hay otras que se dedican a consumirlas, hay otras que se dedican a solo pelear, a consumir y todo eso. Las drogas que se consumen son marihuana y mona, que es PVC”, señaló el entrevistado.

Juan también fue invitado a formar parte de diferentes pandillas, sin embargo, él decidió alejarse del ambiente que existe entre ellas para no recaer en la adicción a las drogas.

La madre de Juan, explicó que su hijo fue un adicto a la “mona” -inhalación de solventes con una estopa- y a la marihuana hasta que decidió internarlo en un centro de rehabilitación en la ciudad de México. De acuerdo con sus palabras, tuvo que trasladarlo hasta allá, debido a que en los de Santa María Magdalena “los tratan bien mal”.

Las drogas y las adicciones son un asunto de todos los días. La madre de Juan aseguró que ella sabía quién y en donde se comercializaba la droga. Sin embargo, por temor a meterse en problemas y a que la dañen a ella o a su familia, decidió no decir nada a las autoridades.

Para algunas personas de Santa María, representa un problema que existan las pandillas porque las consideran un producto de los malos hábitos y un riesgo para sus familias. Por el contrario, otros consideran que no hacen daño a nadie y que de alguna manera “hasta se sienten protegidos” porque contribuyen a cuidar la zona.

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