Persisten prejuicios sobre los tatuajes
Por: Angélica Ruiz
PARA DESTACAR: La mayoría de mis clientes son profesionistas: chefs, abogados, licenciados… nunca me he topado con una persona que tenga vida criminal.
Un lugar peculiar. Los sillones, estilo consultorio de dentista pero de color negro, están forrados con plástico al igual que las almohadas. El zumbido es constante e inconfundible: un estudio de tatuajes. “El tatuaje forma parte de la construcción de las personas, constituye nuestra imagen, nos aporta algo. Cada quién decide lo que le gusta, el tatuaje no es más que un dibujo” dice Saddam Frausto, tatuador profesional y dueño de Death Moth Studio.
Egresado de la licenciatura en Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Saddam se interesó por la técnica del tatuaje desde hace tres años porque considera que es algo “más retador”. Opina que la gente aún no entiende que el tatuaje no define quién eres y que los prejuicios abundan en nuestra sociedad.
Radamante Bautista también lleva tres años tatuando. Platica que la gente se tatúa cosas significativas para sus vidas, para tener el recuerdo presente o para no volver a cometer algún error: “Estar tatuado o no estarlo no tiene ninguna relevancia en cómo es tu persona. Ese dibujo no influye en tu comportamiento, es algo visual que depende del gusto de cada quién.”
Origen
“Se han encontrado vestigios de tatuajes hace más de cinco mil años, diferentes culturas a lo largo de la historia y en todas partes del mundo han tenido distintas interpretaciones sobre los tatuajes” explica el sociólogo Rafael Vázquez Díaz.
Un tatuaje se contextualiza dependiendo de la cultura y el fin que representa: en Japón correspondía a la “clase guerrera” mientras que en Argentina era común entre los presidiarios o los Maras Salvatruchas en Centroamérica. Es un símbolo estético, sin distinción a cualquier otra modificación corporal como el cabello largo en hombres, las perforaciones, etcétera.
Querétaro es considerado un estado conservador que responde a una formación religiosa, la cual considera la santidad del cuerpo y reprueba su vulneración. “Claro que actualmente el grado de migración al estado es elevado”, aclara Rafael. “Desde ese extremo conservador, el tatuaje es un elemento que permite identificar a los ‘invasores’, quienes pervierten conciencias”.
Tabús
Existen muchos tabús acerca del tema. Los más comunes son respecto a la imposibilidad de donar sangre, sobre la “dudosa reputación” de las personas tatuadas (pandilleros o delincuentes) y cuestiones psicológicas o religiosas, además de cierto grado de intolerancia en el ámbito laboral.
En varias partes del mundo hay una perspectiva mucho más flexible respecto a los tatuajes, grandes personajes lo están y hacen que la opinión pública se vaya modificando.
Declaración incongruente…
La semana pasada, la diputada Isabel Aguilar, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Acceso a la Información Pública de la LVIII Legislatura, consideró que los tatuajes visibles afectan en la vida laboral.
“Tiene que ver con el tipo del tatuaje, el tamaño del tatuaje, el lugar donde tengas el tatuaje, vamos a revisarlo, lo analizamos, lo revisamos y comentamos. ¿Afecta en el ámbito laboral? Sí claro, imagínate, tú tienes un tatuaje aquí en el pecho y te quieres poner una blusa siendo mujer, una blusa en cuello v, lo primero que se te ve es el tatuaje de una calavera, tiene que ver el tipo del tatuaje y el lugar, si tienes un tatuaje aquí en la mano que ni se te nota, no sé, tendríamos que ver el tamaño y lo que significa”, declaró.
Esta afirmación desató a la opinión pública queretana. “Creo que es lamentable por dos aspectos: no nada más fue una declaración discriminatoria por los tatuajes, sino también por cuestión de género. Si analizamos el tatuaje de calavera particularmente, encontramos que el significado más común es tolerancia y universalidad; además de que en la cultura mexicana es muy popular por la influencia prehispánica. Ella lo dijo de forma peyorativa… como si el hecho de ser mujer y estar tatuada implicara tener un menor valor ante la sociedad”, argumentó el sociólogo Rafael Vázquez.
“A mí me ha tocado recibir respuestas negativas en los distintos empleos que he tenido, me bloqueaban mucho crecer y tardé mucho en encontrar un puesto gerencial. En mi propia casa mis padres estaban opuestos a mis tatuajes pero se han acostumbrado a que sigo siendo la misma persona… también me pasa que la gente se me queda viendo en la calle cuando voy con mi bebé, como si me lo hubiera robado o algo así”, dijo Radamante.
Por su parte, Saddam opinó: “normalmente en los trabajos tienen la política de tatuajes no visibles. La mayoría de mis clientes son profesionistas: chefs, abogados, licenciados… nunca me he topado con una persona que tenga vida criminal. Si se quieren hacer un tatuaje, háganlo. La vida es breve”.
¿Qué dice la ley?
La única ley que contempla específicamente a los tatuajes es la Ley General de Salud. El artículo 268 Bis contiene la definición de tatuador, perforador y micropigmentador así como la especificación de sanidad y la prohibición de estas modificaciones en menores de edad con sus respectivas sanciones.
La Ley Federal del Trabajo en el artículo 3º, estipula que no podrán establecerse condiciones que impliquen discriminación entre los trabajadores por motivo de origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otro que atente contra la dignidad humana.
Otra de las regulaciones existentes es la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual señala que la gente que tenga tatuajes o perforaciones en el cuerpo no puede ser discriminada, entre otras cosas, al momento de conseguir empleo.
A nivel local, la Ley para Prevenir y Eliminar toda forma de Discriminación en el Estado de Querétaro prohíbe en el artículo 8toda práctica discriminatoria que impida o anule los derechos y oportunidades de las personas, destacando entre sus puntos el ámbito laboral.