Información

Prepa Norte UAQ: 35 años de uno de los grandes semilleros de la Universidad

En sus primeros días, allá por 1988, estudiantes de la Preparatoria Norte de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) compartían su espacio con vacas, insectos y otras especies. Era un terreno seco, que, ahora tras tres décadas y media, logró adaptarse para ser uno de los semilleros más importantes de la máxima casa de estudios y espacio de libertad para quienes ahí asisten.

“No estuvo mal el cambio de la prepa Centro a la Norte. Yo tenía una novia en la Norte […] Tomábamos clases con los animales y plantas, los garambullos; uno todavía vive. El salón de clases estaba lleno de cosas vivas”, recordó Andrés Guerrero Rodríguez, egresado del plantel y desde 2003, maestro de matemáticas en el mismo plantel.

Con el crecimiento de la preparatoria de la UAQ fue necesario crear primero el Plantel Sur en 1978. Posteriormente, el histórico edificio de 16 de Septiembre, donde nació la máxima casa de estudios, expulsó a sus últimos bachilleres hasta la zona norte de la ciudad, en San Pablo, cuya urbanización apenas comenzaba.

La participación de maestros y alumnos, la solidaridad, el compañerismo y el orgullo de ser parte de la prepa norte, son los atributos que Graciela Paredes Elías destacó del plantel. Ella fue, además de docente de química, jefa de esa misma área de 2005 a 2008 y de 2011 a 2018. Se jubiló en 2021.

Destacó a los grupos académicos, deportivos y artísticos, los cuales han dado identidad y han fortalecido la unión en el plantel. “Los alumnos siempre participaban en concursos y exposiciones en la Feria del Saber que organizábamos en el plantel”.

El 2 de noviembre es un tema que endulza la charla con Guerrero Rodríguez, también secretario Académico. El altar del Día de Muertos es un evento heredado de la exprepa Centro. Alegre, cuenta cómo sus estudiantes se organizan en grupos e, inspirados en sus vivencias personales, diseñan en conjunto ofrendas que dedican a sus familiares, artistas u otros ídolos.

Si bien hay algunos jóvenes que se niegan a participar en la actividad por diferencias de religión, el catedrático aclaró que se les motiva a sumarse no por imponerles una religión de la cual no se sienten parte de, sino de “integrar los grupos y de empoderarlos”, así como de identificar sus cualidades y dar a conocer su talento.

La preparatoria fue escenario para recibir a personajes de distintos ámbitos, bien podía ser Juan Villoro con su libro Llamadas de Ámsterdam, el entonces procurador general de Justicia, Arsenio Durán Becerra o políticos de distintos partidos. Este último evento es un momento que recordó José Antonio Hernández Valerio, docente con 10 años de trayectoria.

Ocurrió en 2014, eran unos honores a la bandera junto a los planteles Sur, San Juan del Río, Pedro Escobedo, Bicentenario y Amazcala. Se congregaron los legisladores panistas, Francisco Domínguez Servién y Marcos Aguilar Vega, así como un invitado de última hora, el presidente municipal priista, Roberto Loyola Vera: “accidente incidental; un momento muy bonito para la prepa”.

Un espacio de libertad

Quienes estudian en la Preparatoria Norte están en una edad de conocimiento y autoconocimiento; de cambios y dudas. Andrés Guerrero contó que ha tenido estudiantes que se han acercado a preguntar dudas sobre su identidad sexual y externar sus temores respecto a que no saben cómo expresarlo ante sus padres.

El profesor los escucha, intenta hacerles sentir en un clima de confianza, y les aconseja ser fieles consigo mismos: “díselos tal y como me estás diciendo a mí… hay de todo. Tengo alumnos que van y me cuentan que son vampiros, que viven de noche… también que son gatos. La escuela tiene que ser un espacio donde [ellas y ellos] se sientan libres”.

El contexto también importa dentro de la evolución social del alumnado. Para Hernández Valerio, ha habido un crecimiento humanístico, mayor apertura y respeto a las distintas formas de pensar y actuar. Si bien en la década de 1990 ocurrían eventos que ahora son “políticamente incorrectos”, como los juegos denominados “venta de esclavos” y “tientas de vacas bravas”, hay algunos que permanecen vivos: las ferias, las ofrendas del 2 de noviembre y otros eventos artísticos son algunos.

“Los alumnos se ofendían si los llamaba niños cuando estaban en sexto semestre, sobre todo porque tenían INE; pues les decía niños con INE”, recordó con cariño Paredes Elías, quien disfrutaba de las selfis con sus estudiantes, les cuidaba a sus mascotas y acostumbraba a verse dibujada en las bitácoras entregadas con retraso de aquellos jóvenes, quienes la bocetaban “bien bonita” para acceder al derecho a calificación.

Cuando una alumna, alumno, se nos va, es lo más difícil para un maestro; Ricardo, Diego, Katia, son de los alumnos que tengo más presentes. Son niños con quienes conviví, compartí, y un día ya no regresaron a la prepa”.

reveló Hernández Valerio, con un nudo en la garganta.

A sus 35 años, la preparatoria norte sigue de pie. Es una institución educativa “en pro de la diversidad, de la educación, del honor; no somos una institución perfecta, pero siempre buscamos ser perfectibles”, expresó Hernández Valerio.

Estudiantes, gran tesoro

Para Andrés Guerrero, las Prepas UAQ son un pilar de la institución y su motor son los estudiantes: “Han salido grandes mujeres y hombres; diputados, senadores, artistas […] son el poder de la universidad”, externó.

Para la maestra Graciela, el entusiasmo y solidaridad son lo más importante entre estudiantes: “Muchas, muchas actividades para fortalecer la unión, el trabajo en equipo y sobre todo el lograr los conocimientos necesarios en la etapa en la que se encuentran los estudiantes en la preparatoria”.

El tipo de formación de las preparatorias UAQ, en particular el proceso de admisión es lo que las distingue de otras instituciones educativas, de acuerdo con Hernández Valerio. Este proceso riguroso es por el que pasan diversos alumnos egresados de secundaria, pero el ingreso se limita a aquellos con el puntaje estipulado por el bachillerato.

También resaltó su desarrollo integral, que se compone de las matemáticas, las ciencias sociales y experimentales, las humanidades y la formación personal. “Somos semillero de la Universidad Autónoma de Querétaro”, recalcó.

En aras de ser mejor escuela

“Claro que siempre hay cosas por mejorar. Una de ellas es el desempeño de las juventudes que se vio agravado por las clases a distancia durante la pandemia”, agregó el profesor Guerrero Martínez, quien observó un rezago en las últimas generaciones debido a las clases virtuales y a las herramientas que, si bien facilitaban los cálculos, impedían a estudiantes conocer el trasfondo de los temas.

Este retroceso se vio reflejado en el número de calificaciones reprobatorias. El académico detalló que, si antes de la pandemia había seis personas reprobadas en un salón, después del regreso a clases presenciales, hubo 15. Casi la mitad de todo un grupo.

Aunado al aprendizaje, está el pensamiento un pensamiento nuevo en jóvenes estudiantes de las generaciones recientes, que contrasta con aquellas de los años ochenta y noventa. “Ahora no ven la chance de mejorar a través de la escuela […] se ha perdido el amor a ella”, lamentó Guerrero Rodríguez.

Pero más que un obstáculo para la educación media superior es un reto para la enseñanza moderna. Para él, a un alumno debe dársele su importancia, así como su espacio. Un maestro tiene que ser alguien que “transforma vidas con su ejemplo, con sus actos”.

En tanto, Graciela Paredes Elías también mencionó el apoyo a la comunidad docente. “Hace falta que la administración se comprometa con los docentes y ayude en su crecimiento académico y personal”, indicó.

Cecilia Gabriela Velázquez

Estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro. 23 años; amante del rock clásico.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba