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“Privatización” del agua criminalizaría acciones ciudadanas

Que una comunidad se organice para limpiar sus mantos acuíferos sería un delito bajo la llamada “Ley Korenfeld”

Por: Abelardo Rodríguez / Unidad de Investigación Periodística

Hace poco más de un mes, 120 pobladores de la comunidad de Llano de San Francisco, en el municipio de Pinal de Amoles, presentaron un cuadro de intoxicación severa. La causa fue un manto acuífero contaminado como resultado de una actividad minera indiscriminada dentro de la zona. 

Como consecuencia de estas situaciones, que no son escasas en los municipios serranos del estado de Querétaro, diversas asociaciones civiles se han constituido para monitorear los niveles de contaminación dentro de los diversos cuerpos de agua que hay en el estado. Es el caso del Grupo de Monitoreo de Jalpan, constituido fundamentalmente por amas de casa que desean saber si hay agua contaminada dentro de sus comunidades.

 

El problema está en que bajo el esquema que se seguiría de la nueva Ley General de Aguas, cuyo dictamen fue aprobado el pasado 5 de marzo, este tipo de acciones incurrirían en la ilegalidad, al menos que quienes las realizan cuenten con algún permiso de la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA). Sin este permiso no será posible realizar investigación alguna en mantos acuíferos.

De acuerdo con Raúl Pineda, académico e impulsor de una Ley Ciudadana de Aguas que funcione como alternativa a la actual Ley General, dicha prohibición aplica también para particulares, centros de investigación, universidades, comunidades, académicos y también ONGs.

No hay pues, forma de que la ciudadanía monitoree por sí misma el agua que está consumiendo sin tener que pedir permiso a la dependencia reguladora.

En palabras de Pineda esto “nos deja a los ciudadanos prácticamente indefensos, sin participación en estos procesos. Pero el agua es un elemento tan importante, que todos debemos estar conscientes de esto y participar”.

Paso libre a la privatización

Son muchas las críticas que se realizan en contra de la Ley General de Aguas, también conocida como Ley Korenfeld debido a que fue diseñada por David Korenfeld, polémico exdirector de la CONAGUA al que en su tiempo se acusó de utilizar helicópteros de la dependencia para su transportación personal.

Una crítica en particular va en el sentido de que es una legislación privatizadora. Bajo esta perspectiva. El objetivo de la ley no sería el de llevar agua hacia la población, sino más bien el de convertirla en una herramienta de lucro y generar de esta manera beneficios a las multinacionales.

Personalidades como Silvia Emanueli, quien forma parte de la Comisión Internacional del Hábitat y de la Comisión Mexicana por el Derecho al Agua, sostienen que tras la Ley Korenfeld, “se prevé que la iniciativa privada genere su propia energía durante treinta años y que además pueda generar beneficios económicos con el agua”.

También indicó que “el trasvase de agua hacia el norte semidesértico del país no es tanto para satisfacer de agua a las poblaciones, sino para satisfacer el negocio del “fracking” que está previsto en la reforma Energética” y que “no hay preocupación por los pueblos indígenas ni por resolver muchos problemas que ya tenemos”.

Ley ciudadana de aguas

Como respuesta a la “ley Korenfeld” sus opositores hicieron una ley alternativa que llamaron “Ley Ciudadana de Aguas”. Su formulación llevó dos años de discusiones entre académicos y asociaciones civiles y que se puede consultar en el sitio web “agua para todos, agua para la vida”.

En esta iniciativa ciudadana participó el Doctor Raúl Pineda, quien nos resumió la propuesta en seis puntos: “el agua es un valor, el agua es propiedad de la Nación, control social del agua, uso sabio del agua, limpieza de toda agua y vigilancia comunitaria del agua”.

Lejos de los esquemas basados en el trasvase y en la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, quienes promueven la creación de una Ley Ciudadana de Agua buscan más bien que haya una racionalización de los recursos disponibles y un cambio en la cultura del agua para disponer de la mejor manera del agua con la cual contamos.

Finalmente, los promotores de la iniciativa ciudadano llamaron a no olvidar que el del agua es ante todo un problema político que también cuenta con repercusiones a nivel histórico y social.

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