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Querétaro debería ser la Atenas del Bajío: González Llaca

El autor de“Queretaneidad, alma y carácter de los queretanos” realiza un balance de éstos, su ideología y carácter

Por: David Eduardo Martínez Pérez

Para Edmundo González Llaca, autor del libro “Queretaneidad, alma y carácter de los queretanos”, la capital debería dar el paso que la llevará de ser una ciudad eminentemente industrial a transformarse en una potencia en materia cultural y educativa, para que fuera considerada “la Atenas del Bajío”, y que también se extienda a otras zonas del estado.

“Lo que deberíamos hacer es convertir a Querétaro en la Atenas del Bajío: que lleguen universidades, que arribe gente de fuera que realmente podamos integrar para construir una sociedad que no sólo se quede en Querétaro sino que pueda abarcar otras zonas del estado”, aseguró González Llaca.

Este señalamiento lo hizo porque consideró que es la única manera de que se desarrolle una cultura de la tolerancia y el respeto tanto de los queretanos hacia la gente de fuera, como de éstos hacia los nacidos en Querétaro.

El escritor indicó que, como consecuencia de años de cohabitación, los queretanos y las personas que vienen de otros estados han desarrollado una ‘intolerancia recíproca’ que se traduce en actitudes y comentarios que para ambas partes resultan excluyentes.

“Hay intolerancia tanto de los queretanos a las personas que vienen de fuera, como de éstas a los queretanos. Conozco a una persona que es de Sonora y dice que cuando va para allá, le da vergüenza decir que sus hijos son queretanos. La intolerancia y la incomprensión es mutua”.

Sobre esta falta de empatía que se produce entre los nacidos aquí y nacidos en otros estados y que en ocasiones ha desatado brotes de xenofobia, González Llaca manifestó que si bien en Querétaro no se da la violencia directa contra quienes vienen de fuera, sí se generan actitudes que eventualmente hacen sentirse rechazados a quienes no nacieron dentro del estado.

Advirtió también que estas actitudes de franco rechazo, que empiezan por ejemplo, desde que se denomina “chilangos” a quienes provienen del Distrito Federal, aunque ya lleven más de diez años residiendo en la entidad, obedecen en buena medida a cierta naturaleza “nostálgica” del queretano, para quien todo tiempo pasado fue mejor, como cuando no había gente de fuera, por ejemplo.

Sin embargo, don Edmundo enfatizó que estas actitudes deben superarse a través de la educación y la empatía entre ambos grupos de residentes dentro de la entidad.

Desconfianza de los queretanos, una cuestión geográfica

Con respecto al motivo por el cual los queretanos son desconfiados de los que provienen de fuera, González Llaca, también analista político y escritor de varios libros, tiene la hipótesis de que esto obedece a la situación geográfica de la entidad.

“Querétaro queda en un cruce de caminos, eso ha hecho que la gente mire con desconfianza a los que vienen de fuera y piense: ¿Éste qué viene a hacer aquí, se irá a quedar, irá a violar a mis hijas, me irá a robar? Lo que tiene que entender el queretano es que la gente que viene de fuera no viene para violar a sus hijas, a veces viene para trabajar, a otras cosas”.

En este sentido, González Llaca también hizo la observación de que muchas de estas familias de fuera, se han “queretanizado”, al volverse “más conservadoras de lo que eran al llegar a la entidad” o al mostrarse “participativas” en cuestiones como las fiestas patronales de barrios en los que residen.

Por señalar en su libro lo que considera son contradicciones internas de una ciudad en la que “hasta el sol llega a ser hipócrita porque no parece que queme, pero quema”, González Llaca ha recibido críticas entre numerosos sectores de la población local.

“Me preguntan: ¿Que no eres queretano? ¿Por qué dices eso? ¿Por qué dices que somos hipócritas, que nos gusta el chisme?”, recordó.

Él aseguró que estas mismas críticas explican el hecho de que hasta el momento no se hubiera escrito un libro en el que se abordara de manera frontal el tema de la “queretaneidad”.

“Escribí el libro porque, como dijo Rulfo, tienes que escribir ese libro que cuando lo buscas en tu biblioteca no lo encuentras. Hasta ahora no se había definido el carácter ni la identidad de los queretanos, entonces yo dije ‘ah, caray’. Tenemos un alma colectiva y no se ha escrito nada sobre eso.

“No pretende ser un libro científico ni hacer generalizaciones como que al 99.99% de los habitantes les gusta el chisme, sólo escribir un poco sobre el alma y carácter de los queretanos como colectivo. En cierta forma también lo escribí para conocerme porque yo tuve la desgracia de que mi padre murió siendo yo muy chico, y entonces yo me preguntaba: ¿por qué soy así? ¿Por qué somos así?”, indicó.

De acuerdo con su explicación, si no se había escrito nada sobre el tema, se debe a que “es difícil hablar de uno mismo” y que si el libro ha obtenido en ocasiones tales respuestas entre los queretanos, también se debe a que “a nadie le gusta que le digan sus verdades”.

“Queretaneidad” en constante cambio

Las críticas también le han llegado por parte de otros sectores queretanos que no se sienten identificados con la queretaneidad que muestra González Llaca dentro de su texto. Sin embargo, él expresó que no pretende hacer ninguna generalización y que la queretaneidad es una cuestión que cambia a lo largo del tiempo.

Dijo, por ejemplo, que para nada es lo mismo esta queretaneidad que se vive hoy que la que viviremos dentro de cuatro años. Sin embargo, insistió en que hay ciertas particularidades históricas que hacen que se repitan ciertos caracteres entre los queretanos.

Finalmente, mencionó que estos cambios en la queretaneidad se han visto reflejados en el proceso de industrialización al que se ha sometido Querétaro desde mediados de la década de los sesenta del siglo pasado.

Calificó como “traumático” este proceso, en el sentido de que modificó de manera drástica las relaciones sociales, al enfrentar con la modernidad a una sociedad conservadora como lo es la queretana.

También sostuvo que, a diferencia de lo que ocurre en urbes como Guadalajara o la zona norte del país, en Querétaro la población no es “particularmente susceptible” a emocionarse con los procesos de “modernización”.

Por otra parte, advirtió que actualmente existen numerosos problemas de índole hidráulica, por ejemplo, que hacen riesgoso continuar con el actual panorama de crecimiento industrial desmedido.

“No digo que se vaya la industrialización, o que se vayan las fábricas, ni la gente de fuera, no. Lo que yo pienso es que es necesario buscar alternativas, y una de esas alternativas me parece que es cambiar un poco el giro del progreso y hacer de esta ciudad una capital académica, cultural, educativa, una verdadera Atenas del Bajío, que abarque no sólo a Querétaro, sino también a San Juan del Río y Tequisquiapan”, concluyó.

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