Reforma educativa de EPN estandarizó y castellanizó la educación
Hernández Jiménez, de origen ñhañhu, lamentó que la reforma del sexenio de Enrique Peña Nieto haya impuesto una visión “occidental” y desplazado a las comunidades indígenas, pues los programas educativos no se adaptaban a estas mismas realidades
Como respuesta a la reforma educativa “estandarizada y castellanizada” que se aprobó en 2013, durante el sexenio pasado, Estela Hernández Jiménez presentó su libro El otomí de Santiago Mexquititlán, Amealco. Guía para aprender y enseñar otomí, el cual contribuirá a la lectura, escritura y enseñanza del ñhañhu.
Hernández Jiménez, de origen ñhañhu, lamentó que la reforma del sexenio de Enrique Peña Nieto haya impuesto una visión “occidental” y desplazado a las comunidades indígenas, pues los programas educativos no se adaptaban a estas mismas realidades. Por esto, su libro es una propuesta de un desarrollo lingüístico integral donde los autores son los propios integrantes de Santiago Mexquititlán: “Esto contribuirá a la lectura, a la escritura a la enseñanza del ñhañhu”.
El libro está enmarcado también dentro del denominado “programa alternativo de educación y cultura”, que sirvió de base para el trabajo que realizó la mujer amealcense. Estos documentos tienen el objetivo de combatir a un “neoliberalismo colonizador” no apropiado para todos: “Te castellanizan y te toman como si todos fuéramos iguales”, dijo en referencia a la nula pluralidad que la reforma impuso.
En el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Estela Hernández Jiménez explicó que en cada inicio de ciclo escolar es difícil trabajar la lengua con los nuevos grupos, pues les da vergüenza practicar su lengua materna en el ámbito escolar.
Hernández ejerce como docente de educación básica en su localidad, donde pudo ser partícipe del proceso de esta enseñanza alternativa para las nuevas generaciones. “Pero a medida que se les va hablando, se les va diciendo que [la lengua materna] es un derecho. En la medida que se les va sembrando amor por la misma lengua, los niños van cambiando”, expresó.
La docente externó que con este método de enseñanza se muestran cambios de percepción de los niños y apreciación a ellos mismos. Formuló que es una transformación de ser, de pensar y actuar por la que pasan los estudiantes cuando hablan su lengua materna y que, con una dinámica del aprender preguntando, los alumnos llegan a la instancia de cuestionar con la posibilidad de abrirse paso en el mundo académico.
No obstante, Hernández manifestó que hay un camino largo que recorrer para seguir esta línea de educación inclusiva que cimentó con su proyecto. Platicó que fue a la Cámara de Diputados para publicitar y promover los beneficios que el libro posee para una educación integral en otras comunidades: “Estamos a la disposición de hacer extensiva la propuesta. Efectivamente, la propuesta está escrita para la lengua ñhañhu; sin embargo, los referentes pueden sustentarse para cualquier lengua originaria del país y el mundo”.
La lucha fuera del aula
Aunque no es el único ámbito en la que Estela Hernández está inmersa: en un ámbito más local, la docente lucha en contra de la discriminación y preservación de su lengua. Un factor importante, consideró, es tener conocimiento de los derechos, normas y leyes que rigen al hombre: “Se tiene que empezar a exigir los derechos que nos corresponden como pueblos originarios”.
Es de vital importancia, añadió, transmitir a los pobladores sus derechos en su lengua y no obstaculizar su derecho a la información. Ejemplificó con los traductores denominándolos “traductores exprés”: “Te damos un curso o dos y ya eres traductor. Los traductores tienen que tener referentes normativos y jurídicos por convicción y no por clientelismo político”.
PAN: “club de los ricos”
Hernández subrayó que la apropiación cultural y la falta de beneficios por la promoción turística y artesanal encomendada por el gobierno no tienen ningún provecho para la población. “A partir de que Amealco se vuelve pueblo mágico suben los precios de todas las cosas, y ahí pensamos: ‘¿Cuáles son los beneficios para las comunidades indígenas?’”. Por ello, acusó que las instituciones gubernamentales son las que sacan provecho de este esquema de “pueblear”.
“Vemos que el PAN en Querétaro no gobierna para los más pobres (…) No es un gobierno para pobres (…) El PAN fue fundado desde el club de los ricos”, lamentó. Apuntó que la filosofía del partido es irreal a las necesidades y vida de los pueblos marginados.
“Somos los que padecemos la peor parte”, dijo refiriéndose a los hechos ocurridos del desalojo de artesanos el 24 de diciembre y el arribo el 17 de marzo de policías a Santiago Mexquititlán con la finalidad de intimidar a mercaderes de la zona. Todo forma parte de la dinámica de represión del Estado, sostuvo: “Es una declaración de autoritarismo e imposición, donde los ricos por un lado y los pobres por el otro”.
Estela Hernández Jiménez cree en el poder de la educación para poder revertir las situaciones vulnerables que aquejan a las comunidades marginadas. Su documento, como lo describió ella: “es una semilla que se siembra y que contribuirá a la enseñanza del ñhañhu”; es el inicio de adaptar un programa de estudios en beneficio a la diversidad étnica cultural en México y disolver un colonialismo eurocentrista impuesto por instituciones que excluyen a esta diversidad; la base para una educación alternativa para los alumnos otomíes.