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Respuesta al artículo “Adiós al guerrillero”

Estimado Víctor:

Cierto, todos somos hijos de nuestro tiempo pero el tiempo es muchos tiempos. Viví esos años en que algunos amigos o conocidos pensaron en el camino de la guerrilla, bajo la admiración del ‘Che’ y de la Revolución Cubana. A mí me salvó de ese coqueteo intelectual mi profesor Enrique Ruiz García y el poeta Octavio Paz, sobre todo la lectura de ‘Posdata’ y ‘El ogro filantrópico’.

Nuestro camino no era el de las armas sino el de la democracia, como posteriormente sucedió, y el mito de la revolución había que someterlo a examen.

En los años de la guerra sucia, sin exculpar la represión del poder, también hay que decir que muchos de los que siguieron el camino emocional de las armas, se equivocaron.

En el tiempo de “la dictadura perfecta” nunca tuvimos verdaderas dictaduras con las represiones masivas que sí hubo en varios países del cono sur; me tocó conocer y convivir con varios chilenos, argentinos y uruguayos acogidos por México. Y en nuestra actual “democracia harto imperfecta y agujerada” es posible al menos la crítica sin censura en ‘Tribuna de Querétaro’, ‘Libertad de Palabra’, ‘Diálogo Queretano’, ‘El Universal Querétaro’ y otros medios. Cuidemos esta libertad y usémosla críticamente.

Para Elías Canetti estos eran los mandatos del escritor: la responsabilidad de las palabras, la obstinación, la metamorfosis, ser hijos de nuestro tiempo, sintetizar nuestro tiempo y luchar contra nuestro tiempo. Cito y comprimo de memoria. Saludos fraternos.

Julio Figueroa

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