“Retroceso de un siglo”, la propuesta de crear Instituto Nacional Electoral

Atenta contra el federalismo y el desarrollo político regional, manifestó Efraín Mendoza Zaragoza, ex presidente del Consejo General del IEQ
Por: Ricardo Lugo
Efraín Mendoza Zaragoza, ex presidente del Consejo General del IEQ, señaló que de consumarse la “reforma electoral que viene” constituirá un “retroceso de un siglo” y “la vuelta del centralismo” al eliminar los institutos electorales locales para concentrar las funciones de éstos en un Instituto Nacional Electoral (INE).
Manifestó que dicha idea no es del PAN, aunque la haya dado a conocer aquí el diputado federal Marcos Aguilar Vega, sino que es una decisión tomada en “común acuerdo” entre el Presidente de la República y los presidentes de los tres partidos firmantes del Pacto por México, que pretenden que pase de prisa, sin debate alguno.
Consideró fuera de lugar el argumento usado por el legislador federal panista, acerca de que con el nuevo organismo se evitará el uso político de los institutos locales.
“Me manifiesto en oposición a la disolución de los institutos electorales locales, pues responde a la pretensión de centralizar y homogenizar un país diverso como el nuestro. Si uno revisa la legislación electoral del estado de Oaxaca, por ejemplo, veremos particularidades que no tiene la nuestra porque responde a un proceso cultural y a un desarrollo político muy particular.
Si se argumenta que los gobernadores tendrían o tienen el control de los institutos, habría que probar eso en el caso local. En todo caso, ¿qué nos garantiza que el organismo nuevo, ahora centralizado, no caería también bajo el control de la Presidencia de la República o de la superpoderosa Secretaría de Gobernación? Nada lo garantiza”, expresó el académico de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Al mismo tiempo, consideró que la conformidad de los actores políticos con los resultados electorales del 97 a la fecha, al menos en nuestro estado, nada tiene que ver con el severo cuestionamiento que ha vivido la autoridad electoral central en las dos últimas elecciones presidenciales.
Por otro lado, rechazó que el Instituto Electoral de Querétaro duplique funciones con el Instituto Federal Electoral (IFE). “Lo que hay es una distribución de competencias. El IFE y el IEQ no realizan la misma función: el IFE se ocupa de las elecciones federales y el IEQ, de las elecciones locales: gobernador, congreso local y ayuntamientos, no es lo mismo.
“Si se fuera fiel a la idea de la duplicidad, se tendría que desaparecer todas las que se dedican al medio ambiente o a la salud en lo estatal y municipal, sólo porque ya hay una en lo federal”, advirtió. Al seguir ese razonamiento, entonces “habría que desaparecer a los ayuntamientos y al gobernador. ¡Habría que desaparecer a los gobiernos locales, si ya hay una Presidencia de la República fuerte otra vez! En última instancia, si ese fuera un argumento válido, habría que restaurar la Corona.”
Urgente darle “dientes y más facultades” a los institutos para vigilar a partidos
El consejero electoral entre 1997 y 2010 y presidente del organismo electoral local entre 2000 y 2003, sostuvo que la democratización está asociada a los procesos de federalización y no a procesos de centralización, como se pretende con la creación del INE. Así, una próxima reforma electoral debiera responder a la dirección marcada en los años noventa: “ciudadanización del órgano electoral constitucional autónomo, control ciudadano sobre los partidos políticos y avance en la figuras de participación ciudadana; que el plebiscito y el referéndum, que ya existen como figuras creadas por la ley, realmente se diseñen y reglamenten para hacerlos efectivos y accesibles a los ciudadanos.
“Las disposiciones vigentes prácticamente hacen imposible que un ciudadano pueda recurrir a ellos. De igual manera, que se cree la figura de revocación de mandato, es decir, empoderar al ciudadano. Y que la autoridad electoral autónoma tenga dientes y más facultades para someter a control ciudadano a los partidos políticos y, por supuesto, la idea de una Federación y no de centralismo.”
Además, el experto señaló que si bien la forma en la que fue integrado el actual Consejo Electoral vulneró la Constitución del estado; “lo que se debe hacer es reforzar los institutos electorales locales en vez de eliminarlos”. Un planteamiento realmente federalista podría invertir los términos: desaparecer el órgano central y que todas las elecciones sean organizadas por autoridades estatales.
“No es casual que en Querétaro, la alternancia en el poder en 1997 haya coincidido justamente con la ciudadanización del órgano electoral. De tal forma que la ciudadanización fue en la línea de la democratización del país. Esa ruta sigue vigente y no la considero agotada como para retroceder.
“Fortalecerlos, darles más facultades, cuidarlos porque fueron producto de una lucha ciudadana de muchos años.
“Ahora de pronto, (al) vender esta idea de que todo venga del centro, poco faltará para que al rato nos salgan con que los gobernadores ya no sean electos sino nombrados por el virrey. No aplaudo esta reforma; hay que rechazarla”, por supuesto, concluyó Mendoza Zaragoza.
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