Sin bolsas de plástico, semana 1
Las personas de la tercera edad y jóvenes que trabajan como “cerillos” en distintos supermercados celebraron la iniciativa “por el bien del medio ambiente”, sin embargo están preocupados porque sus ganancias se han visto reducidas.
Como si la periferia de la ciudad de Querétaro fuera otra realidad ajena al centro, diversos comercios han desacatado la disposición de ya no entregar bolsas de plástico para el acarreo. Desde el pasado primero de agosto las unidades económicas tienen que ingeniárselas para dar sus productos en otra cosa que no sea plástico, o de plano no entregar nada. En los mercados, como el Hidalgo o La Cruz, aún se ven algunos productos que entregan en plástico. También hay tortillerías donde aún te las venden a 50 centavos.
Es posible ver también las tradicionales bolsas de cuadritos, aquellas que se utilizaban en la juventud de nuestros padres. Aunque son de plástico, no son desechables; tienen un costo de 30 pesos.
Otros que incumplieron la norma fueron los organizadores de la expo Plasencia Muebles. Si bien el Querétaro Centro de Congresos (QCC) se encuentra dentro de la capital, en el evento que se llevó a cabo del 3 al 6 de agosto sí se regalaron bolsas de plástico: se empaquetaron almohadas, edredones, productos de limpieza, flores artificiales, entre otros artículos.
Pretexto para ser creativos
Aunque muchos han decidido no acatar la nueva normativa, otros inclusive se ponen creativos. Es el caso de doña Eli, dueña de una pequeña fonda en la colonia La Loma, al norte de la capital. Eli, oaxaqueña de nacimiento, asegura que “pensó en sus nietos” para acatar la norma. Sin embargo, ella fue más allá. “Fíjate que al principio sí estaba un poco inconforme… por la facilidad que había para la gente de llevarse sus cosas”, dijo.
Sin embargo, la cocinera aseguró que tras reflexionar sobre el ejemplo que le se les da a los hijos, decidió eliminar por completo los desechables. Además indicó conocer las multas: “de 5 a 15 mil pesos y cierre del local si sigues insistiendo”, aclaró.
Ahora pide a sus comensales llevarle 8 “tuppers” para ahí servirles su comida, con todo y agua; te sirve un día en cuatro y al siguiente le llevas tus recipientes limpios y te entrega los otros bien llenitos. “Al contrario de lo que se podría pensar, vamos como a un 70 por ciento de participación”, celebró la pequeña comerciante.
Propinas han bajado para cerillos
Otros que se vieron obligados a dejar de entregar bolsas de plástico fueron los grandes y medianos centros comerciales. La mayoría empaquetan ahora los productos en cajas de cartón, otras más venden “bolsas ecológicas” que cuestan entre 13 y 18 pesos.
Las personas de la tercera edad y jóvenes que trabajan como “cerillos” en distintos supermercados celebraron la iniciativa “por el bien del medio ambiente”, sin embargo están preocupados porque sus ganancias se han visto reducidas. “Sí han bajado las propias, pero es cuestión de irnos acostumbrado”, dice doña Irma.
Refieren que muchas personas prefirieron llevar el carrito sin bolsas hasta las cajuelas de sus coches, al menos los primeros días en los que seguramente se vieron sorprendidos por la medida. Otros más, ya con el panorama de lo que venía, cargaban sus propias bolsas o los metían en sus mochilas o bolsas de mano.
Por otra parte, las tiendas de celulares aún entregaron una que otra. “Se supone que éstas sí están permitidas, son biodegradables”, aseguró un empleado, “pero de todas formas ya no nos están trayendo, ya casi se nos acaban”, reconoce.
Al final, como explicó Mónica Ribeiro en la edición pasada de Tribuna de Querétaro, la medida ha hecho reflexionar a muchos ciudadanos. Sin embargo, basta un recorrido por las calles de la capital del estado para darse cuenta que la gente deja montones de basura en las banquetas dentro de bolsas de plástico desechables…