Siria, en medio de las potencias mundiales ¿Otra vez la guerra fría?
Por: Martagloria Morales Garza
La República Árabe Siria, tiene cerca de 20 millones de habitantes, se calcula que al menos 3 millones han salido del país buscando refugio en Europa. La crisis reciente, provocada por el éxodo masivo de sirios fuera de su país, y en muchos casos la muerte de los que buscan asilo, ha puesto en alerta mundial la situación de este país.
Siria es un pequeño país del medio Oriente rodeado de países con viejos conflictos con Siria y entre ellos. La historia de Siria es compleja, tiene una larga tradición como zona invadida y como colonia de otras potencias, su independencia se logra por razones externas pues la propician los ingleses que expulsan a Turquía del territorio Sirio y le ceden los derechos a Francia, quien gobierna este país hasta que le otorga su independencia, también por presiones externas, en medio de la segunda guerra mundial en 1941.
La independencia no resolvió los problemas de Siria y finalmente, en 1963, la familia Assad tomó el poder, a través de elecciones consecutivas que han permitido que esta familia se mantenga en el poder hasta este momento.
La reciente guerra en Siria se inicia con la denominada Primavera Árabe en 2010, que originalmente, se pensó surgida de manera espontanea entre los ciudadanos buscando una vida democrática más occidental y por lo tanto en contra del gobierno de Assad. Sin embargo, son muchos son los que piensan que Estados Unidos y sus aliados intervinieron en estos movimientos.
Este movimiento en Siria, iniciado en 2011, independientemente de su origen, creció sobre la base de la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad de sectores importantes de la población. El gobierno de Assad, reaccionó con violencia ante los levantamientos ciudadanos y esto fue el detonante de la actual guerra en este país.
Originalmente, una fractura del ejército sirio encabezó la lucha de los “rebeldes” como se les dice desde el poder, centrando su fuerza fundamentalmente en la parte norte del país, en la frontera de Turquía, quien ha apoyado la rebelión desde un inicio. Hasta ese momento era, en estricto sentido, una guerra civil aunque ya con presencia externa por la influencia de Turquía.
Pero en 2012 se unieron a la lucha de los rebeldes, grupos radicales islamitas (Estado Islámico), que venían de Irán y en 2013, aprovechando la confusión entre los rebeldes, se levantaron también los Kurdos. Es decir, el objetivo original de la lucha contra el gobierno de Assad ha ido sufriendo modificaciones, y se ha ido mezclando con interés mundiales complejos.
Con la entrada de los islamitas radicales, que pretenden revivir los extintos imperios islámicos y con la participación de los Kurdos, que buscan la unificación de lo que fue el imperio otomano, la democracia ya no es el objetivo de la guerra y tampoco queda claro el rumbo final del movimiento.
Con el ingreso en la guerra siria del Estado Islámico, las grandes potencias tienen el pretexto para intervenir y, de alguna manera, la pequeña república de Siria se ha convertido en un territorio en disputa entre Estados Unidos y sus aliados, por un lado y Rusia, China e Iran por el otro. Los primeros pretenden destituir del poder a Assad y otorgarle el poder a los sirios moderados y la otra parte defiende al gobierno de Assad.
¿Por qué es tan importante Siria para las potencias mundiales? ¿Por qué una nueva guerra fría?
Siria es un país básicamente agrícola, el 27% de su PIB proviene del sector primario, otro 20% de la manufactura y la industria de la construcción, el petróleo no es una gran riqueza natural, ocupa el lugar 31 en reservas mundiales, México ocupa el lugar 17, pero su posición geografía es estratégica, por los oleoductos que trasportan el petróleo de los países árabes hacia Europa.
Por otro lado, las grandes potencias no pueden permitir el predominio del los islámicos radicales, porque eso pondría en riesgo a las verdaderas potencias en términos de reservas petroleras, que después de Venezuela que ocupa el primer lugar, los países árabes, vecinos de Siria ocupan los primeros lugares del mundo, muy por encima de los Estados Unidos (13) y de Europa (22) y de Rusia.
Lo que empezó como una lucha por la liberalización del gobierno de Assad, se ha convertido en un campo de batalla entre los movimientos que persiguen el pasado, (el islamismo radical, los Kurdos) y las grandes potencias que se disputan el control del petróleo del mundo y como siempre en estas guerras, los sirios son sacrificables, no sólo los metieron en una guerra que ellos no querían, sino que ahora los tratan como escoria y nadie quiere recibirlos como exiliados. Este es el mundo que nos ha tocado vivir, y quizá el que debamos denunciar para cambiarlo.
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