Bomberos: Entre la necesidad y la convicción

La Unidad de bomberos No. 36, es una asociación civil que se formó en el año 2016. La estación está compuesta de bomberos que en su momento brindaron su servicio en la Estación Central, pero que no siguieron en el voluntariado por seguir estudiando o por cuestiones de trabajo; hoy, llaman a la sociedad civil a apoyarles, pues el tiempo no perdona y las carencias se acumulan.
La motivación comenzó a partir de las inundaciones acontecidas en el año 2011, donde estas personas se dieron cuenta de que las autoridades y los cuerpos de emergencia habidos en ese momento en el municipio, se veían rebasados por la problemática en cuestión, de acuerdo con Omar Hernández González coordinador operativo de bomberos voluntarios en la Unidad 36 San Juan del Río y presidente fundador de dicha unidad operativa.
Esto da paso a que las ganas de seguir apoyando crezcan y tengan más fuerza, Omar no se rindió y decidió crear la Unidad 36, a interiores del Instituto Tecnológico de San Juan del Río (ITSJR), y como característica principal, invita a la ciudadanía, que, con ganas de apoyar a la causa, se unan a esta unidad, donde los bomberos trabajan en sus tiempos libres.
“El perfil es ser bomberos, pero no solo somos bomberos, también hay paramédicos, rescatistas, intervencionistas, incluso administradores de emergencias, […] buscamos crecer en todos los rangos” explica Omar, quien agregó que “ahora está habiendo otra visión de ser bombero, está habiendo otra forma de trabajar”.
“No somos competencia, somos un grupo de ayuda que trabaja en sincronía con los demás cuerpos de emergencia en el municipio”, recalca Hernández González.
¿Qué hace un bombero?
La labor de un bombero es muy amplia, no solamente se les requiere para controlar incendios, sino acudir a ellos cuando haya una fuga de gas, derrames de químicos, rescate urbano (una persona que se encuentre atrapada en su vehículo tras un accidente), en caso de intoxicación, inundaciones, enjambres de abejas que se rescatan y se llevan con especialistas para su resguardo y conservación, o de avispas, rescate de serpientes, tlacuaches, cacomixtles o animales domésticos, en situaciones en las que se reportan personas desaparecidas o se les pierde el rastro, se lleva a cabo el entrenamiento de caninos para ubicar a personas atrapadas en estructuras colapsadas, así como cadáveres.
La unidad 36 busca trabajar la prevención, para esto se llevan a cabo platicas en hogares, colonias y de ser posible, en las escuelas una vez la reincorporación de alumnos; esto para incitar a la ciudadanía a que cuente con controles de seguridad, una planificación en caso de emergencia, así poder educar en este ámbito y eliminar poco a poco los peligros, o estar preparados en caso de que alguna situación se complique.
“Somos gente común y corriente, que nos llama el gusto de ayudar, de apoyar, de la caridad, pero también de poner a prueba nuestras habilidades, es un reto que va encaminado a la mejora continua y ser los mejores bomberos, ¿Quiénes son los mejores bomberos? Aquellos que no salen, aquellos que no acuden a servicios porque ya lo prevenimos, porque ya atacamos esa situación”, argumentó Omar respecto a la cultura de la prevención.
Piden ayuda para reparar la camioneta Xixé
La Unidad 36 no recibe un sueldo, “contamos con una camioneta rápida y un camión al que le decimos Xixé (marca Ford 1971), que significa abuelo en otomí, en honor a uno de los comandantes, Alejandro Garduño […] Lo tenemos como un recuerdo, una insignia, pero no nos damos abasto” señaló Omar, pues se tienen carencias importantes en la Unidad ya que, como voluntarios, no reciben una paga.
Su mayor enemigo es la pintura, pues no es fácil atacarla cuando se ve involucrada en un incendio, y en una emergencia, el tiempo de traslado varía entre los 10 y 15 minutos esto porque al llevar un cargamento tan complejo como lo es el agua, los medios de transporte se hacen más lentos; muchas de las herramientas y equipo con el que cuenta la unidad son donaciones hechas por algunas instituciones o bien, fueron comprados desde el bolsillo y aportaciones del cuerpo de bomberos: “usamos, en pocas palabras, la basura de otros bomberos”, puntualizó Hernández González.
“La situación duele. Yo tenía una bota del número 9 y otra del número 10. Tenía mi equipo de protección personal desgarrado, quemado, pero era feliz. Ahora del otro lado, de haber iniciado con este proyecto y tener que conseguir equipo, es muy difícil” nos comparte el ingeniero Omar. Hace falta equipo de respiración autónoma.
“Les hemos pedido a las industrias, si van a tirar un extintor, una manguera, cascos, botas, que se acuerden de nosotros […] a nuestra bolsa le rascamos más y no sale nada”, comenta el coordinador operativo. Precisó que se está solicitando apoyo en especie para que de esta manera se pueda transparentar el apoyo recibido, pues este aspecto permitirá a los benefactores ayudar acorde a sus posibilidades, por ello, reiteró que la petición es orientada al sector empresarial, asociaciones civiles y departamentales, instancias que pueden ayudar mucho.
Ser bombero es un trabajo de hermanar, amor y caridad
Omar define su trabajo como hermanar, amor y caridad. “Nos hermanamos porque todos somos uno solo, amor para encaminar ese coraje y respeto por la vida y caridad porque el día de mañana tu puedes estar en esa situación y te van a ayudar unas manos caritativas, unas manos piadosas y eso se agradece”.
El encargado del área operativa pidió apoyo para Xixé, pues a causa de tanto uso, ha empezado a tener fallas y hoy requiere de varias reparaciones.
“El ser bombero no es el equipo que te pongas, ni la máquina más nueva, ni las herramientas más nuevas, es lo que tu hagas por el prójimo. Sean todos bomberos, visita a tu vecino, procúralo cuando esté enfermo, cuida a tus hijos, escúchalos, acerca un vaso de agua a quien lo necesite, eso es ser un bombero. Es mejor tener uniformado el corazón, que tener mil pieles en tu cuerpo” reflexionó Omar.