Sobre Itinerario de vida
La entrevista, coinciden autores, es un duelo entre inteligencias. Difícil pensar en el periodismo moderno sin la existencia de la entrevista.
Citando a Chistopher Silvester en su libro Las Grandes Entrevistas de la Historia, hay dos grandes posturas ante este género periodístico: “tales como que en su forma más elevada, la entrevista es fuente de verdad, y en su práctica, un arte. Otros, normalmente las celebridades entrevistadas, que se consideran a sí mismas víctimas, la menosprecian como una intromisión a su intimidad, o incluso, tienen la impresión de que las entrevistan les degradan”.
Así eran las cosas en el siglo XIX, cuando la entrevista daba sus primeros pasos. Así como había quienes rehuían de las fotografías (otro invento de dicho siglo) por temor a que les fuera robada el alma, también se rehuía de las entrevistas porque consideraban que invadía la privacidad.
En el mismo libro, se menciona la aversión del escritor Rudyard Kipling a las entrevistas: “¿Qué por qué me niego a ser entrevistado? ¡Porque es una inmoralidad! Es un delito, en la misma medida que una ofensa a mi persona y una agresión y como tal, merece castigo”.
¿Cómo nace la entrevista? En esa transición del periodismo de opinión de la primera mitad del siglo XIX al periodismo informativo de final de siglo, hacía falta un engrane, que uniera ambas partes. Este engrane provino, nuevamente de acuerdo con el autor Christopher Silvester, con la familiaridad que tenían público y periodistas con las transcripciones literales de los procesos judiciales.
Eso, más un nuevo mercado de lectores y un abaratamiento de los costos de producción de los diarios, permitieron que la entrevista se fuera afianzando tras ser “inventada” por Horace Greeley, editor de New York Tribune y por James Gordon Bennet Sr.
Poco a poco, la entrevista se fue abriendo paso y se reconoció su utilidad como medio para conocer opiniones y profundizar en las ideas de los entrevistados. Aunque gente como Gabriel García Márquez lamentaba ya en el siglo XX que se hubiera mecanizado este arte del diálogo y que muchas entrevistas parecieran ser fabricadas en serie.
Para quien quiera profundizar en el tema, recomiendo el libro antes mencionado.
Y traigo a colación esta brevísima historia del nacimiento de la entrevista porque quiero hablar de la reciente presentación en nuestra ciudad del libro “Hugo Gutiérrez Vega Itinerario de Vida”, conversaciones con Angélica María Aguado y José Jaime Paulín Larracoechea, ambos catedráticos de la Facultad de Psicología.
En el libro editado por la Universidad Autónoma de Querétaro, en 280 páginas cargadas de diversas entrevistas hechas a Don Hugo, los docentes dejan que sea la propia voz del poeta quien nos narre su peregrinar por el mundo y por la poesía.
Lejos de la opinión que llegó a tener Kipling sobre la entrevista, Gutiérrez Vega a través de las preguntas formuladas por los entrevistadores nos cuenta los principales aspectos de su vida. Desde su infancia, hasta su militancia política. De cómo encontró el amor y su pasión por el teatro. De su paso por la Universidad y el enfrentamiento con la sociedad queretana de los 60 que se caracterizaba por su conservadurismo extremo.
Una de las virtudes del libro, además del excelente material gráfico, es que permite que las largas horas de entrevistas se lean como una sola. Las conversaciones parecen una sola y atrapan al lector desde el primer instante.