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Tener o no tenerlo, el derecho a decidir de las queretanas

“Si volviera a quedar embarazada sin planearlo recurriría de nuevo al aborto”, comentó una joven que se embarazó a los 14 años

Por: Estefanía Elizondo

Querétaro es la segunda entidad de la República, después del Distrito Federal, con menor porcentaje de mujeres de 12 a 19 años con al menos un hijo nacido vivo, según datos del Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el INEGI.

Muchos embarazos se dan en condiciones poco óptimas para la crianza de un hijo, y las afectadas se ven orilladas a interrumpir su embarazo. Desde 2009 entró en vigor al artículo 2° constitucional que indica que el estado está obligado a “proteger la vida desde la concepción”.

“El estado de Querétaro reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida de todo ser humano, desde el momento de la fecundación, como un bien jurídico tutelado y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta la muerte. Esta disposición no deroga las excusas absolutorias ya contempladas en la legislación penal”, dice la normativa.

De acuerdo con el portal del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), si bien el aborto en Querétaro es considerado un delito, las leyes estipulan razones específicas en las que está despenalizado. Sin embargo, estas razones son restrictivas pues se limitan al aborto involuntario y por violación.

Aún en el caso del aborto por violación, en la práctica existen muchos impedimentos para que las mujeres accedan a una interrupción segura del embarazo en las clínicas de salud pública del estado.

Esto obliga a muchas mujeres a recurrir a prácticas poco seguras para interrumpir sus embarazos cuando éstos no son deseados. Es el caso de una joven que abortó a los 14 años, y que por razones de seguridad prefiere que su nombre quede en el anonimato.

“A los 14 años vivía con mi novio y quedé embarazada. En primer momento sentía ilusión, pero a los dos meses y medio me puse a pensar en las consecuencias, en lo que podía pasar si lo teníamos, pues ya habíamos tenido problemas en la escuela y sería peor con un bebé, tomando en cuenta, además, la vida que llevaría.

“Finalmente hablé con él y me comprendió, pero ya tenía casi tres meses de embarazo. No teníamos dinero, así que nos contaron de unas pastillas para la gastritis que se llaman citotec o algo así. Como no eran muy caras las compramos en la farmacia. Me introduje tres vía vaginal y a la hora comencé a sentir dolores fuertes como cólicos y a sangrar con abundancia. El sangrado me duró un mes aproximadamente”, recordó la joven.

Este tipo de prácticas implican auto medicación y eso pone en riesgo la vida de quienes las llevan a cabo. De acuerdo con el GIRE, no existe ningún apartado en la Ley de Salud de Querétaro específicamente para casos de aborto.

“Nunca me sentí mal por haber abortado. Sabía que era lo mejor para los dos tras nuestros problemas, además que tener un bebé hubiera truncado mis estudios. Siempre he estado en contra de la ley antiaborto, la mujer debe decidir si quiere o no ser madre”, manifestó.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su documento “Mujeres y Hombres en México 2012”, señala que “el que las mujeres sean libres para decidir sobre su vida y sobre su propio cuerpo es fundamental para el desarrollo de las personas y la sociedad.”

“Claro que me gustaría ser madre pero hasta que yo lo decida, si volviera a quedar embarazada sin planearlo recurriría de nuevo al aborto.”

Así como hay adolescentes que al embarazarse deciden abortar, también hay quienes deciden continuar con su embarazo. Pero ante este tema hay mucho por hacer ya que el porcentaje de mujeres de 12 a 19 años que tienen al menos un hijo fuera del matrimonio va en incremento; en el año 2000 constaba del 50.5 por ciento y para el 2010 del 70.6 por ciento.

“Precisamente porque Querétaro ha tenido esta característica en diferentes estadísticas, debemos generar políticas públicas que puedan apoyar a estas personas que además de asimilar la responsabilidad de ser madres, tienen la disposición y voluntad de trabajar y de sacar adelante a sus familias”, manifestó la diputada Beatriz Marmolejo Rojas, presidenta de la Comisión de Equidad de Género y Grupos Vulnerables en la LVII Legislatura.

“Ya no estamos para depender del hombre”

Angélica Anahí Vera Berrios, de 21 años, es madre soltera desde los 16, cuando apenas iniciaba sus estudios de preparatoria. Su hija es Nahomi Abigail Segura Vera, de casi seis años de edad.

“Cuando el padre de mi hija se enteró de que estaba embarazada lo primero que me dijo fue ‘abórtalo’. Yo le dije que no, que si no quería apoyarme no importaba, yo no iba a hacer eso aunque no estuviera conmigo. Nos juntamos un mes aproximadamente pero no funcionó, fue un desastre. Nahomi y yo vivimos con mis padres quienes siempre me han apoyado”, externó.

A los dos años de quedar embarazada, Anahí comenzó a trabajar en una farmacia familiar que hoy en día ya no está en operación.

Actualmente labora en un casino y está en el segundo semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas. El tiempo apenas le alcanza para combinar el ser madre con sus estudios y su trabajo.

“Más que nada es el tiempo lo que me afecta mucho, en cuestión de tareas, exámenes, no tengo mucho tiempo para estudiar…

“Cuando me toca el turno de la noche pues me levanto, dejo a la niña a la escuela, me regreso a dormir, me despierto dos tres de la tarde, comemos, nos arreglamos, le ayudo a veces a la tarea y ya en la noche me voy a trabajar. Muy rara es la vez que jugamos.

“A pesar de que me es muy difícil pasar demasiado tiempo con ella, trato de tener una buena comunicación con ella para que no le pase lo mismo que a mí al no hablar mucho con mi mamá.”

Sobre la ruptura del esquema tradicional de madre que las fuerza a recluirse en la monotonía de esposa ama de casa y en la crianza de los hijos, Anahí manifestó categórica que en estos tiempos las mujeres no tienen por qué depender del hombre o la pareja masculina.

“En estos tiempos ya no va porque simplemente una familia ya no puede sobrevivir con el sueldo del esposo, tiene que trabajar la mujer para solventar gastos… superarse tanto en lo personal como en lo profesional, no te debes de quedar en tu casa para toda la vida. Ya no estamos para depender del hombre.”

Rosalía Ibarra Guajardo, de 26 años, es una estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que además es madre desde los 16 años.

Así como Anahí, Rosalía cree que la falta de comunicación con los padres es un problema que ellas quisieran evitar en todo momento. “con mi hija trato de ser su amiga, me sirve el hecho de ser joven. Mi idea es que sigamos teniendo comunicación. Yo siempre le digo ‘lo que más pena te da, es lo que debes contarme’”.

Tampoco ella cree en el esquema tradicional de madre.

“Independientemente de la edad en la que tengas a tus hijos, actualmente ya es muy difícil que el papá se haga cargo de la casa solo, conforme va pasando el tiempo la mujer se ve obligada a estudiar a prepararse para ofrecerle a los hijos un mejor futuro”, finalizó.

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