TLCAN ha generado comercio informal, considera Yamasaky Cruz
En las zonas urbanas “hay incremento de la informalidad y del empleo precario”, enfatizó el académico y especialista en desarrollo local
Por: David Eduardo Martínez Pérez
Para Arturo Yamasaky Cruz, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la UAQ y especialista en desarrollo local, uno de los principales problemas que aparecieron junto con el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) es el incremento constante que desde la década de los noventa ha experimentado el comercio informal en Querétaro.
El Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana consideró que este incremento obedece principalmente a que las condiciones surgidas a raíz de dicho tratado no han permitido que un amplio porcentaje de la población se inserte dentro de las actividades productivas.
De acuerdo con Yamasaky Cruz, esto significa que así como los municipios del interior de Querétaro se vieron ‘golpeados’ debido al desgaste sufrido por actividades del sector primario, los municipios más urbanizados no escaparon a este golpe debido a que los empleos que se desarrollaron desde 1994 han sido principalmente empleos precarios y fuera del alcance de la mayor parte de la población.
“Si el TLCAN tenía como objetivo mejorar las condiciones productivas y socioeconómicas de la población, en términos de zonas rezagadas no lo ha logrado. Si nos vamos a las zonas urbanas hay crecimiento de la informalidad y del empleo precario más que crecimiento con prestaciones, derechos laborales, ciertas formas de educación (…)
“Entonces en las zonas urbanas tampoco ha sido tan favorable la implementación del Tratado de Libre Comercio. Si puede haber ciertas formas de empleo, con salarios muy restringidos, pero mucha gente está en la informalidad sin posibilidad de atención médica, financiamiento para vivienda, educación de calidad”, explicó.
En este sentido, el catedrático comparó los resultados del TLCAN con la situación que se vivía en Querétaro durante el proceso industrializador de 1960, cuando las condiciones de trabajo eran mejores y la población tenía más posibilidades de incorporarse manera efectiva al proceso de desarrollo impulsado por las industrias.
“Podemos decir que desde que entró en vigencia el tratado no se ve una mejora sustantiva como cuando inició todo el proceso de industrialización, no observamos un resultado similar al que se tuvo entre los sesentas y los ochentas, pues entonces había beneficios más netos para los empleados y estos son beneficios que ya no se perciben.”
“Entre 1960 y 1980 las manufacturas generaron mucho empleo y bien pagado, ahora crece el sector terciario pero en condiciones de trabajo menos favorables y salarios más bajos.”
Aunque evitó señalar al tratado como responsable directo de esta situación, el académico puntualizó que el desarrollo prometido por éste se ha visto severamente mermado debido a que el crecimiento de la economía en el estado ha sido inferior al crecimiento poblacional.
Indicó que esto supone un problema grave para numerosos jóvenes que buscan empleo y no lo encuentran debido a que no hay suficiente oferta para todos incluso cuando se encuentren debidamente calificados por instancias de educación técnica o superior.
“Entre 1940 y 1980, una gran cantidad de población egresada de educación superior o técnica, se podía insertar en el mercado laboral. A raíz de la crisis muchos pierden la oportunidad de insertarse en esas formas de producción y ahí tenemos a los compañeros que tienen licenciatura o nivel técnico sin oportunidades de ir a los sectores formales.
“Se restringió el tamaño del sector formal y se siguieron formando profesionistas sin poder incorporarse a los mercados laborales. Uno de los grandes problemas de jóvenes con estudios medios o estudios superiores es la posibilidad de encontrar trabajo.”
‘La crisis del 82 nos orilló al neoliberalismo’
El Maestro en Investigaciones Regionales por el Instituto José María Luis Mora refirió que existe un sector de la población que aunque puede desenvolverse tanto en actividades formales como informales, elige las últimas debido a los beneficios monetarios que les reportan pese a perder la posibilidad de acceder a prestaciones de salud, vivienda o seguridad social.
Sin embargo, señaló que algunos de estos problemas, que corren de la mano con el TLCAN, también tienen origen en la crisis de 1982 y en la necesidad de obtener recursos económicos a partir de instancias internacionales.
“Hay un factor que nos afectó severamente: la crisis de 1982. Ahí casi nos quedamos sin recursos económicos y tuvimos que ir a las instancias internacionales como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Ahí es donde entra el famoso neoliberalismo que tiene como uno de sus pilares que el capital se vuelva más rentable, que esté orientado a la ganancia.”
El investigador afirmó que dicha orientación a la ganancia buscaba reducir los beneficios sociales del capital para mantenerlos en manos de un grupo reducido de empresarios capaces de producir bienes con mercado internacional.
Finalmente, Arturo Yamasaky señaló que en la lógica neoliberal se puede afirmar que el TLCAN ha tenido beneficiarios, aunque éstos sean exclusivamente quienes cuentan con determinados recursos que la mayor parte de la población sencillamente no puede tener.
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