Transporte público: Políticos no han servido en el IQT

Siempre será “deseable” que quien encabece el Instituto Queretano del Transporte (IQT) tenga experiencia en el tema que compete a su área, más allá de tener suerte o un “súper equipo”, enfatizó Sergio Olvera León, vocero del Observatorio Ciudadano de Movilidad de Querétaro (OCM), quien también señaló que “los políticos no han servido en esos puestos”.
A lo largo de su historia, el IQT ha tenido cinco directores, de los cuales sólo el primero, Luis Enrique Moreno Cortés, tenía estudios en materia de movilidad. El resto, fueron formados en áreas administrativas o bien, antes fueron diputados.
Tras la renuncia de David Sánchez Padilla como director del IQT, después de siete meses de ejercer el cargo, Gerardo Gabriel Cuanalo Santos llegó al puesto el 2 de mayo. Al asumir, el exdiputado local y federal fue cuestionado por la ciudadanía debido a su falta de experiencia en materia de movilidad. El gobernador Mauricio Kuri González salió en su defensa a señalar que el también exsecretario de Turismo capitalino contará con un equipo para la encomienda.
Sin embargo, Olvera León acota que títulos académicos tampoco garantizan un cambio en el transporte público:
“el hecho de que sea un especialista o súper académico, formado en las universidades, da lo mismo. En el día a día, en la calle, es súper diferente […] no es lo mismo eso [la preparación académica] a padecer el día a día. No garantiza un mejor sistema”.
Y en el polo opuesto, tener un nulo conocimiento en materia también es señal de alarma, para ello comparó resolver el problema del transporte público con una operación médica:
“¿para qué se contratan médicos en un hospital, a la hora de hacer una operación de alto riesgo? Podría hacerlo el recepcionista, ya que cuenta con un gran equipo de médicos”, ironizó.
El vocero del OCM reiteró que a Cuanalo Santos le compete enmendar algunos problemas de logística en las horas pico, así como mejorar los tiempos de traslado por medio de un carril confinado, con el fin de evitar las congestiones vehiculares. Ello traerá quejas de automovilistas por llevar a cabo esas acciones, pero no durarían más de dos meses y habrá más beneficios para la ciudadanía.
Políticos para un servicio público
Como señalamos, Luis Enrique Moreno fue el único con estudios en materia de movilidad; colombiano de origen, el que fuera director del IQT durante el sexenio de José Calzada Rovirosa tiene una maestría en Ingeniería de Tránsito y Transporte. A pesar de ello, la administración en la que trabajó quedó marcada por la creación de RedQ, el primer intento de organizar el transporte, pero cuyos resultados fueron el retiro de unidades y rutas.
Con Francisco Domínguez Servién llegó Alejandro Enrique Delgado Oscoy, quien se había desempeñado como diputado local y federal, así como delegado de Epigmenio González en la capital. En su año en el IQT se le recuerda primordialmente por las acusaciones de concesionarios, quienes señalaron al panista por querer imponer al empresario Juan Barrios como líder de su gremio.
Su relevo, Alejandro López Franco, concluyó el sexenio, pero sin resultados sustanciales, ya que los ejes estructurantes no resolvieron el déficit. El ahora exfuncionario es licenciado en Administración y anteriormente había sido secretario de la Contraloría. Tuvo que enfrentar al menos dos paros importantes de transportistas, en marzo y octubre de 2018.
En la primera ocasión, operadores no salieron a trabajar ya que exigían mejores condiciones de trabajo de la empresa concesionaria; la suspensión del servicio en octubre fue una forma de chantaje de Qrobús para exigir el incremento de la tarifa a 15 pesos. En diciembre el pasaje pasó de 8 a 11 pesos.
Finalmente, David López Padilla, en sus escasos siete meses como director del IQT, no logró despegar un proyecto de transporte; sus declaraciones se mantuvieron siempre en la tónica de diagnosticar para mejorar. El abogado de formación se había desempeñado como coordinador de Movilidad en Aguascalientes, donde fue dado de baja debido a la falta de resultados, según notas periodísticas de aquella entidad.
Olvera León destacó que en el trabajo de los exdirectores hubo fallas en asuntos administrativos que tendrían que haberse resuelto, como las unidades que circulan sin placas. “No tendrían que ser los mejores expertos; pero sí entender cómo se puede mejorar, cuáles son las tendencias actuales […] si no lo entienden y siguen pensando ‘el transporte público es para quien no se puede comprar un coche’; lejos de impulsar su nicho, lo apagan”.