Tres
Por: Juan José Lara Ovando
EDICIÓN ESPECIAL
La masculinidad en el cine mexicano la representó indudablemente Pedro Armendáriz. Era el tipo viril que mostraba su independencia, asertividad y valor en cualquier rol y contexto, por eso denotaba en sus escenas fuerza, decisión, valentía y seguridad. La correspondiente respuesta eran el respeto y el triunfo. Nada de afecto le correspondía, a menos que fuera consecuencia de las características mencionadas y su relación con otras personas. En el ámbito internacional Clark Gable fue el prototipo.
Ni Pedro Infante en México o John Wayne en Hollywood llenaron a plenitud el perfil, aunque lo cubrían, el primero porque se vio envuelto comúnmente en problemáticas de sobrevivencia en sus películas y el segundo era excesivamente viril, un macho, que se dedicaba a defender las libertades de su país. Al primero le faltaba algo, el segundo se excedía. Además carecieron de algo sustancial, el toque de distinción: la elegancia, la belleza. La masculinidad en el cine clásico no fue solamente un valor, también era un atractivo y eso le daba un plus. Las espectadoras se enamoraban del más guapo, pero también, del más varonil.
El rol de la masculinidad en el cine reciente ha venido cambiando porque los mismos personajes van descubriendo que también tienen género, es decir, que no son así porque la naturaleza lo haya determinado sino que fueron socializados por una cultura patriarcal que les marcó el camino, pero en la modernidad se han dado cuenta que no se nace hombres, sino que se hacen y eso implica despojarse de las sucesivas máscaras que las culturas dominantes han impuesto, lo que implica que sus posturas vayan siendo más críticas y hasta emancipadoras, replanteando de alguna manera el modelo de ciudadanía y de ejercicio de poder.
Dos ejemplos deseo mostrar en este texto, el de un director y el de una película, ambos de distinto origen. El director de cine, es el joven canadiense Xavier Dolan, de apenas 27 años pero ya con 6 filmes realizados. Actor de cine infantil, guionista de sus películas, productor y director de filmes premiados en los más prestigiados festivales (Cannes, Venecia, Berlín, Toronto y San Sebastián), presentó en 2009 su ópera prima, Yo maté a mi madre, refiriendo la compleja relación entre madre e hijo, con la consiguiente postura homosexual de éste; en 2010, Los amores imaginarios, sobre una joven pareja heterosexual que se enamoran platónicamente de un chico y a partir de ahí, su relación va a acrecentarse a medida que imaginan crear esa posibilidad: mantener un romance extra; en 2013, llega a la solidez internacional con Tom en la granja, en la que un joven profesionista asiste a un pueblo, al funeral de su pareja (otro chico), pero ahí se da cuenta que nadie sabe de su existencia y el hermano de aquél, le obliga a callar para que su madre no se entere ni sufra, y; en 2014, Mommy, sobre las dificultades de una viuda para educar a un hijo joven, hiperactivo y desequilibrante con la ayuda de una vecina solidaria y misteriosa. Además en 2012, presentó Lawrence anyways y ahora en 2016, Sólo el fin del mundo, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en Cannes.
Lo que encontramos en el cine de Dolan es la construcción de la identidad a partir de problemáticas de convivencia en las que se expresan crisis, relaciones tormentosas y trastornos, pero también sueños, ilusiones y esperanzas que pueden lograrse por medio de la fuerza y el coraje de los personajes al expresar sus sentimientos más dolorosos y profundos, de esa forma se liberan y se crean así mismos.
La película se llama Tres, es alemana, dirigida por Tom Tykwer, filmada en el 2010. Tykwer es conocido mundialmente por su película Corre, Lola, corre (98), aunque también son reconocidas sus cintas alemanas: María mortal (93) y La princesa y el guerrero (00) y la producción multinacional, El perfume (06), aunque su recepción en Hollywood no ha logrado mayor aceptación pues The International (09) y Atlas de las nubes (12), no han sido exitosas. Posiblemente por eso regresó a Alemania a filmar, Tres, con un sentido más intimista, un toque más personal y excelentes actores germanos.
Tres relata una relación de pareja madura, estable y exitosa. Un par de cuarentones, Hanna y Simon, profesionistas brillantes, guapos y cultos que comparten su amor, sus labores y su vida sexual sin hijos que los aten en una sociedad moderna y cosmopolita. Asoma un indicio de crisis dentro de esa opulencia: una sensación de aburrimiento, todavía mínima para trastocar su armonía. De repente se cruza en el camino de cada uno, individulmente, otro personaje similar a ellos, triunfante y atractivo, Adam, que trastoca la sensibilidad de Hanna y Simon, convirtiéndola en amor.
La pareja se enamora de Adam, que tiene la facultad de relacionarse y apasionarse, por separado, con los dos, sin embargo siguen todos sus rutinas diarias sin explicar nada a la pareja ni al amante y manteniendo relaciones sexuales ordinarias, hasta que ella queda embarazada y se pregunta quién será el padre, lo que provoca reacción entre todos y siguiendo el sentido causal llegan a descubrir sorprendentemente la relación en la que conviven.
Narrada de manera intimista, con un sentido un tanto ácido, construida a base de incidentes, intenta tocar fondo en los prejuicios sociales de una poderosa sociedad en la que se están gestando cambios desde la individualidad y que están obligando a reconocer la incursión de grupos minoritarios abiertos a nuevas propuestas amorosas que pueden poner en situaciones incómodas, con algunas escenas homoeróticas, al público ario (y mundial) de clásica visión masculina y heterosexual. Sin embargo Tykwer dirige con precisión para que de forma natural el espectador quepa también en la piel de los personajes y sienta, sufra y busque resolver situaciones reflexivamente.
Un filme lleno de simbolismos, con historias paralelas y personajes que deambulan entre su soledad y sus propios miedos, como todo personaje contemporáneo y, que logra llegar objetiva y dramáticamente a dar fuerza a la representación femenina como a discutir los esquemas de la masculinidad. Una película perturbadora pero inevitable. Búsquela en línea, al igual que las cintas de Dolan, las encontrará y con seguridad la disfrutará y discutirá.