Un cambio de gobierno no puede solucionar todo: Adam Przeworski
Por: Manuel Alvarado Salazar
PARA DESTACAR: Según Przeworski, el ejecutivo carece de instrumentos legislativos y capacidad de decretos: “Parte del problema es que el presidente tiene muy poco control sobre los gobiernos territoriales (…) el ejecutivo no los puede controlar y mucha de la corrupción aparece a nivel local”.
El profesor de la Universidad de Nueva York estuvo presente en la 3ra. Cátedra Mexicana Brasileña Guillermo O’Donnell “La Tercera Ola Democrática en América Latina”
Adam Przeworski, profesor de ciencia política de la Universidad de Nueva York y uno de los grandes analistas y teóricos en temas relacionados con la democracia y la economía política en la actualidad, visitó la ciudad de Querétaro durante tres días para dar un ciclo de cátedras dentro del marco de la Tercera Cátedra Mexicana Brasileña Guillermo O’Donnell “La Tercera Ola Democrática en América Latina”.
El profesor de setenta y seis años es autor de obras como Democracia y Mercado y Qué esperar de la democracia: límites y posibilidades del autogobierno, las cuales han tenido un gran impacto académico.
Este semanario tuvo acceso a una breve entrevista con él. Respondió amablemente a las preguntas mientras bebía su doble expreso matutino y fumaba un cigarrillo Silver sentado en una silla de Coca-Cola de la cafetería de la Facultad de Derecho.
Su respuesta al cuestionamiento referente a las recientes alternancias en México, a la que algunos analistas se han referido como “gatopardismo electoral”, las acusaciones de fraude en tres de las últimas cinco elecciones y sobre si el régimen político actual puede ser considerado una “dictablanda”, el catedrático responde:
“Hay que tener expectativas razonables. Primero, las elecciones no producen mucha diferencia, y los gobiernos (candidatos) que producen mucha diferencia normalmente pierden, entonces, no se puede esperar que un cambio de gobierno pueda solucionar todos los problemas. Sí, es cierto que los gobiernos cometen errores, por ejemplo, la campaña contra el narco de Felipe Calderón me parece que fue un error.
“¿Corrupción? Sí, hay demasiada corrupción, pero, la gente va a tener la oportunidad de decir no la próxima elección, decir: ‘No, este gobierno es corrupto y no lo queremos’. Por eso el sistema democrático funciona. Exactamente por eso, porque si la percepción general es de que el gobierno es corrupto, lo van a echar”.
Ante la problemática de los déficits democráticos en México, el doctor observa: “No sé si es de democracia, pero, a mi modo de ver, el ejecutivo en México no tiene poderes suficientes. Le voy a sorprender con esto. Y siempre se ha pensado así, que México es un sistema superpresidencialista, que el presidente era líder de una ‘dictablanda’. Pero hay que leer la constitución, los poderes del presidente, y hay varias escalas de esto, son mucho menores que los del presidente de Chile, Brasil, Argentina, Ecuador”.
Según el profesor Przeworski, el ejecutivo carece de instrumentos legislativos y capacidad de decretos; considera que parte del problema emana del reciente federalismo: “Parte del problema es que el presidente tiene muy poco control sobre los gobiernos territoriales (…) el ejecutivo no los puede controlar y mucha de la corrupción aparece a nivel local”.
Sobre las candidaturas independientes, su opinión es concisa: “Son una opción agradable, pero no son viables porque uno no gana elecciones sin organización”.
América Latina vive un giro hacia una nueva derecha electoral
Su lectura es mucho más cómoda respecto al reciente viraje de la política latinoamericana, pues según comenta, incluso el español, su tercera lengua, la aprendió y practicó en conversación con sus colegas latinoamericanos, entre ellos Guillermo O’Donnell. “Hay un giro hacia la derecha. Pero esta derecha es una derecha nueva, no es la derecha tradicional autoritaria y golpista, es una derecha electoral. Entonces, esto sí va a tener costos, porque quizá aumentará la desigualdad otra vez, pero no creo que sea un peligro como lo hubiera sido hace 30 años”.
Durante la conversación, la doctora Margarita Argüelles Gómez, secretaria ejecutiva de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (Amecip), interviene cuestionando sobre la ligadura de estos gobiernos a la doctrina neoliberal, a lo que el profesor responde tajantemente: “El neoliberalismo está muerto. El presidente electo de Argentina, que viene de orígenes neoliberales, Macri, mantiene un sistema de regulación de precios, ningún neoliberal lo haría. ¿Por qué lo hace? Porque quiere ganar la elección que viene (…) tiene que ganar la elección. Y con esto, yo creo que el neoliberalismo está muerto a nivel teórico, todo el mundo está de acuerdo en que era una idea pésima y que los neoliberales no ganan elecciones”.
Acerca de la relación entre la desigualdad económica en América Latina, Przeworski opina con holgura: “En términos de desigualdad, ha habido una reducción de desigualdad fuertísima en Argentina y Brasil. En general estos programas sociales que se originaron en México hace más de veinte años (Pronasol) tienen un efecto fuertísimo. La tendencia de los últimos diez años o quince años es de reducción de desigualdad. La tendencia de los últimos cinco años es que comienza a crecer”.
Respecto a la situación de desigualdad económica en México y su amenaza a la cuestión democrática agrega: “No ha cambiado, no ha habido grandes aumentos ni reducciones de desigualdad. En términos de amenaza a la democracia no creo que sea un efecto directo. Lo peor sobre la desigualdad económica es que produce desigualdad política, y el ciclo se perpetúa entonces”.
Sin embargo, considera que la pobreza, y no solamente la desigualdad, es una categoría de análisis importante dentro de la economía política: “Yo creo que hay que pensar en términos de pobreza, no solamente desigualdad. Porque si no hay pobreza, la desigualdad quizá sea inevitable para el sistema, entonces pobreza es, desde el punto de vista normativo, algo más importante que desigualdad en sí misma”.
Posteriormente, en su conferencia titulada “Desigualdad Política, Desigualdad Económica y Redistribución”, comenzaría diciendo que para poder ser un actor político, antes hay que tener resueltas las necesidades económicas, una observación álgida en un país en el que, según Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 55 por ciento de la población vive en situación de pobreza o pobreza ex