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Una noche en el alcoholímetro

Por: Manelick Cruz Blanco

Para destacar: La señorita no tuvo suerte. No vio en redes sociales las advertencias a tiempo, no pasó ningún filtro, ni el primero (en el que se hacen “pruebas aleatorias”), no se le bajó tantito de puro milagro, y encima, no trae acompañantes. Se sumó a las 375 personas que han terminado en “El Torito”.

*375 personas han sido infraccionadas con hasta 18 mil pesos

Las luces naranjas bañan las calles de Zaragoza y anuncian el inicio del fin de semana. Para muchos el fin de semana comienza los juebebes pero las actividades del “Torito Queretano” son los viernes y sábados y comienzan a las 12 de la noche en las principales arterias de la ciudad.

Las carpas, computadoras y los conos anaranjados comienzan a instalarse una hora antes frente a la Alameda con sentido a 5 de Febrero. Avisando su ubicación sin querer, los policías cierran a un carril la calle y los abusados usuarios de redes sociales comienzan a postear dónde exactamente se encuentran las patrullas de la policía municipal.

A las cero horas comienzan las revisiones. Un gran letrero verde con la leyenda “Tómate la vida en serio” saluda a la creciente fila de coches. Algunos mareados que se ven sin salida se estacionan torpemente metros antes, preocupados porque sus niveles de alcohol tal vez no sean los más aceptables.

Los murmullos se escuchaban; querían evitar la prueba a toda costa. “We, no mames, ¿hace mucho que se puso?… ahí hay conos, cerraron ahí. No se puede pasar al Centro”. La otra persona le exhortó  “Pues entonces échate pa’ ‘tras de reversa” a lo que el otro respondió “No, ‘ta cabrón, hay muchos coches y me van a ver”.

Para las 12:10, en aplicación Waze ya tiene tres reportes de “Policía visible” y anuncia el embotellamiento que crece con el correr de los minutos. Las redes sociales hacen lo suyo para evitar que el operativo detenga a los amantes de los de viernes de Plaza Dorada, pero para muchos ya es tarde. No hay escapatoria, no vieron las sirenas a tiempo y no lo evitaron por rutas alternas.

Una Jeep negra es la primera en ser detenida. No pasó el primer filtro, “el punto de revisión”, ahí oficiales de la Secretaria de Seguridad Pública, certificados como Técnicos Operadores en Alcoholimetría (TOAs) realizan pruebas cualitativas usando alcoholímetros.

El aparato mostró los niveles de alcohol y se le pidió a la conductora estacionarse en la “Bahía de Control”. Ya en alto total, un oficial le pide a la señorita, vestida con galas dignas de un antro de alcurnia, muestre su identificación y la tarjeta de circulación del coche.

Ya entregados sus papeles, la señorita baja con dificultad de su camioneta. Casi se cae, pero parece ser buena caminando con tacones a pesar de la altura del coche y el vaivén de sus piernas (que delatan sus copitas de más). El oficial la conduce con un juez cívico y un secretario que da fe de los hechos y se le asigna un defensor de oficio (sino tiene 30 minutos para llamar a su abogado).

Ya frente al juez, con secretario y abogado de testigos, otro TOA le aplica otra prueba, denominada “prueba cuantitativa”. Utilizan un alcoholímetro calibrado para reflejar el nivel de alcohol en aire expirado y como si de comprar se tratara, lanza un recibo en el que se marca la hora, fecha de calibración y los grados de alcohol de la angustiada muchachita.

Casi se salva. Sacó .20 puntos exactamente. Ya se le debe sancionar, pero hay otra posibilidad. Se le hace una prueba más 10 minutos después. Le dan chace por si bebió hace un buen rato que se le baje tantito, igual y del puro susto. Por desgracia, si venía bebiendo o bebió hace muy poco tiempo, no bajará.

A esta prueba se le denomina “cuantitativa confirmatoria”, y como la dama volvió a dar el mismo resultado, el juez analiza las pruebas y le da la palabra al TOA y a la ahora llamada, infractora o a su defensor. Al final del tormento se realiza una audiencia de calificación en la que se determina la sanción.

La señorita no tuvo suerte. No vio en redes sociales las advertencias a tiempo, no pasó ningún filtro, ni el primero (en el que se hacen “pruebas aleatorias”), no se le bajó tantito de puro milagro, y encima, no trae acompañantes. A los infractores se les da la oportunidad de que alguno de sus amigos, que no presente aliento alcohólico (que no estén tan mal, pues), se haga una prueba voluntaria para que no se lleven el coche al corralón.

También intentó desde que la detuvieron llamar algún buen samaritano que acudiera a su rescate… pero nadie pareció contestarle en los 30 minutos que duró el proceso. La infractora es conducida en una unidad al “Torito Queretano”, llamado CUESTA (Centro Urbano Especializado en Sanciones por Tránsito y Alcoholimetría) y ahí se le asigna una celda de acuerdo a su edad y su sexo. También reciben comida y pláticas respecto a los riesgos y consecuencias de conducir alcoholizados. De igual forma, si prefiere pagar su multa, pasa a la caja y se ordena su inmediata liberación.

Daniel Landeros, titular del Juzgado Cívico, explicó en entrevista que la incidencia depende de la arteria en que se instale el operativo y del tránsito. Además, destacó que el mayor número de infractores registrados en un operativo es de 19 personas y el menor fue de 10. Expuso también que en total ha sido ingresadas 375 personas (de 5 mil 600 pruebas realizadas desde el 12 de febrero) en donde cerca del 75 por ciento de los infractores son hombres.

De ellos, destacó que sólo han tenido tres menores de edad. En estos casos, el procedimiento es igual pero se llama a un padre de familia. En caso de que el menor rebase los parámetros, la sanción será para el padre.

Las multas varían conforme el nivel de alcohol en la sangre; si son 0.19 o menos grados de alcohol en la sangre por aire expirado, se puede ir y se le invita a no reincidir. De 0.20 a 0.39 grados de alcohol, de 4 mil 382 pesos a 8 mil 764 pesos y de 8 a 16 horas de arresto. Entre 0.40 a 0.64 grados de alcohol, de 8 mil 764 pesos a 18 mil 260 pesos o 16 a 24 horas de arresto y 0.65 a 1.49 grados de alcohol, sin multa, arresto inconmutable de 25 a 36 horas.

Cabe destacar que es conmutable. Se puede pagar la multa o permanecer las horas correspondientes o hacer “un cumplimiento parcial” a palabras de Landeros. “Es decir, si te califican 8 mil pesos y 16 horas, vas a dividir 8 mil pesos entre 16 y el número de horas que hayas cumplido se te reducen y el resto es el que vas a pagar”.

Sobre los avisos en redes sociales, Landeros hizo un llamado a estas personas para que, lejos de esta conducta, “sensibilicen a sus seguidores de que es mejor no conducir en estas condiciones y no poner en riesgo otras arterias de la ciudad”.  Aceptó que monitorean estos grupos para saber cómo se comportan y para conocer sus opiniones acerca del operativo, pero negó que se busque cerrar estos grupos ya que atentaría contra la libertad de expresión.

Aunque aceptó que solo se hace un operativo “Tómate la vida en serio” a la vez, destacó que hay otros operativos simultáneos por parte de la Policía Estatal de alcoholímetro y por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de “revisiones de seguridad”.

Los puntos que en los que se instala, según Landeros, se basa en los índices de siniestralidad proporcionados por la Secretaria de Seguridad Pública.  Para finalizar, explicó que los fondos que ingresen por el operativo se destinarán a la construcción de un edificio especial, y que actualmente se habilitó el juzgado cívico de Epigmenio González.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Querétaro hubo 230 accidentes relacionados con el consumo de alcohol en 2012, 255 en 2013 y 303 en 2014. Además, Querétaro ocupa el décimo lugar nacional en accidentes automovilísticos, de los cuales, el 70 por ciento está relacionado con el consumo de alcohol.

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